Vuelta a la casilla de salida. Aquello que en su momento soñó el contestado exministro de Educación, José Ignacio Wert; una única prueba de Selectividad para todos los alumnos españoles, volverá a estar sobre la mesa de debate. Después de que el Partido Popular renunciase a sus propias reválidas, será el gobierno autonómico de Castilla y León, también del PP, quien llevará a la Comisión por el pacto educativo la propuesta de una Selectividad única. De este foro saldrá -si se alcanza el consenso- el documento que servirá de base al Ministerio de Educación para elaborar la nueva ley educativa.
El consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Fernando Rey, ha avanzado esta propuestas estrella que llevará próximamente al Senado, donde los ejecutivos regionales aportarán sus ideas para la que sería la séptima norma educativa de la democracia tras la malograda LOMCE. Rey aboga por establecer un único examen de acceso a estudios universitarios en toda España, en lugar de que cada comunidad autónoma tenga el suyo.
Según el titular de Educación en Castilla y León la actual EvAU "perjudica" a las comunidades autónomas con mayor nivel educativo -como Castilla y León, tal y como demuestran informes como PISA- a la hora de acceder a la universidad, sobre todo en carreras con alta demanda. Por ello, exige una prueba única en consonancia con el distrito único que rige el acceso a las universidades. Es decir, un alumno que se examina en Andalucía puede matricularse en universidades catalanas o valencianas, y viceversa.
No obstante, Rey ha querido aclarar que esta propuesta es inviable para el curso que estas semanas se inaugura. Por cuestión de plazos, ya que el informe que salga de la comisión del pacto no estará listo hasta dentro de unos meses. También por no dar "seguridad jurídica" a los estudiantes que se examinarán a finales de este curso: "Necesitan saber desde el principio cómo será su examen".
Sin duda, la propuesta será un punto caliente en la mesa de debate, al igual que lo fueron las ya enterradas reválidas de la LOMCE: las pruebas de final de ESO y Bachillerato. Toda la comunidad educativa rechazó este punto de la LOMCE hasta que finalmente el Gobierno anunció su paralización hasta que se logre el pacto educativo.