Cinco bolsas de éxtasis con sus respectivos cierres elásticos en el estómago. Esto es lo que encontraron los forenses cuando practicaron la autopsia hace dos años a la británica Rebecca Brock después de que su cuerpo fuese hallado sin vida en un hotel de Ibiza, donde celebraba el 18 cumpleaños de un amigo. Dos veranos después del trágico suceso, la madre de la joven ha asegurado ante un juez que a su hija le obligaron a ingerir las bolsas porque ella era incapaz "de tragar pastillas".
Verano de 2015. Rebecca Brock vuela en septiembre desde Holanda hasta Ibiza para celebrar junto a unos amigos el cumpleaños de uno de ellos. Se alojan en el hotel Marco Polo de la isla blanca. Una de las noches de las vacaciones se van de fiesta a una de las discotecas de Ibiza y tras dos días sin ningún contacto con los amigos es encontrada en la habitación de su hotel por el persona.
El cuerpo sin vida estaba rodeado de un gran charco de sangre a la altura de la cabeza y en su estómago cinco bolsas de éxtasis. Según los forenses que analizaron el caso, las bolsas de droga se habían roto en el interior del cuerpo de la joven. Esto provocó la muerte de Brock minutos después de la ruptura debido a la alta cantidad de droga, ya que en los análisis de sangre se encontró una enorme concentración de tóxico, más del doble de la dosis mortal.
Pero, ¿ingirió Brock las bolsas de éxtasis o le obligaron a hacerlo? Esta es la nueva hipótesis que se abre en el caso después de que su madre haya declarado ante un juez británico. La progenitora ha asegurado que su hija había coqueteado anteriormente con la cocaína -tal y como la propia joven reconoció a su madre-, pero también ha afirmado que era imposible que tragase las bolsas, ya que era incapaz de ingerir medicamentos en pastilla. Así insistió ante los magistrados: su hija en muchas ocasiones había tenido problemas para realizar los tratamientos pautados por facultativos.
"No tomaba pastillas fácilmente. Si no tenía que tomarlas, no lo hacía porque no podía tragarlas", ha asegurado la madre, según informa The Times.
Según explica el diario británico, Brock era una joven atractiva y "extremadamente sociable". Buena estudiante -con altas notas académicas- y con unas enormes expectativas de sí misma. No obstante, había tenido problemas de salud relacionados con su físico que le acarrearon una extrema delgadez.
El viaje en el que perdió la vida fue el tercero que realizaba a la isla blanca en el mismo año: primero en julio, luego en agosto y el mortal en septiembre.