El 31 de agosto era una fecha relevante en el caso Juana Rivas: los menores, de once y tres años, tenían que declarar en el juzgado de Granada. Tan solo tres días antes, el 28, Rivas había entregado a sus hijos, con quienes había estado escondida al margen de la justicia desde hacía un mes. Por tanto, el 31 quien tenía que llevar a los menores a declarar por una diligencia era Francesco Arcuri. Sin embargo, el italiano no se presentó.
Él nunca llegó a recibir la citación: cuando la Policía acudió al domicilio que Arcuri había facilitado durante su estancia en España, no estaba. Por tanto, los agentes devolvieron la citación porque no había sido entregada a su destinatario. El abogado de Arcuri en España en ese momento, José Luis Sariego, tampoco había recibido la citación, al parecer. Sin embargo, la cuenta de Twitter del citado letrado demuestra que él sí sabía que Arcuri debía declarar en el juzgado junto a los niños, y como abogado está obligado a comunicárselo a su cliente.
Así queda registrado en la cuenta personal de José Luis Sariego. El 30 de agosto, la cuenta de la Plataforma europa de hombres por la igualdad de trato (@plathomeuropa) tuitea lo siguiente: "Nos comunican que Francesco ha sido citado a declarar mañana en Juzgado de Granada con los niños. Urgente #EXISTEN". El tuit va acompañado de una imagen con un breve texto de José Luis Sariego sobre las "herramientas que usan las mujeres violentas en conflictos de pareja".
El propio José Luis Sariego retuiteó esta publicación, demostrando que tenía conocimiento de que Arcuri debía presentarse con los niños ante la jueza al día siguiente. Sariego, por esa fecha, todavía era el abogado en España de Arcuri, aunque solo una semana después (el 7 de septiembre), anunciaba en un comunicado que abandonaba su defensa. Un comunicado muy polémico en el que también aseguraba que Arcuri había demandado a periodistas y políticas y había presentado una denuncia contra la ley de violencia de género española. Bruno Poli, su abogado en Italia, aseguró a EL ESPAÑOL que era mentira y que las demandas a periodistas se estaban estudiando y valorando. Este diario ha tratado de contactar con José Luis Sariego hasta en seis ocasiones para conocer su versión de los hechos pero no ha respondido a ninguna de las solicitudes.
Es decir, legalmente el italiano no tenía por qué saber que debía declarar, pero su abogado sí lo sabía. Y aquí caben dos posibilidades: o se lo dijo y decidió no ir -y Arcuri estaría incumpliendo la ley- o no se lo dijo y, en ese caso, sería Sariego quien habría incumplido la ley. Pero ¿con qué propósito?
El actual abogado en España de Arcuri, Enrique Zambrano, mantiene que su cliente "jamás ha incumplido la ley" en este aspecto y que la propia jueza "dejó sin efecto" la diligencia. Zambrano también confirma a este periódico que el día 30 Francesco Arcuri todavía estaba en España. Ese mismo día viajó a Italia con sus hijos, por lo que el 31 no estaba en España, sino en Carloforte. Los abogados de Juana Rivas, el equipo formado por Juan de Dios Ramírez, Juanma Pérez y José Estanislao, sospechan que "se fue para no llevar a los niños a declarar": "Puede que la jueza hubiese dictaminado que los niños se quedasen en España y él no quería eso", aclara el equipo legal de Rivas.
Enrique Zambrano, abogado de Arcuri, prefiere "no valorar esos detalles" cuando se le pregunta por qué su cliente abandonó España el 30 de agosto si su letrado (José Luis Sariego) sabía que tenía que declarar.
Los letrados de Rivas, por su parte, decidieron recurrir cuando la jueza deja sin efecto la diligencia: "Solicitamos una orden de protección de los menores para que viniesen a declarar y una orden de detención de Arcuri porque se había ido sin practicar las diligencias y sin avisar", apuntan.