El de 2017 no será un 12 de octubre al uso. "Orgullosos de ser españoles" es el lema patriótico escogido por el Ministerio de Defensa para celebrar el Día de la Fiesta Nacional; una fecha marcada, en esta ocasión, por los acontecimientos políticos que tienen lugar en Cataluña, con el desafío independentista de Carles Puigdemont por bandera. En respuesta, se espera una afluencia masiva de público.
En las últimas décadas, el desfile ha sido escenario de incertidumbres políticas y de Estado. También de tensiones diplomáticas -vale recordar a José Luis Rodríguez Zapatero sentado ante la bandera de EE.UU.- y de metidas de pata. La propia denominación de esta festividad ha sido motivo de polémicas: ¿sabía que desde hace 30 años ya no se conoce como Día de la Hispanidad?
EL ESPAÑOL reúne diez momentos históricos en torno al 12 de octubre, en los que las Fuerzas Armadas, con mayor o menor incidencia, han sido protagonistas:
1987: Dejó de ser 'de la Hispanidad'
El de 1987 fue un desfile histórico. Días antes, el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, firmaba en el BOE la nueva disposición en torno a la festividad. El 12 de octubre simbolizaría “la efemérides histórica en la que España […] inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos”.
Pero un apunte alcanzaba una mayor trascendencia que aquella descripción: el 12 de octubre sería la “Fiesta Nacional de España”, eliminando de forma definitiva el título de “Día de la Hispanidad”, tan utilizado durante el franquismo. Todavía hoy -30 años después- hay quienes hablan de la Hispanidad o incluso Día de la Raza, oficialmente desvinculado a esta jornada.
2003: Zapatero se sienta ante la bandera de EE.UU
José María Aznar, George Bush, Tony Blair y José Manuel Durão Barroso protagonizaron en marzo de 2003 la foto de la cumbre de las Azores, previa a la invasión de Irak, que desencadenó una resaca política en el Congreso español. José Luis Rodríguez Zapatero, entonces líder del PSOE y de la oposición, enarbolaba la bandera contra la intervención militar en el país de Sadam Hussein.
Zapatero quiso demostrarlo ante el mundo con su particular foto. Y escogió el 12 de octubre de ese mismo año para dar su golpe de efecto: los soldados estadounidenses desfilaban como invitados en el Día de la Fiesta Nacional y el máximo representante socialista, en vez de levantarse ante su bandera como dictaba el protocolo, permaneció sentado en la tribuna. La escena, en los términos de entonces, se volvió viral y cruzó fronteras.
2008: “Un coñazo de desfile” para Rajoy
En 2007, el presidente del PP, Mariano Rajoy, grabó una flamante declaración institucional en la que instaba a la ciudadanía a participar en los actos relacionados con el Día de la Fiesta Nacional.
El llamamiento quedó en entredicho un año después, en vísperas de la festividad y en una reunión entre barones que el PP celebró en A Coruña. “Este domingo tengo el coñazo del desfile... en fin, un plan apasionante”, lamentó Rajoy ante Javier Arenas, a la sazón presidente del PP andaluz. Un micrófono abierto captó su pesar.
El hoy presidente del Gobierno trató más tarde de salir del paso: “Fue una expresión coloquial propia de una conversación de ámbito privado”, apuntó. Y declaró su “máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas”.
2009: “Los abucheos forman parte del rito”
Madrid, en 2009 bajo la alcaldía de Alberto Ruiz Gallardón (y la Comunidad bajo la de Esperanza Aguirre) se había convertido en territorio comanche para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; más todavía cuando llegaba el 12 de octubre y al dirigente socialista le tocaba subirse a la tribuna de las autoridades.
Silbidos, pitidos y gritos de “Zapatero, dimisión” caían a plomo sobre Zapatero. Un micrófono de TVE captó su reacción en una conversación distendida con los propios Gallardón y Aguirre, y también con la ministra de Defensa, Carme Chacón: “Ya forman parte del rito”, apuntó con resignación.
2011: Estalla la burbuja de Noos
El 12 de octubre de 2011 se encontraban en el palco de las autoridades la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin. Apenas faltaban unos días para que estallase el caso Noos y que se resintiera la relación entre ambos.
La imagen de la infanta y de Urdangarin en el banquillo supuso para la monarquía un duro golpe a su reputación. Ninguno de los dos volvió a aparecer en la tribuna del desfile militar.
2012: El último de Juan Carlos I
La Corona se le tambaleaba a Juan Carlos I tras sus últimos incidentes en Botswana: la cacería de elefantes de abril de 2012 había terminado en fractura de cadera y la institución real atravesaba uno de sus peores momentos de aceptación social.
El desfile de 2012 fue un buen termómetro para medir en qué situación se encontraba el monarca. “Así, así”, apuntó al bajarse de su coche oficial, en conversación con Mariano Rajoy. Aquel sería el último desfile de Juan Carlos I en un 12 de octubre. En 2013, su hijo Felipe tomaría su testigo en la tribuna.
2012: Elena, con los invitados
La infanta Elena no se subió a la tribuna junto al rey y a los entonces príncipes de Asturias. Tampoco se ubicó en la línea de saludo en el acto que se celebró posteriormente en el Palacio Real. La monarquía decidió apartarla alegando que Felipe, como heredero, acapararía desde entonces un mayor protagonismo.
Así, la infanta Elena quedó relegada al palco de invitados. Durante el desfile departió con Alfredo Pérez Rubalcaba y, con él, cantó La muerte no es el final. Ante los medios, la hija de Juan Carlos I valoró su situación: "Este momento tenía que llegar".
2016: Un desfile sin Gobierno
El 12 de octubre de 2016 de cumplían 295 días sin un Gobierno de facto en Moncloa. Mariano Rajoy encabezaba un Ejecutivo en funciones desde las elecciones de diciembre de 2015 y el escenario político apuntaba a un entendimiento, aunque fuera mínimo, entre PP y PSOE.
La foto más buscada en un desfile pasado por agua fue el de ese acercamiento. Y allí, compartiendo paraguas, nos encontramos a los Hernandos: Rafael, portavoz del PP en el Congreso, y Antonio, mismo cargo pero en filas socialistas. Entonces se empezó a especular con el inicio de un diálogo que permitiese el desbloqueo de la situación política.
El desfile dejó otras imágenes icónicas, como la presencia de la presidenta madrileña Cristina Cifuentes bajo un paraguas con los colores de la bandera española, o la del presidente cántabro Miguel Ángel Revilla cubierto por un poncho transparente.
2016: Un desfile sin Carmena
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no terminó bien parada en el desfile de las Fuerzas Armadas -no confundir con el Día de la Fiesta Nacional- celebrado el 28 de mayo de 2016. Entre los asistentes se escucharon abucheos y gritos de dimisión.
Ante este escenario, la regidora decidió ausentarse del Día de la Fiesta Nacional del año pasado. En su agenda, un encuentro de ciudades en La Paz (Bolivia).
Este año, según fuentes municipales, sí participará en los actos previstos para el 12 de octubre.
2017: El desfile con más afluencia:
El desfile militar de este año comenzará en la plaza de Castilla y concluirá en la plaza San Juan de la Cruz, un recorrido más largo que el de la última edición. Con ello se espera acercar la festividad a los ciudadanos, en un año que -por las vicisitudes políticas en Cataluña- se espera una afluencia masiva.
En total desfilarán 3.900 militares, 84 vehículos y 78 aeronaves. Será la primera ocasión desde 1983 en la que participen agentes de la Policía Nacional. El coste estimado es de 400.000 euros.