Este viernes, a las 15:27 minutos, el Parlament de Cataluña declaró la República Catalana. Fue tras una votación en la que participó apenas la mitad de la cámara. El grueso de la oposición se marchó para no votar algo ilegal e invalidado por el Tribunal Constitucional. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, leyó la declaración de independencia, un texto casi idéntico al que los grupos secesionistas firmaron hace dos semanas, el 10 de octubre. Ese día en el que Carles Puigdemont declaró la independencia y luego suspendió los efectos de la misma.
En esa ocasión, los diputados de Junts pel Sí y de la CUP estamparon su rúbrica de forma simbólica en ese documento cuando terminó el pleno. Allí estaban todas sus firmas, bajo el título de Declaración de los representantes de Catalunya. Se trataba de algo sin validez. Faltaba que lo ratificase el Parlament en el pleno. Ese que se celebró el pasado viernes 27 de octubre. Ahora, varios días después, el gobierno de España ha tomado el control de la Generalitat. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, acata ya el artículo 155.
En ese documento que los diputados firmaron quedó escrito: “Apelamos a los estados y a las organizaciones internacionales a reconocer la República catalana como Estado independiente y soberano”. Bajo la exhortación, quedaron estampadas las firmas de los representantes de Junts pel Sí y de la CUP como firmantes de la independencia. Ahora todos ellos se enfrentan a la querella de la Fiscalía General del Estado por sedición y rebelión.
Las rúbricas de los diputados fueron tan solo el símbolo de lo que iba a llegar este viernes. Un aperitivo de lo que no estuvo claro hasta el último momento: si iban a declararla o no. Fiinalmente, así fue. Aquel día, Puigdemont exclamó: “Asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”. Acto seguido, suspendió los efectos de la declaración para abrir la puerta al diálogo y tratar de “desescalar la tensión. Tras este mensaje, horas después, estampó su firma en ese papel sin valor. Este viernes, el Govern consumó el golpe. Ahora, pueden enfrentarse a distintos delitos graves: rebelión, sedición, prevaricación o malversación de fondos.
Las firmas de Forcadell, Anna Gabriel
Ahora ese compromiso puesto por escrito les puede llevar a la cárcel. Pero ¿qué hay detrás de las firmas de los principales dirigentes independentistas? Las firmas dicen mucho de una persona, así que para conocer más detalles, hablamos con un reputado grafólogo, experto en grafoanálisis. Se trata de Javier de los Reyes, codirector del Máster en Pericia caligráfica y miembro de la Fundación Behavior and Law, una entidad dedicada a la investigación científica, la formación y la divulgación en ciencias del comportamiento y ciencias forenses.
A Javier de Los Reyes le presentamos cinco firmas, las de los cinco dirigentes más importantes y reconocibles del procés independentista en estos momentos. Ellos también la dejaron estampada hace unos días en ese documento de la declaración de la independencia.
El primero de ellos es el de Anna Gabriel, líder de la CUP, el partido que sostiene el gobierno de Junts pel Sí con sus diez diputados. “En su firma destaca el nombre, vertical, de rúbrica, simplificada y sobrepasando la firma, propia de personas con preponderancia de la vida íntima sobre la social, autocontrol, seguras de sus capacidades y conciencia del propio valer”.
La siguiente es la de Carme Forcadell, la presidenta de la cámara parlamentaria. Ha sido la encargada del recuento de los votos y de leer la declaración de la independencia en la cámara. Se trata de una firma ilegible, rápida, con trazo ascendente, de rúbrica cerrada. “Es propia de personas con un marcado sentido de acción, impaciencia por alcanzar objetivos, dinamismo, espíritu de lucha y búsqueda de cierta protección”.
Junqueras y Romeva
Tras analizar estos dos primeros, el grafólogo pasa a analizar los tres hombres fuertes de Junts pel Sí. Oriol Junqueras, por su parte, es el número dos del procés. Este viernes, tras la proclamación de la República, no tenía muy buena cara. Su cara mostraba preocupación, y apenas saludó al president tras consumar el desafío.
En su firma, estampada hace dos semanas, De los Reyes ve muchas cosas. “En su firma destaca el nombre sobre el apellido, forma angulosa. La rúbrica subraya con igual tamaño que la firma, propia de personas con pasión por la intimidad, una energía personal acentuada, individualidad, y necesidad de buscar apoyo por parte de su entorno”.
Luego está Raül Romeva, conseller de Exteriores. La que ha sido la cara visible del gobierno catalán hacia el mundo en los últimos meses. “Firma de pronunciada verticalidad, con cortes superiores por rayitas, rúbrica en caída hacia la derecha, propia de personas con autocontrol y un súper ‘yo’ bastante elevado”. Para el grafólogo, Romeva es una persona que se preocupa por los detalles, que tiene firmeza en las decisiones. Es un tipo activo y “con independencia de carácter”.
El president Puigdemont
Puigdemont, por su parte, es la cabeza visible que lleva mareando durante semanas la perdiz de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Destituido ya por Mariano Rajoy, él y sus más cercanos colaboradores han dudado en las últimas semanas de si declarar o no la república.
Se trata del dirigente más importante de la Generalitat. El que está al timón de mando del soberanismo. Uno de los que se enfrenta a la justicia. La Fiscalía ya tiene en el horno la querella a Puigdemont. Cualquier Declaración Unilateral de Independencia está contemplada en el Código Penal como un delito de rebelión, con penas de hasta 25 años de cárcel.
De ese modo, la firma de Carles Puigdemont tiene unas particularidades muy concretas que el grafólogo de Los Reyes resalta. “Firma realizada con curvas formando lazadas, con bolsas en la parte inferior, rúbrica con final ascendente, propias de personas con notable habilidad para salirse con la suya, tendencia al ahorro, extrovertida y con capacidad para reaccionar ante adversidades”. Hasta ahora ha sido así. El Gobierno de Mariano Rajoy le ha cesado ya a él y a todo su gobierno tras aprobar esas primeras medidas del artículo 155.
Ese documento que todos los diputados independentistas firmaron decía: “Afirmamos la voluntad de abrir negociaciones con el Estado español, sin condicionantes previos, dirigidas a establecer un régimen de colaboración en beneficio de las dos partes”. Esta firma que estamparon el 10 de octubre, junto con los votos que depositaron en la urna que Forcadell custodiaba en la mesa del Parlament este viernes es lo que quizás les pueda llevar a la cárcel.