El Nobel de Física y Química no le sirvió a Mariè Curie para ganarse el nombre de un colegio público de toda la Comunidad de Madrid. Tampoco las importantes investigaciones científicas sobre la comprensión de la estructura del ADN le valieron a Rosalind Franklin para abanderar un centro educativo en la capital. Ni siquiera a la bioquímica discípula de Severo Ochoa, Margarita Salas. Para cruzarnos con una científica la placa de un colegio hay que trasladarse hasta la Avenida De América número 49, en Parla, al sur de Madrid: el colegio María Montessori es el único centro público que tiene el nombre de una mujer dedicada a la ciencia.
Según los datos analizados por EL ESPAÑOL, sólo el 14% de los colegios de Madrid llevan nombres de mujer, y ésta suele referirse a una virgen o una santa. Mientras, el 60% hacen referencias a varones, cuya profesión que predomina es la de grandes literatos. Un 36% se identifican como algunos países, barrios, batallas históricas y un batiburrillo de personajes ficticios, líderes de la mitología y elementos simbólicos.
En cifras, de los 802 colegios públicos de Madrid, 480 se llaman como un hombre, 113 como mujeres y 208 son batallas, lugares e incluso personajes pertenecientes al mundo de la fantasía.
Cuatro de cada diez colegios con hombre masculino homenajean a escritores, poetas y maestros del lenguaje. ¿Los más comunes? Antonio Machado (12), Miguel Hernández (10) y Federico García Lorca (9). 200 colegios ensalzan a los maestros de la literatura llevando su nombre. En cambio, sólo 29 colegio públicos llevan nombres de literatas -como Gloria Fuertes, Dulce Chacón o María Moliner-, lo que supone un 25% de los 113.
Y si no pertenecen al universo literario ¿cuál es la trayectoria por las que se reconoce a ellas? La Biblia ha sido la encargada de marcar este camino, aglutinando un 40% de los nombres femeninos en las escuelas. Nuestras señoras, Santas y Vírgenes son términos que se repiten un total de 45 veces en los colegios que rinden culto a las que salieron de la costilla de Adán: Madre Teresa de Calcutao Nuestra Señora de la Asunción, de la Concepción, de la Almudena, de la Luz, de Lourdes, de la Paloma entre otros.
Pero, en el caso de los hombres, los Santos no los visten tanto. En las escuelas con nombre de varón, un 17% es la cifra que marca la herencia eclesiástica de obispos, cardenales y santos. Esto supone un total de 81 centros.
Pero también hay oficios que tienen poca presencia en este registro, una suerte de gremios marginales. Son los científicos y deportistas, situados a la cola de este listado con un 2,1% y 1,2%de los colegios, respectivamente.
Esta cifra también chirría si la colocamos al lado de los nombres de investigadoras, como se puntualizaba al inicio de esta pieza: 15 centros de la Comunidad de Madrid llevan nombre de científico. Los más sonados: el colegio Severo Ochoa -Nobel de Fisiología y Medicina- y Juan de la Cierva -padre del autogiro, aeronave de la que surgió el helicóptero-. Hasta en cuatro y dos ocasiones figuran estos nombres como centros madrileños, respectivamente.
En cuanto a los olvidados deportistas, hay diez colegios que lucen el nombre de este grupo. Sólo uno de ellos rinde culto a una mujer, más concretamente a una ex gimnasta rítmica: el María Martín, de Navalcarnero.
Hay muchas escuelas con el mismo nombre en Madrid, ya sea por la notoriedad, por lo que la figura significa o por memoria histórica. Varios quieren que su colegio se llame como el poeta sureñoAntonio Machado, pero sólo 12 colegios del reino del oso y el madroño lo han conseguido. Miguel Hernández es, también, muy anhelado: 10 centros llevan el nombre de este heredero de la Generación del 27. Federico García Lorca es el tercer nombre más común con nueve colegios.
Algo similar ocurre con las mujeres. Los colegios que las eligen, las eligen adelantadas a su tiempo: el nombre de Rosalía de Castro, autora de las Follas Novas, se repite hasta en seis ocasiones. La sigue, muy de cerca, Clara Campoamor con cinco centros públicos a su nombre. Por último, Isabel la Católica con cuatro escuelas que la llevan por bandera.
Políticos, falangistas y personajes ficticios
Después de los personajes históricos, entre los que se pueden encontrar colegios como el Pi i Margall, Cristóbal Colón o Carlos III, el gremio más común es el de los políticos, con 56 nombres, un7% del total.
De estos 56, un 24% de los nombres de políticos se corresponden con mujeres, como los centros Margaret Tatcher, Victoria Kent o Rosa Luxemburgo. Mientras que, para ellos, 42 colegios con nombres de políticos copan el 76% restante.
En el caso de este grupo, los nombres se repiten con asiduidad en varios colegios. Encontramos así cuatro centros que hacen honor al presidente de las Cortes durante la Segunda República, Julián Besteiro; tres Fernando de los Ríos, ideólogo, político y dirigente socialista del siglo XIX; y dos Rosa Luxemburgo, la teórica marxista de origen judío, entre otros.
También quedan restos del franquismo esparcidos por los recovecos de la capital. Concretamente en tres colegios: el Carmen Cabezuelo, que hace honor a una de las máximas responsables de laFalange Española en Sierra de Guadarrama; el centro Dionisio Ruidruejo, que elude al responsable de la propaganda franquista y voluntario de la División Azul, y el colegio Hermanos García Noblejas, quienes ostentaban el carnet de la Falange pocos días después de su discurso fundacional en 1933.
Pero no todos los colegios de Madrid encuentran su alter ego en maestros de la poesía, reyes decimonónicos o capitales del mundo. Madrid alberga nombres curiosos en sus cunas del aprendizaje, como el colegio Pinocho de Torrejón de Ardoz, que hace referencia al muñeco de madera con aspiraciones a niño de la novela de Claudio Collodi; el Breogán, cuyo nombre coincide con el de un rey celta de Galicia, o la escuela Aldebarán, que es la estrella más brillante de la constelación de Tauro.