“¿Cómo meterías a 24 aragoneses en un Seat 600? Diciéndoles que no caben”.
El chiste es viejísimo y lo conoce toda España, pero ayer se explicaba por Sijena y a todo el pueblo le hacía mas gracia de lo habitual. “La tozudez aragonesa. La testarudez… lo cabezones que somos. Ha servido para algo de verdad”, sacba pecho un vecino. Por fin, tras 21 años de litigio, las obras de arte del pueblo que todavía se encontraban en el Cataluña ya están de vuelta en casa.
¿Todas? ¿Las 44? No. Falta, por lo menos una. Nadie sabe dónde está una Inmaculada del siglo XVIII que no ha llegado a su destino. De hecho, nadie tenía claro siquiera de qué obra se trataba. Ni en Cataluña ni en Aragón. Sabían que es un lienzo, pero poco más. En el Museo Diocesano de Lleida todos ignoran dónde está esa pintura. En el Obispado de Lleida tampoco lo saben. En Villanueva de Sijena menos. “Aquí seguro que no está, porque no ha llegado. Sabemos que es un lienzo, pero poco más, porque no lo tenían inventariado”, cuentan los miembros de la Plataforma Sijena Sí, los que se han movilizado para conseguir que el tesoro esté de vuelta.
Hay quien sostiene que todavía faltan un par de ellas más. El 26 de julio de 2016, el Museu Nacional d'Art Contemporani de Barcelona (MNAC) devolvió a Aragón el primer lote, compuesto por 51 obras. Dicen en Sijena que en ese momento también tendrían que haber llegado dos más. Obras menores, pero dos más. Su paradero se desconoce. Uno de los que defiende esa versión es Antonio Torres, vicepresidente de las Cortes de Aragón, que lo tiene claro: “El conjunto de obras de arte que el juez ordenó que volviesen a Aragón esta conformado por 97 piezas. El año pasado mandaron 51. Ahora han llegado 43 más. Falta el 3%. Los catalanes se han quedado el 3%”, repetía con retranca, jugando con el ya famoso porcentaje de las presuntas comisiones ilegales que cobraban los gobiernos catalanes.
"No tuvimos derecho ni a protestar"
Misterios aparte, ayer era una jornada de fiesta en Sijena. “Es que llevamos 21 años de lucha”, reivindica Ildefonso Salillas, el alcalde del pueblo, que insistía en que Sijena no ha tenido ni el derecho a protestar: “Hoy, en Lérida, la gente al menos ha podido salir protestar y a decir lo que creían conveniente. A nosotros no nos dieron ni siquiera esa posibilidad. Eran otros tiempos y no tuvimos ni ese derecho”. Las obras de arte fueron recibidas con jotas aragonesas, con canciones de Labordeta y con el himno de Sijena.
El regreso a casa de las obras de arte duró aproximadamente doce horas, entre preparativos, periplo y llegada. En torno a las tres y media llegaron al Museo Diocesano de Lleida efectivos de la Guardia Civil, Mossos d'Esquadra, técnicos del museo en cuestión y del gobierno aragonés. Durante toda la noche estuvieron llevando a cabo las labores de clasificación y embalaje, que estuvo a cargo de Feltrero, una empresa especializada en traslados de obras de arte.
Tensión cargas y lágrimas
Hubo tensión en Lleida. Hubo cargas policiales, manifestaciones, insultos, cánticos, hostigamiento a la prensa española (especialmente a los compañeros de 13TV), gritos, reivindicaciones y lágrimas. Sobre todo lágrimas. Tanto de los manifestantes como de los técnicos del museo, que pasaron la noche en vela haciendo el trabajo más ingrato que han realizado en su vida. Trabajaban para que viniesen a coger unas obras de arte de su museo y llevárselas a otro lugar. Después de que el camión estuviese cargado y pegase el portazo definitivo, el personal del museo salió a la puerta de atrás, a saludar y agradecer, entre lágrimas, el apoyo a los manifestantes.
De Lleida a Sijena hay poco más de una hora de camino. Curioso era ver la comitiva conformada por un camión, una furgoneta, numerosos coches de la Guardia Civil escoltando y un montón de vehículos de los diferentes medios de comunicación que estaban cubriendo el periplo del tesoro. Todos juntos, como el pelotón de una prueba ciclista.
Ni los más viejos del lugar recuerdan tal expectación en el pueblo. Los vecinos de Sijena esperaban en las puertas de sus casas. Jamás había pasado tanta prensa ni tanta policía junta por allí. Y a las afueras del municipio, el entorno del monasterio aparecía repleto de gente llegada de todas partes de la comarca de Los Monegros. La Guardia Civil abría paso, los vecinos tocaban instrumentos y cantaban. El tesoro estaba llegando, por fin, de vuelta a casa. Con cuidado se descargó y se cerraron las puertas del Monasterio. Las obras todavía no están listas para ser expuestas, ni se sabe cuándo lo estarán.
Ahora toca hacer el museo
¿Y ahora qué? "Ahora hay que hacer el museo", aclaraban los miembros de la plataforma Sijena Sí. Transmitían tranquilidad respecto a la conservación de las obras de arte: "En eso se ha invertido y estarán en condiciones óptimas", pero las previsiones no son tan halagüeñas para los visitantes... a corto plazo: "Las obras sí. El que no estará en condiciones óptimas será el turista. Hay que invertir y trabajar para que se haga una sala en condiciones, una biblioteca con los libros que hablan de Sijena... hay mucho trabajo por hacer", reconocen en Sijena.
Lo que se desconoce es cuándo se podrán ver las obras. La consejera de Cultura de Aragón no quiso mojarse. El alcalde de Sijena, Ildefonso Salillas, deslizó una hipótesis: "Hay que ver en qué estado vienen las obras, pero el primer envío tardó unos tres meses en estar visible. Confiamos en que no se demore mucho más. Esperamos que podamos disfrutar de ellas antes de que llegue la primavera".