La vecina les oyó discutir desde las seis y media de la mañana. Una hora después, Arancha (cuyo apellido no se ha divulgado aún), de 37 años, falleció a causa de las cuchilladas que su marido, Jesús, le propinó delante de los tres hijos -menores, uno de ellos bebé- antes incluso de desayunar.
Los terribles hechos sucedieron en Azuqueca de Henares, a 40 kilómetros de Madrid, provincia de Guadalajara. El aviso a la policía, proveniente de una vecina, se recibió a las 7.43 horas de este jueves, cuando la víctima había muerto ya y el agresor se había intentado suicidar con el mismo cuchillo. Mostraba un gran tajo en el cuello. No falleció, y fue traslado por los servicios de emergencias 112 al hospital más cercano.
El autor del crimen tiene 40 años y presenta heridas en cuello y tórax, con un pronóstico grave aunque estable. Se trataría de la víctima número 53 de violencia de género en lo que llevamos de año. En este final de año, Kenya Álvarez fue asesinada a puñaladas en Nochebuena. Y Andrea Carballo fue también asesinada cuando su expareja estrelló el coche en el que iban contra la gasolinera.
Arancha trabajaba en una gasolinera del pueblo, cuyos empleados (más los de un hostal-restaurante cercano) se pasaron la mañana entre lágrimas a medida que se enteraban de que "la muerta" era esa chica a la que tantas veces habían pedido cambio.
Fuentes del Ayuntamiento y del Gobierno autonómico han confirmado que la víctima no era usuaria del centro de la mujer de la localidad ni había presentado denuncias anteriormente, aunque EL ESPAÑOL ha podido confirmar que las discusiones eran frecuentes entre los esposos (contradiciendo algunas informaciones tempranas aparecidas en medios).
"Un cachas forzudo" de gimnasio
Jesús, el asesino, trabajaba como guardia en una conocida empresa de seguridad y era muy aficionado al gimnasio, "un cachas forzudo" en palabras de una vecina del edificio. Sin embargo, los vecinos le califican como un hombre serio pero educado, que no había causado problemas a la comunidad de propietarios. La pareja se había casado hace un año, poco después del nacimiento del benjamín de la familia, de nombre Sergio, que en un minuto ha perdido a su madre y también, presumiblemente, a su padre.
Los menores quedaron a cargo de una vecina, a cuya casa llegó después la abuela de los niños, que había dejado la localidad alcarreña hace unos años. Los tres menores que se encontraban en la vivienda son hijos de la mujer: dos de ellos fruto de una anterior relación y el tercero (de 15 meses) de la actual pareja, según han informado fuentes próximas a la investigación.
Un grupo de intervención de la Cruz Roja especializado en asistencia en menores se desplazó inmediatamente al edificio donde vivía la fallecida, en la calle de San Miguel, para atender a los niños. Desde las diez de la mañana había un tumulto de agentes, funcionarios y periodista en la puerta del inmueble, cercano a la estación ferroviaria del pueblo.
A medida que avanzaba la mañana, el pueblo fue sumiéndose en la tristeza, y a las 12:00 se convocó una concentración frente al Ayuntamiento del municipio. Se han decretado tres días de luto oficial por el asesinato, un suceso por el que las banderas del balcón del Consistorio ondearán a media asta y por el que el alcalde del municipio, José Luis Blanco, se ha mostrado "roto de dolor".