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"Había coincidencias". La frase la repiten diversas fuentes policiales de la comarca de Barbanza como un mantra en los últimos días. El móvil de José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', se localiza en la misma hora y en el mismo lugar que el teléfono de Diana Quer en la noche del 22 de agosto de 2016, cuando desapareció para convertirse en un misterio inescrutable. Era la principal prueba que los investigadores jugaban a su favor. Y ahora comienza a cobrar, si cabe, todavía más peso.
El último mensaje de Diana Quer por whatsapp data a las 2.43 de la mañana de aquel día. Era, en cierto modo, revelador. O puede que tampoco demasiado.
- “Me estoy acojonando. Un gitano me estaba llamando”.
No queda claro si esa expresión de la joven se ajusta a la literalidad de lo que ocurrió. Pero lo cierto es que los investigadores hacía ya muchos meses que habían valorado la implicación de 'El Chicle' como uno de los principales sospechosos del caso. Guardaron esa información con cautela, pero se la iban contando al juez. La señal del teléfono de este hombre, conocido en la región por esa vida disoluta esparcida entre los alijos de cocaína y el marisqueo furtivo, la localizaban los investigadores en A Pobra. Luego comprobaron sus movimientos y vieron que realizaba un recorrido similar al del celular de la joven de 18 años.
Comprobaron todas las matrículas posibles, interrogaron a unas 200 personas, incluido el propio 'Chicle', cruzaron todos los datos. Ya entonces tuvieron la certeza de que él era uno de los sospechosos más arriba en la lista.
La mujer queda en libertad
Hasta el momento, el hombre contaba con algo muy importante que en su momento evaporó hasta ahora todas las posibilidades de los agentes de detenerle: la coartada de su mujer. Rosario Rodríguez Fraga es, según ha podido saber EL ESPAÑOL, vecina de la zona de Catoira, donde residen sus padres. Allí vivía la hija que tenía en común con José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', en la casa de sus abuelos. Ellos residían separados de ella desde hacía ya tiempo, en la parroquia de Outeiros (Rianxo).
Los investigadores siempre insistieron en la prueba del teléfono móvil. El rastro se les perdía a la altura del puente de Taragoña, por lo que dedujeron que alguien lo arrojó desde ahí. Y el recorrido, desde A Pobra, donde Diana se encontraba de fiesta, yendo hacia ese puente que cruza la ría, coincide con una ruta en dirección a la casa de 'El Chicle', en pleno municipio de Rianxo.
Hace más de un año, su mujer declaró ante la Guardia Civil por el caso, preguntada por los agentes acerca de qué hizo su marido aquella noche. Ella contestó que esa madrugada, 22 de agosto de 2016, había estado con él. En aquel entonces, eso bastó, y sirvió como salvoconducto a Enrique Abuín. Las pruebas del teléfono móvil se convertían en simples coincidencias. Pero conforme ha pasado el tiempo el detalle de la posición del teléfono ha ido cobrando más importancia y ahora, tras la declaración de la mujer, todavía más. Por eso en un primer momento a ella se la detiene por encubrimiento.
Pero ahora, los factores que se agrupan comienzan a sumar una montaña en su contra. La mujer cambió este sábado su declaración. Su memoria se disolvió, o se derrumbó ante los agentes. Ahora asegura que no recuerda qué hizo y dónde estaba su marido aquella noche en que Diana Quer desapareció para siempre.
De ese modo, la prueba de la posición del móvil en la noche de la desaparición de la joven cobra todavía más relevancia. La mujer del principal sospechoso cambia su declaración justo cuando acaban de detenerlo y su celular lo sitúa esa misma noche en el lugar de los hechos, cerca del móvil de la chica. Es decir, junto a la chica.
Después de su declaración ante la Guardia Civil este sábado, 30 de diciembre, la mujer ha quedado en libertad.
Mientras tanto, desde que fue detenido, Abuín Gey mantiene una actitud de poca o ninguna colaboración con los agentes y con los investigadores del caso. No habla, no contesta a las preguntas, se exhibe arrogante. Conforme pasaron las horas, el hombre se fue ablandando ante los agentes y finalmente declaró y contestó a las preguntas. Ahora se queda solo. Según el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, se trata del "principal sospechoso" y los investigadores han descartado prácticamente el resto de hipótesis para centrarse al "99,9%" en esta línea de trabajo. Tienen que echar el resto porque se les acaba el tiempo. Concretamente, les quedan tan solo 24 horas.
El Alfa Romeo de su mujer, otra de las claves
José Enrique tenía tres coches. Él prefería moverse en el Fiat Punto negro o en el Audi A3 azul que se compró hace poco. El Alfa Romeo de color gris, propiedad de su mujer, quedaba escondido en el garaje de la vivienda. Debía de hacer tiempo que no lo sacaba. Es justo el vehículo que coincidía con la descripción que dieron varios testigos a los agentes de la investigación. Con ese coche, supuestamente, se habría raptado a la joven Diana.
El vehículo, como apunta el diario El Mundo, aparece en varias cámaras de tráfico de diferentes carreteras de la zona a esas horas de la noche. Carreteras cuyo recorrido coincide con el del teléfono móvil de Diana Quer. Ese mismo coche es el que utilizó el pasado lunes para perpetrar un nuevo rapto en la localidad de Boiro, a cinco minutos de su casa y a cinco minutos de Pobra do Caramiñal. La joven que trató de raptar logró escapar y le dio a los agentes los datos de este vehículo, así como las características físicas del sospechoso.
Ahora, los agentes se centran en buscar pruebas y restos de ADN en el vehículo.
72 horas para saber dónde está Diana Quer
La fecha es el día uno de enero. 497 días después de la desaparición de Diana Quer en A Pobra do Caramiñal. Entonces, habrán rebasado el límite legal de las 72 horas que una persona puede estar detenida. Para entonces tendrán que obtener la información definitiva.
72 horas de límite legal de retención del detenido expiran el día de Año Nuevo. Ese es el plazo que tienen los investigadores para obtener la información definitiva, la que puede cerrar el caso.