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Sí, José Enrique Abuín Gey mató a Diana Quer. Él mismo lo confesó ante los agentes de la Guardia Civil. Desde entonces, su nombre -y su alias, El Chicle- han saltado a la primera palestra mediática. Ese hombre de 41 años de la parroquia de Asados (Coruña) convirtió en real una historia más propia de la más negra de las novelas. Ahora se conocen más datos sobre su modus operandi, obsesionado con chicas jóvenes, de pelo moreno y largo; una fijación repulsiva que le llevó a actuar contra la joven madrileña la fatídica noche del 22 de agosto de 2016. Pero aún quedan lagunas por resolver. Y sólo un "hombre tranquilo", de precisión quirúrgica en sus informes, es capaz de aclararlas. Es aquí donde surge la figura del especialista forense Fernando Serrulla Rech (Madrid, 1959). Este lunes ofrece los resultados de su investigación.
Que El Chicle sufriese bullying de niño no es más que un episodio de una vida arrojada al infierno criminal. Una trayectoria marcada por los tropiezos con la Justicia, desde el trapicheo de droga bajo el clan de Os Fanchos -con el amparo de su tío Rafael Rivas, al que terminaría delatando-, hasta los supuestos abusos sexuales sobre la hermana melliza de su mujer Rosario.
Todo eso ya se ha contado. Como también se conocen muchos de los detalles de la vida de Diana Quer. Sin embargo, hay varios puntos oscuros que sólo pueden quedar resueltos con la autopsia definitiva de la joven madrileña, que contaba 18 años cuando su vida fue arrancada posiblemente bajo una pretensión sexual de El Chicle. Este último punto es fundamental. Tanto para dirimir la más que plausible condena judicial, como para que la familia Quer -y quizá más importante- sepa toda la verdad de lo que ocurrió.
Por eso se ha recurrido a un especialista absoluto. Si continuásemos con el símil de la fatal novela negra trasladada a la realidad, Fernando Surrella sería ese personaje que no duda, que con concienzuda precisión aporta las claves fundamentales para resolver el caso. Un hombre curtido en cientos de casos, a cada cual más complejo: desde la exhumación de los soldados desconocidos de la guerra de Las Malvinas hasta la inhumana brutalidad que sacudió Madrid el 11-M de 2004.
Quienes lo conocen tienen claro que "no hay otro como él". "Serrulla es una gran figura en el gremio, un hombre meticuloso que conjuga las técnicas más avanzadas con las tradicionales -describe un agente policial que ha trabajado con él en varias ocasiones-. Un hombre tranquilo, una virtud imprescindible en estos terrenos, capaz de trasladar esa quietud al resto de compañeros".
Las preguntas por resolver
La Guardia Civil ya ha hecho casi todo el trabajo posible. El coronel Manuel Sánchez Corbí, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), aclaró los pormenores del operativo sobre El Chicle en una extensa rueda de prensa: que muy pronto, en noviembre de 2016, lo vincularon con la desaparición de Diana Quer; que el intento frustrado de rapto de otra mujer en Boiro, el pasado 25 de diciembre, fue el que condujo a su detención definitiva.
Y decimos que la Guardia Civil ya ha cumplido con "casi toda" su labor porque aún le queda tirar del hilo, cruzar los datos de los que dispone para averiguar si El Chicle está detrás de alguno de los 400 abusos sexuales registrados en la zona que podrían encajar con la forma de actuar del asesino confeso.
Pero es el especialista forense Fernando Serrulla Rech quien tiene la última palabra en el caso Diana Quer, después de que la Guardia Civil rescatase el cuerpo de la joven de un depósito de agua de una fábrica abandonada en Asados. Sobre sus hombros recaen con todo su peso varias preguntas trascendentales: ¿Llegó Diana muerta al depósito? ¿Fue homicidio o asesinato? ¿Para qué usó El Chicle la brida que se encontró junto al cadáver? ¿Hubo alguna persona más implicada en el crimen? ¿Se produjo agresión sexual?
El historial de Serrulla
El forense Serrulla trabaja para dar respuesta a estas incógnitas. Atendiendo a su trayectoria, no le pesará demasiado la responsabilidad. Eso no quiere decir que se vaya a tomar el trabajo a la ligera: "Lo hará perfectamente, basta con mirar todo lo que ha hecho para saber que su trabajo será impecable", resume este cargo policial en conversación con EL ESPAÑOL.
La labor se desarrolla en la Unidad de Antropología Forense del Hospital de Verín, donde Serrulla ejerce cargos de responsabilidad. Por ese despacho han pasado algunos de los casos más enigmáticos a los que se puede enfrentar alguien de su especialidad.
Por ejemplo, el asesinato de Francelina. El 6 de abril de 2007, la mujer -que padecía una leve discapacidad psíquica- desapareció en un paraje de O Rodicio (Orense). Días más tarde se hallaron sus restos en un bidón prendido en fuego. Su marido, David Ferrón, fue detenido. Entre los vestigios de Francelina, de acuerdo a una marca que se encontró en el cráneo, el forense Serrulla logró determinar que la víctima murió por asfixia. El esposo fue condenado a 11 años de prisión por el crimen.
Del mismo modo, a finales de 2008, saltó otro nombre a la palestra: el de María Teresa Troncoso, vecina de Nigrán (Pontevedra) de 43 años. Tras desaparecer de forma misteriosa, su cuerpo fue localizado por un pesquero el 13 de enero de 2009. La autopsia determinó que la mujer había recibido varias puñaladas, las trayectorias de las mismas y otra información fundamental para resolver el caso. En esta ocasión, pese a todos esos datos, no se condenó a nadie por el crimen. En cualquier caso, la fiscal apuntó que existía una "tremenda sospecha" sobre el exnovio de la asesinada.
El futuro de 'El Chicle'
Los ejemplos citados no son más que un par de páginas en la extensa biografía del forense Serrulla. "Un hombre fiable, de informes certeros", le describen sus allegados.
Por eso, no es de extrañar que el caso Diana Quer haya caído en sus manos. Uno de los puntos más relevantes será determinar si la joven madrileña sufrió una agresión sexual. El letrado José Ramón Sierra, defensor de El Chicle, ya anunció que abandonaría a su representado en caso de que el informe forense revelase este extremo.
Con este informe se escribirán las últimas líneas en el oscuro crimen de Diana Quer, un caso al que el coronel de la Guardia Civil Sánchez Corbí definió como "el más mediático" desde que había entrado en el Cuerpo. No olvidemos que Corbí era el capitán del Instituto Armado que lideró la liberación de José Antonio Ortega Lara tras 532 días de agónico secuestro en manos de ETA.
No cabía entender que el caso Diana Quer cayese en manos precipitadas. La mayor prioridad es que un "hombre tranquilo" dictaminase su relato forense. Y ese no es otro Fernando Serrulla Rech.