Ya en 2004 quedó retratado el método de El Chicle para elegir y hacerse con sus víctimas. Lo sufrió en carnes Vanesa, hermana gemela de su mujer, entonces menor de edad, apenas 17 años. Aquella primera agresión sexual tuvo lugar en un vehículo, con un desvío que se convirtió en secuestro.
El coche, el cuchillo, el rapto, el móvil sexual, el paraje escondido, pero siempre cerca de casa... Son las pautas que configuraron el modus operandi de José Enrique Abuín Gey, algunas de las cuales ya han sido constatadas en el caso Diana Quer, todavía pendiente de juicio y a falta de conocerse el resultado de la autopsia.
Son casi quince años los que separan uno y otro suceso, pero los avances de la Guardia Civil descubren en el caso Quer parámetros similares a los que configuraron la violación sufrida por Vanesa Rodríguez -siempre según su relato, una denuncia efectuada hace tres lustros-.
1. Utilizaba su coche para raptarlas
La noche del 22 al 23 agosto, cuando desapareció Diana Quer, hubo un coche, una joven de menos de veinte años y un móvil sustraído a la víctima. La Guardia Civil, aunque la autopsia todavía no se conoce, también apunta a una violación. Todos estos extremos configuran la forma de operar de El Chicle, una réplica de lo sucedido a Vanesa. También un calco del rapto frustrado del pasado 25 de diciembre en Boiro, cuando una mujer consiguió librarse en última instancia, tras una pelea con Abuín Gey al borde del maletero.
Vanesa Rodríguez, hermana de la mujer de El Chicle, retiró la denuncia por violación tras recibir presiones por parte de la familia, que no creyó su versión. Este martes, La Razón ha detallado su testimonio.
2. Siempre en los mismos escenarios
2004. El Chicle lleva a su cuñada en coche a casa de sus abuelos. De repente -siempre según el testimonio de Rodríguez- estaciona junto a una fábrica: "Me tocó el pecho por encima de la ropa en contra de mi voluntad. Se lo conté a mi hermana y tuvo un problema con su marido, pero siguieron juntos".
Una vez más, el coche y la conducción hacia lugares apartados, probablemente concebidos con antelación, a sabiendas de que suelen estar vacíos. Porque si en algo destacaba El Chicle era en su conocimiento absoluto del terreno.
3. Les sustraía el teléfono móvil
Un año más tarde, en enero de 2005, Vanesa presenta la denuncia tras asegurar haber sido violada. Por la mañana, hacia las 8:30, espera al autobús frente a la puerta de su casa para ir a clase. De repente, aparece El Chicle: "Me dijo que me subiera y que le acompañara para ir al banco a sacar dinero para devolvérselo a mi padre, luego me dejaría en el instituto".
José Enrique Abuín Gey arrancó y se desvió, aparcando en una capilla que queda a la altura de Boiro, muy cerca de donde intentó raptar a una mujer el último 25 de diciembre. A veinte minutos de donde, casi quince años después, desaparecería Diana Quer.
Tal y como haría con la joven madrileña, El Chicle robó el móvil a su víctima: "Empezó a ver las fotos que tenía, luego lo guardó en el lateral del coche y no me lo devolvió". Algo con lo que castigó a Quer: la Guardia Civil encontró su teléfono en la ría y, a partir de ahí, detectó parte del recorrido del coche.
4. Amenazas cuchillo en mano
Según el testimonio de Vanesa Rodríguez, el agresor la amenazó con un cuchillo de unos veinte centímetros y le dijo que se desnudara: "Tienes diez segundos para hacerlo". También la llamó chivata por haber contado a su hermana la agresión sufrida un año antes.
"Tenía miedo, así que lo hice, también me dijo que le hiciera una felación, pero me negué. Sacó una caja de condones que tenía en la guantera y me dijo que eligiera un sabor. Como me negué, me dijo que mejor me follaba", relató Rodríguez en la denuncia que finalmente retiró. A partir de ahí, la "penetró vaginalmente" durante "unos diez minutos". Luego arrojó el preservativo por la ventanilla.
El patrón de El Chicle
Vanesa, en aquel momento, era una menor de tez morena, de un perfil similar al de Diana Quer. La Guardia Civil detalló que este era un patrón habitual en El Chicle a la hora de elegir a sus víctimas.
"No me peleé, me quedé inmóvil hasta que terminó. Mientras me vestía, me dijo que si se lo contaba a alguien, mataría a mi hermana, a mi sobrina, y que me mataría a mí también", concluyó Vanesa Rodríguez su relato.
De 2004 a 2016. Doce años de separación, pero varias coincidencias. El resultado de la autopsia podría arrojar más. De momento, ahí quedan el coche, el robo de los móviles y el control del terreno.