“Sí que me he enterado de que han detenido al peluquero, pero yo es que tenía hora a las 15:30 y he venido a ver si abrían o no. Pero parece que no”. Y en efecto, no. La peluquería no abrió y esta vecina de Igualada se tuvo que volver a casa con las puntas abiertas. El motivo: una amenaza de muerte de Jordi Pelfort, su peluquero, al político Albert Rivera.
“Una bellísima persona incapaz de matar una mosca, pero se le calentó el pico”, resume un vecino en la puerta de la peluquería. Calentarse el pico es el eufemismo que usan en Igualada, un municipio eminentemente independentista, para definir la expresión “Se merece un tiro en la cabeza”. Es exactamente lo que publicó Jordi Pelfort en su Facebook hace ya un año refiriéndose a Albert Rivera. Ayer, la Policía Nacional esperó a Pelfort en la puerta de su negocio, en el 1 de la calle de Sant Jaume, y lo detuvo. Lo han dejado en libertad con cargos.
Jordi Pelfort es el propietario de la peluquería Aire, en el centro de Igualada (Barcelona). Es la peluquería de moda de su ciudad. Allí se han peinado algunas famosas como la actriz Elena Furiase, hija de Lolita. Él presume de clientela ilustre colgando esas fotos en internet. También es un apasionado de las motos. Fue propietario de una moto clásica marca Triumph y miembro del club de motos “Sense GPS”, con el que ha participado en algunas pruebas en Cataluña, com la Rider 1000.
El animalista que pide la muerte de un hombre
Jordi está casado y tiene una hija pequeña. Se define como animalista, y muchas de sus publicaciones en Facebook van en contra del Toro de la Vega. No demostró en cambio la misma empatía hacia un ser humano como Albert Rivera. También es aficionado a la poesía, tal y como muestra en sus redes sociales posteando poemas de Miquel Martí i Pol. Aunque esa faceta la olvidó cuando escribió en su cuenta que Albert Rivera se merece un tiro en la cabeza, Ni rastro de versos ni musicalidad en esa afirmación.
En su barrio todos lo conocen y lo aprecian. La mayoría lo disculpan por haber amenazado de muerte del líder de Ciudadanos. En Igualada hay 40.000 habitantes y mayoría independentista. Esta tendencia se nota sobre todo en el Ayuntamiento: por fuera porque hay un cartel que pide libertad para los presos. Por dentro porque PdCAT lleva siete años mandando. Por eso la gente en general disculpa lo que ha hecho Jordi. El arresto es la comidilla de los vecinos del barrio. Sobre todo en los bares. “El Jordi? Hòstia no fotis!” (“hostia, no jodas”) exclama un vecino que toma un café en el bar y se entera in situ de lo que ha sucedido. Se ríe a carcajadas, pero se le quitan con los periodistas. “Se le calentó la boca y ya está”, zanja con gravedad.
No pocos vecinos se acercan a la peluquería para ver si tienen noticias del detenido. Por la puerta pasa Nissa, un tanzano que lleva seis años residiendo en Igualada. En su chaqueta luce un lazo amarillo en solidaridad con los políticos presos y con los dos Jordis. Ahora, a su solidaridad se le suma un tercer Jordi: el peluquero de su barrio: “Jordi es buena gente. No hace nada malo. Escribió una cosa y ahora lo detienen. No estoy de acuerdo. Yo ahora vuelvo a Tanzania de viaje. Me voy triste por lo de Jordi”, reflexiona.
"Esas expresiones... mejor te las guardas"
En el bar de al lado nadie quiere hablar. La propietaria despacha con malas maneras al que pregunta por Jordi: “Es mi amigo y no pienso decir nada”, zanja elevando mucho el tono. De todos modos, aunque para todos los vecinos ha sido una sorpresa, algunos sí que entienden que “según qué expresiones... mejor te las guardas. Si piensas eso de que se merece un tiro en la cabeza, se lo dices a la persona que tienes al lado y punto. Pero no lo publicas, y menos sabiendo cómo están las cosas ahora” reconoce la propietaria de un comercio próximo que prefiere no identificarse: “Yo no puedo significarme ni para un lado ni para otro, porque tengo clientes de todas las ideologías. Prefiero no salir en ningún sitio”, pide.
Sus vecinos lo definen como un tipo nada conflictivo, pero que a menudo se enciende cuando habla de la cuestión independentista. Este calentón ha derivado, esta vez, en su detención. Y aunque ya ha sido puesto en libertad, se expone a ser condenado a penas de cárcel, tal y como le sucedió a su antecesora. Porque Jordi Pelfort es el segundo separatista detenido por amenazas a dirigentes de Ciudadanos en los últimos meses. La primer fue Rosa Maria Miras Puigpinòs, una filóloga de Badalona que el 3 de septiembre escribió lo siguiente sobre Inés Arrimadas: “Sólo puedo desearle que cuando salga esta noche la violen en grupo porque no merece otra cosa semejante perra asquerosa”. Asimismo, en otro tuit la definió como “puta barata”, y a Miquel Iceta como “la maricona mala”.
Aceptó cuatro meses de cárcel
Rosa María Miras pidió perdón y aceptó cuatro meses de prisión por un delito contra la integridad moral. Una pena que quedó en suspensión a condición de que no vuelva a delinquir en dos años. Respecto a su vida laboral, Rosa María fue fulminantemente despedida por la empresa Tinsa en cuanto se conocieron los hechos. En el caso de Jordi Pelfort, también se prevé que acabe pactando una pena que no le obligue a pasar por la cárcel como los otros dos Jordis, a los que admira. En materia laboral nadie lo va a despedir, porque la peluquería es suya, tal y como pone en la ventana. Pero tendrá que reponerse cuanto antes de este varapalo y abrir pronto: ayer ya dejó a alguna clienta con las puntas abiertas.