Destacados traumatólogos españoles comparten un chiste cada vez que se avecina un gran maratón: “¡Se nos van a llenar las consultas!” La gracieta responde a la explosión del ‘running’, una de las fiebres del siglo XXI, la gran moda deportiva de una clase media que ve en la combinación de mejor salud, mayor delgadez, reducción de la ansiedad y capacidad de superación personal una solución a dos graves problemas de nuestro tiempo: el estrés y el sedentarismo.
En 2008, cuando estalló la crisis financiera internacional, salían a correr en nuestro país aproximadamente un millón de personas. Hoy (según cálculos oficiales) el número de ‘runners’ patrios se ha multiplicado por tres. Especialistas en podología deportiva, una joven disciplina en ascenso, señalan a EL ESPAÑOL que se observa un progreso en el cuidado de los pies, “la base del cuerpo”, como dice el ‘padre’ de la especialidad en España, Martín Rueda.
Sin embargo, la cantidad de lesiones que sufren los ‘runners’ españoles en las extremidades inferiores sigue siendo muy alta: cuatro de cada cinco atletas pisan mal, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos. Un mal cuidado de los pies tiene una incidencia directa, además, en otras articulaciones: “Un pequeño desajuste puede tener un impacto decisivo a largo plazo en el resto del cuerpo”, explica Martín Rueda; “los cambios de apoyo o de pisada repercuten en numerosos músculos y huesos, especialmente rodillas, caderas y espalda”.
"Jugar con la salud del corredor"
En la podología deportiva española hay actualmente un debate con ramificaciones fisiológicas y económicas: las plantillas confeccionadas en tiendas de calzado cuando alguien va a comprarse unas zapatillas. Una práctica creciente que además de suponer un problema de intrusismo profesional “juega con la salud del corredor”, en palabras de Ángel González de la Rubia, presidente de la Sociedad Española de Podología Deportiva.
“El elemento más importante y rentable del equipo de un corredor es la zapatilla”, afirmó en el reciente Congreso Nacional de Podología celebrado en Salamanca) el biomecánico australiano y consultor de ASICS Simon Bartold. En ese mismo simposio, el doctor Manuel Mosqueira dedicó su ponencia a los “Criterios para la prescripción de calzado deportivo”. En ella, citaba una decena de factores que un ‘runner’ debe tomar en cuenta para comprar las zapatillas adecuadas.
Son los siguientes: experiencia deportiva; frecuencia del ejercicio; volumen de kilómetros semanales; tipo de entrenamiento; superficie del entrenamiento; antropometría (estudio de las proporciones y las medidas del cuerpo); biomecánica (disciplina que estudia el movimiento del cuerpo en sus diferentes circunstancias); antecedentes de lesiones; objetivo personal; historial en cuanto a zapatillas.
“Es un problema grave: el calzado deportivo deberían venderlo especialistas”, afirma a EL ESPAÑOL Roberto Pascual (especialista en Podología infantil, profesor universitario y corredor). “El auténtico problema es que cuando una persona va a una zapatería, quien le aconseja es un vendedor que no sabe ni de patología ni de biomecánica ni de materiales... Te detectan si eres pronador [el pie gira naturalmente hacia adentro al andar], supinador [rotación externa del pie durante el movimiento] o neutro, sin más… Y te dan unas zapatillas, y vete a correr”.
Intrusismo
Hace poco más de medio año, el Consejo Oficial de Podólogos y la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) presentaron el Estudio de la pisada en los deportistas y sus riesgos, un informe que denuncia el intrusismo de tiendas y marcas deportivas que hacen supuestos estudios biomecánicos de la pisada a la hora de vender su mercancía (en línea con un estudio publicado en la British Journal of Sports Medicine).
El último maratón de Madrid reveló un dato sorprendente: de los atletas que se habían hecho un estudio de la pisada, un tercio lo había realizado en una tienda deportiva (donde en general son gratuitos). “El calzado deportivo constituye un elemento corrector o compensador de determinadas alteraciones biomecánicas del pie”, explica González de la Rubia: “Si se prescribe algo equivocado, puede conducir a la aparición de lesiones o al empeoramiento de las alteraciones ya existentes”.
Los podólogos españoles, amparados por la AEPSAD, repiten que la literatura científica es clara y contundente en tratamientos como el de la fascitis plantar (una de las afecciones más frecuentes del sistema músculo- esquéletico en corredores, principalmente ‘amateurs’): “El soporte plantar personalizado, bajo molde del pie o adaptado directamente al mismo (y previo estudio biomecánico-podológico) es más eficaz que plantillas pre-moldeadas o estándar. Su efectividad también se ha comprobado en el alivio del dolor lumbar o en niños con marchas rotadoras internas”.
Destacan que la fase final del estudio biomecánico (el análisis de la marcha o estudio de la pisada) requiere conocimientos adquiridos en base a una formación específica y acorde con las competencias legales otorgadas: es decir, solamente el podólogo y el médico tienen capacidad de prescripción de ortesis u ortoprótesis (y son los únicos, por tanto, con capacidad diagnóstica).
“No se debe banalizar sobre los dispositivos”, continúa González De la Rubia. “Las plataformas para el estudio de la pisada deben ser usadas e interpretadas por personal facultado para ello. Existen muchas alteraciones biomecánicas”, remacha el podólogo deportivo, “que producen patologías asociadas a determinadas actividades deportivas, o a lesiones, que no se aprecian con un simple estudio de la pisada: requieren, para su diagnóstico, una exploración biomecánica-podológica completa y exhaustiva”.
Diez pruebas exploratorias
De acuerdo con el Consejo General de Podología, un diagnóstico biomecánico completo incluye una decena de pruebas exploratorias del miembro inferior y del pie. Entre ellas: rangos de estabilidad articular, patrones torsionales, determinación de disimetrías, estudio de las cadenas musculares, estudios posturológicos, análisis de las presiones plantares y estudios de la marcha y del gesto técnico deportivo.
Algunas tiendas deportivas consultadas por este periódico rebajan la frecuencia de sus estudios de pisada. Llorenç Sarrion, colaborador de 'running' de Decathlon España, aclara a EL ESPAÑOL que "en nuestras tiendas prácticamente no se hacen casi análisis, ya que gracias a nuestras zapatillas Kalenji, y con nuestro novedoso sistema K-Only, incorporamos todas las pisadas a las mismas zapatillas sin tener necesidad de tener unas zapatillas especificas para cada tipo de pisada (dentro de un entrenamiento puede haber dos tipos de pisadas de manera diferente).
Los ‘runners’ españoles se han sofisticado en la última década, y ya a casi nadie (por poner un ejemplo) se le ocurre estrenar unas zapatillas el día de la carrera, “algo que sí podías ver cuando yo empecé a correr, hace diez años”, dice Roberto Pascual. “Los principales problemas en consultas los tenemos con personas que nunca han hecho deporte o hace años que no lo hacen y de repente se ponen a correr: asumen muchos riesgos, su cuerpo no está preparado y hay amenazas para pies, rodillas, caderas, etc. Es un deporte muy barato y la gente se lanza a ello a lo bestia. No muchos se hacen, por ejemplo, pruebas de esfuerzo”.
Pascual, que ha llegado a hacer descalzo carreras de 15 kilómetros sobre asfalto, admite sin embargo que “correr es una actividad muy lesiva”, causante potencial de “problemas a largo y corto plazo. No debes hacerte análisis de pisada en tiendas con gente que no son podólogos”.
Alfonso Martínez-Nova, profesor de Podología de la Universidad de Extremadura (y también ‘runner’) lo expresa de otra forma: “Las tiendas, en efecto, dicen que no diagnostican. Te miran andar y te dicen ‘es usted pronador’, pero luego te recomiendan unas zapatillas. Y si no hay un buen diagnóstico, pueden ser equivocadas y provocarte una lesión. No consultan a un profesional... Cuando la gente se lesiona en un pie, somos los primeros en actuar. Y se podía haber evitado con un estudio previo de la pisada bien enfocado”.
“Antes había muchísimas ampollas y hematomas cuando ibas a un maratón, ahora las lesiones menores han prácticamente desaparecido, afortunadamente”, dice Martínez-Nova. “Hay mucha lesión por sobreuso, gente que pesa 90 kilos y se ha puesto a correr para adelgazar, pero su cuerpo no está preparado… Y llegan las lesiones. Cuando una persona lleva años corriendo, el cuerpo se acostumbra. La gente que empieza se lesiona de gravedad (fascitis, lesiones de talón, periostitis) por ir demasiado deprisa y no escoger bien el material o no tener un entrenador. ¡Al final”, bromea, “a la profesión nos viene bien que haya tanto psicópata!”