Enrique Álvarez Conde se ha convertido en una suerte de Indiana Jones universitario, el único explorador que ha puesto los ojos sobre el arca perdida, el máster de Cristina Cifuentes. Catedrático de Derecho Constitucional de la Rey Juan Carlos y tutor de la tesina de la presidenta, es el "artesano" que fabricó un plan de estudios a medida de la mandataria popular.
Esto último lo dijo la propia Cifuentes. Focos, cámaras y libretas en ristre, se dibujó como una alumna con serias obligaciones profesionales -era delegada del Gobierno en Madrid- que solicitó a la dirección del máster -Enrique Álvarez Conde- un plan de estudios amoldado a su intensa actividad política. "No hace falta que vaya usted a clase", debió de lograr que le dijeran. Porque no hay papel ni testimonio que refrende su paso por la facultad.
Este viernes por la mañana, Álvarez Conde le decía a Alsina (Onda Cero) vía telefónica: "Yo he visto el trabajo y lo he corregido. Son unas 50 o 60 páginas". También especificó no haberlo visto en su versión definitiva. "Me lo iba enviando, aunque no por correo electrónico, sino por otro medio que ahora no recuerdo". Aquellos folios, repletos de no se sabe bien qué, sólo han pasado por su retina y por la de su autora.
"Me están bombardeando"
"Me están bombardeando" -a llamadas, claro- le decía a su entrevistador. EL ESPAÑOL ha formado parte de ese "bombardeo", pero no ha obtenido respuesta. Álvarez Conde ha declinado hacer declaraciones.
Enrique Álvarez Conde, nacido en Matilla de Arzón (Zamora) en 1952, se ha colado en portadas y telediarios como pieza clave en ese máster en Derecho Público Autonómico que infinidad de viñetistas coinciden en pintar como "una cuestión de fe".
Su notoriedad en la Academia era absoluta gracias a su brillante manual sobre Derecho Constitucional, que las imprentas han reeditado a velocidad de crucero durante los últimos años. Ahora ese "reconocimiento" ha rebasado la frontera universitaria. "Esto es lamentable, me ha sorprendido mucho, espero que todo se esclarezca pronto", dice alguien que ha trabajado codo a codo con Álvarez Conde en el Instituto de Derecho Público (IDP).
El Instituto de Álvarez Conde, regado con subvenciones públicas
Este organismo, empresa satélite de la Universidad Rey Juan Carlos, merece la misma atención que el propio catedrático en lo relacionado con el presunto máster de Cifuentes. Regado con subvenciones, más públicas que privadas, el Instituto de Derecho Público se ha alzado, con el paso de los años, como una Galia en el centro al que está adscrito.
Fundado en diciembre de 2001, depende en última instancia de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, aunque quienes conocen de cerca su funcionamiento reseñan: "Tiene más independencia que un país extranjero frente a España". Desde entonces hasta hoy, Álvarez Conde ha sido su director, amo y señor. Este miércoles iban a tener lugar las elecciones del Instituto, a las que sólo él se presentaba como candidato. Quedaron pospuestas debido a la virulencia informativa.
Las memorias del IDP han sufrido, causalidad o no, una extraña mutilación en la web del Instituto. Ni rastro de la documentación correspondiente al tercer lustro de este siglo. Conviene destacar que su independencia fue buscada desde un principio. "La intención ha sido, ahora ya de conformidad por lo establecido en los estatutos de la URJC, siempre el de llegar a la autofinanciación", se explicitaba en el resumen de 2002-2003. Álvarez Conde pedía una "auténtica cuenta corriente de ingresos y gastos que no haga necesaria la siempre lenta, engorrosa y burocrática generación de crédito".
En 2005, la Comunidad de Madrid riega el Instituto con casi 50.000 euros. Para el curso 2006-2007 se le otorgaron 150.000. De los años siguientes... no hay rastro de la cuantía, por lo menos en el sitio web.
"Enrique es una cabeza privilegiada echada a perder por el poder y la ambición"
"Eso se convirtió en un garito, en una Taifa dentro del reino que es la URJC", empieza un hombre que ha investigado de la mano de Álvarez Conde. "No me ha sorprendido este escándalo. Enrique es una de las cabezas más privilegiadas de su generación, pero se ha echado a perder por culpa del dinero, la ambición y el poder", resalta esta fuente.
"El Instituto lo gobierna con la ayuda de sus discípulos, sobre los que ejerce una fortísima ascendencia, nada sorprendente, una dinámica habitual en la universidad", prosigue el entrevistado. En esa terna de "discípulos" se encuentran las tres profesoras, también adscritas al IDP, que supuestamente formaron el tribunal examinador de Cifuentes.
Una de ellas, Alicia López de los Mozos, cantó ante la instructora designada por el rector, Javier Ramos: ni firmó el acta ni examinó a Cifuentes. Clara Souto hizo lo propio 24 horas después. Sobre esto, Álvarez Conde se lava las manos. Aquel 2 de julio de 2012, se encontraba en un curso de verano en Aranjuez: "La defensa de la alumna estaba en agenda, pero para saber si se produjo, debe preguntar a mis discípulas".
El rifirrafe con el rector
El acta "falsa" fue encargada por Álvarez Conde precisamente a una de estas discípulas, pero el catedrático reitera que dio la orden después de ser interpelado por el rector. Ramos, sobre la grave acusación, ha respondido: "Voy a estudiar las acciones correspondientes. Nadie va a manchar mi nombre ni el de la universidad". Álvarez Conde insiste: "Lo puedo probar documental y testimonialmente. Además, el rector me pidió que la enviara desde un gmail".
"Enrique es muy listo, sabe que la financiación del Instituto depende de sus relaciones con el poder político. Por eso siempre las ha trabajado mucho", vuelve uno de sus colaboradores al IDP. "A mí no me consta que fuera amigo de Cifuentes, pero sí puedo decir que, entre sus tácticas, como tantas veces en estos temas de la Academia, estaba la del 'yo te hago un favor y luego tú me lo haces a mí'. Eso sí".
Una profesora miembro del Consejo del IDP destaca el prestigio de Álvarez Conde y niega que vaya a borrarse de su lista tras lo sucedido: "Eso sería aceptar que, en esta universidad, todo funciona así, y nada más lejos de la realidad. Claro que me ha sorprendido. Le conozco personalmente, no puedo entenderlo, de verdad, no comprendo cómo ha podido pasar eso".
Esta última quita hierro a que haya sido el Partido Popular quien haya hecho posible con sus subvenciones el funcionamiento del Instituto de Derecho Público: "Al final, siempre es el Gobierno de turno el que inyecta el dinero en este tipo de organismos".
Los profesores del sector crítico
Otro profesor de la Rey Juan Carlos cuenta a EL ESPAÑOL que eso de "chiringuito" y "trilerismo" se venía escuchando desde hacía muchos años en clave interna. Describe la URJC como ese centro público ideado por el PP para contrarrestar la influencia de la Carlos III, tradicionalmente socialista. "Convierten sus departamentos en negocios privados. Ya somos muchísimos los docentes que exigimos una reforma estructural, absoluta. Esto no puede ser".
Enrique Álvarez Conde ha sido letrado del Consejo General del Poder Judicial. También director del Instituto Nacional de Administración Pública. Pero, por encima de todo, ha sido director del Instituto de Derecho Público. Un cargo que ha quedado en el aire en mitad de la tormenta. De momento, sigue siendo el único candidato a la cúspide de esa Taifa en la URJC. Antes, tendrá que dar explicaciones en clave universitaria y judicial.