Faltaba apenas un mes para que se cumplieran 33 años del asesinato de Ana Isabel Fernández, la niña de Huétor Santillán, un pueblo a veinte minutos de Granada, que fue secuestrada y apareció muerta en un pozo dos días después. Este viernes, con tres décadas de sufrimiento a la espalda, su padre, Juan José, acuchilló al culpable en plena calle, a la luz del día.
Lo dejó malherido, pero la Policía intervino rápido y salvó a Enrique Sánchez -entonces 21 años, ahora 50- de ser el punto final a la venganza de Juan José, carnicero de profesión de 70 años -entonces 37-.
Juan José, según ha relatado el Ideal, encontró a quien le arrebató a su hija en la calle Pedro Antonio Alarcón, Granada, y se abalanzó sobre él sin importarle las decenas de personas que paseaban alrededor. Sánchez fue rescatado tras un forcejeo. Sangraba a través de varias heridas en distintas extremidades, pero no se teme por su vida. Juan José ha sido puesto en libertad con cargos.
En libertad tras más de veinte años en prisión
Enrique Sánchez se encuentra en libertad tras haber cumplido algo más de veinte años entre rejas. Fue condenado por la desaparición y muerte de la pequeña Anabel, de cuatro años, cuyo cadáver fue hallado entre el agua y el fango de un pozo de tres metros de fondo.
La Guardia Civil detuvo a Enrique, pero también a su hermano Anastasio, primos hermanos de la madre de la niña. Ambos colaboraron en la búsqueda de Anabel. Una estrategia similar a la empleada por Ana Julia Quezada en el caso Gabriel. Otro parecido: Enrique y Anastasio, según relató El País, tuvieron que ser llevados a la comandancia de Granada capital para evitar el linchamiento por parte de los habitantes de Huétor Santillán.
El final de la pequeña Ana Isabel Fernández lo reveló Enrique en declaraciones a la Guardia Civil. Se la llevó diciéndole que iba a comprarle golosinas. En la huerta donde estaba el pozo trató de violarla. Después de que se resistiera a eso y al ahogamiento, Enrique Sánchez la lanzó al pozo donde fue encontrada. Ana Isabel Fernández, según las crónicas de El País, murió "por ingreso de agua y barro en vías pulmonares".
Según explica el Ideal, Enrique Sánchez fue condenado a 40 años de cárcel -28 por asesinato, 9 por violación y 3 por abusos- y a una multa de dos millones de pesetas que nunca pagó. Sánchez se encontraba, por tanto, en libertad tras haber cumplido su condena.
Al parecer, Enrique Sánchez no contó a la policía que su agresor era el padre de la niña que asesinó. Se limitó a mencionar un robo. No es la primera vez que Juan José intenta vengarse. El Ideal cita otra agresión en un bar con un fuerte golpe en la cabeza y un supuesto atropello.