Juan José Fernández, de 70 años y carnicero de profesión, quedó en libertad con cargos tras acuchillar en plena calle el pasado viernes a Enrique Sánchez, el hombre que secuestró y asesinó a su hija de cuatro años en 1985. Fernández ha declarado que no fue una venganza y que intentaba defenderse de un robo.
El abogado del septuagenario, Francisco Mellado, ha informado hoy a Efe de esta versión de los hechos de su cliente, que investiga el Juzgado de Instrucción número 9 de Granada, que ha citado el próximo 27 de abril al herido por arma blanca, de 54 años, y el 8 de mayo a un testigo de lo ocurrido.
Según este letrado, el anciano había acompañado a su hijo a una cita en un centro médico de la calle Pedro Antonio de Alarcón cuando, en un determinado momento, se cruzó de forma casual con otro hombre que le intentó robar y que sacó un cuchillo.
De acuerdo con la versión de esa parte, hubo un forcejeo en el que el anciano, que en ese momento no reconoció al supuesto caco como el hombre que treinta años antes había asesinado a su hija, acabó en el suelo.
"No fue ninguna venganza"
"No lo atacó, ni fue a buscarlo, no fue ninguna venganza", ha sostenido Mellado, quien ha asegurado que el propio instructor de las diligencias policiales hace constar en su atestado que cuando comunicó al anciano detenido que la otra persona era el asesino de su hija, tuvo que recibir atención sanitaria.
Por contra, según este abogado, el hombre de 54 años sí trasladó en su primera declaración que conocía al anciano, incluso por su apodo, y que había sido condenado treinta años antes por la muerte de la hija del septuagenario.
Mellado ha informado además de que solicitará al Juzgado encargado de investigar los hechos -que decretó una orden de alejamiento para ambos- la identificación y la citación de una nueva testigo que, al parecer, habría trasladado que el condenado por el asesinato se autolesionó antes de la llegada de la Policía al lugar del forcejeo.
El anciano fue detenido en el transcurso de una reyerta ocurrida a la altura del número 60 de la calle Pedro Antonio de Alarcón de la capital granadina tras supuestamente causar lesiones a un hombre de 54 años, al que hirió con arma blanca y provocó cortes profundos en ambas manos y en el tabique nasal, de acuerdo a la versión de la que la Policía Local informó la semana pasada en un comunicado.
Según adelantó el diario Ideal, la supuesta víctima de la agresión y, de acuerdo a la última versión del abogado del supuesto caco, fue condenada por la Audiencia de Granada a una pena de cuarenta años de cárcel, de la que cumplió al parecer más de veinte, por asesinar hace más de 33 años a la hija del anciano, una niña de 4 años a la que intentó violar y a la que tiró a un pozo.
La pequeña fue buscada durante días hasta que fue encontrada en el fondo de un pozo al que habría sido arrojada con vida por su asesino, que confesó después un episodio que incluyó un intento de violación.
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