M. J. B., 43 años, estaba en casa ese día junto a F., su madre. Era viernes 20 de abril en Vitoria. Quizás acababan de despertarse, o bien de desayunar, cuando entró en la casa J., su expareja. En aquel momento los dos hijos de 9 y 11 años, no estaban en casa. Los dos se encontraban en el colegio. Su padre hizo acto de presencia cuando no estaban. Y allí mismo, en la vivienda que había compartido con la que fuera su pareja, la mató. Y mató también a su suegra.
Minutos después, los aullidos traspasaban las paredes de la vivienda y llegaban hasta las puertas de los vecinos: ¡Vete, vete, es un asesino!”. “¡Socorro, salvadme!”. Las llamadas empezaron a salir de esas puertas hasta las oficinas de la Ertzaintza, que pronto se dirigieron al lugar. En una de las viviendas del octavo piso, el horror machista cobraba forma. J., cuchillo en mano, atacó primero a la que había sido su pareja.
Ocurrió en el pasillo de la casa. El hombre llevaba un cuchillo en la mano y fue directo a por ambas. Primero acabó a puñaladas con su mujer. Todo pasó muy rápido. Su madre, F., intentó escapar de allí, pero él salió por la puerta de la casa detrás de ella y la atacó en el pasillo, en un descansillo de la planta séptima del edificio.
Acto seguido, el hombre volvió a entrar en la casa, prendió fuego a la vivienda y se arrojó por la ventana. Abajo, en la planta baja, ya estaban los efectivos de la policía y los bomberos, quienes extendieron una colchoneta justo en el lugar en el que se iba a estrellar contra el suelo. Una ambulancia se lo llevó para el hospital. Después fue detenido por el doble crimen que acababa de cometer.
Incógnitas en el caso
Las principales dudas del caso están llevando a los investigadores a desentrañar si se trata de un homicidio o de un asesinato. Llevaba tiempo separado de M. Los investigadores tratan de saber también en qué parte de la casa ocurrió el crimen.
El gran problema con el que se encuentran ahora los investigadores es que la casa está completamente calcinada. Este hecho hace que les resulte más complicado recabar todos los datos para reconstruir la escena del crimen.
El cuerpo de M.J. fue hallado ya en la planta baja del bloque. F. agonizaba en la séptima planta cuando la encontraron, tirada en el suelo, desangrándose tras las heridas provocadas por el ataque de su yerno. La mujer había tratado de huir después de que el hombre matase a su hija, pero no lo consiguió.
Junto al cadáver, los investigadores que llevan el caso encontraron un pequeño trozo de cuchillo, presuntamente el que se utilizó en el crimen.
La consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, confirmó el sábado que en la Ertzaintza no consta ninguna denuncia por violencia machista o ninguna sentencia en relación al presunto asesino de las dos mujeres.
Dos hijos de 9 y 11 años
La pareja se separó dos meses antes del crimen y el hombre dejó la vivienda. Consumada la ruptura, el hombre se fue a vivir a otra localidad. Pero seguía teniendo en su cabeza a la que había sido su mujer. Y hace dos semanas se plantó de nuevo en la puerta de su casa.
El homicidio o asesinato (todavía por determinar) de una madre y su hija, deja huérfanos a dos chiquillos y desolada a media ciudad. Entre ellos, muchos de los que eran sus compañeros de trabajo en la clínica. Desde allí le escribieron la semana pasada una carta. Todavía no han superado la pérdida:
“Todavía cuesta creer que te hayas ido , siempre te recordaré como la buena compañera , amiga y persona que fuiste. Nunca olvidare los buenos momentos y risas que pasamos contigo y esa sonrisa que siempre permanecía en tu cara. Descansa en paz junto con la madre que te dio la vida y cuida desde el cielo de tus pequeños”.
M.J. y F. son la octava y novena mujer asesinadas por un hombre desde que comenzó el año. En España, en 2018, también han sido asesinadas María del Carmen Ortega Segura, 48 años, Jénnifer Hernández Salas, de 46; Laura Elisabeth Santacruz, de 26; Pilar Cabrerizo López, de 57; María Adela Fortes Molina, de 44 años, Paz Fernández Borrego, de 43, y Dolores Vargas Silva, de 41.
La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas sólo en 2017. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.