Miles de jóvenes británicos aterrizan en el aeropuerto de Ibiza buscando fiesta, diversión y drogas. Pero lo primero que necesitan es un taxi que les lleve al hotel. Ahora lo tienen todo en uno: el mismo taxista pirata es también el que les vende droga. Son los narcotaxis, un servicio ilegal que prolifera en las islas cada vez con más rapidez.
Funciona así: los turistas conciertan el servicio de taxi y la compra de drogas antes incluso de llegar a la isla. Lo hacen a través de aplicaciones de mensajería: multitudinarios grupos de Whatsapp que se han convertido en auténticos zocos de la droga. Son agregados a estos grupos cuando todavia están en Gran Bretaña. Así, cuando aterrizan, los conductores clandestinos ya les están esperando en el aeropuerto, con un coche en la puerta y un arsenal de estupefacientes en la guantera. Los narcotaxis están haciendo el agosto en la isla, y eso que justo está empezando la temporada.
Un arsenal completo
“Te ofrecen cocaína, cristal, MDMA, marihuana y hasta ketamina”. Lo cuenta Irving G.; tiene 24 años, vive en Bristol (Inglaterra) y lleva tres años veraneando en Sant Antoni (Ibiza). Habla con EL ESPAÑOL por teléfono y nos confirma lo que muchos taxistas de la isla ya están denunciando: “Sí que existen esos taxis. Son coches normales, algo viejos. Yo por ejemplo me he montado en Peugeot 307, Volkswagen Polo, Seat Ibiza y también furgonetas. No están pintados como taxis, no llevan cartel de taxis y no tienen taxímetro, pero funcionan como taxis. No sé si son más baratos porque yo nunca he cogido un taxi normal, siempre viajo con ellos. Ellos dicen que son más baratos pero yo no lo sé”.
Pero no es la tarifa económica el factor que hace que muchos jóvenes británicos elijan estos servicios. Tampoco son los taxis pirata un problema nuevo en Ibiza. En realidad, los taxis ilegales llevan mucho tiempo funcionando en la isla. Los llaman “tiroleros” y se trata principalmente de ciudadanos rumanos, ecuatorianos o marroquíes que trabajan a sueldo de mafias organizadas. Pero esto de los narcotaxis es otra cosa.
Inglés, taxista ilegal y camello
Se trata de conductores británicos que se ganan la confianza de sus compatriotas, que vienen ávidos de fiesta y sustancias psicotrópicas. “No es la primera vez que le compro droga a un taxista ilegal. La primera vez fue en 2017. Él era inglés y lo conocimos cerca de nuestro hotel. Nos ofreció llevarnos a una discoteca y también conseguirnos la droga que necesitásemos” cuenta Irving.
Hasta la fecha funcionaban así. Pero los tiempos cambian y los negocios se modernizan. Ya no se limitan a captar por las inmediaciones de hoteles y bares. Ahora, las mafias aseguran el tanto agregando a los turistas a grupos de Whatsapp. “El chico que nos vendió la droga el año pasado ya no se dedica a esto. Ni siquiera está aquí ya. Pero no nos ha hecho falta, porque este año ha sido muy fácil comprar droga. Yo estaba en Inglaterra y unos conocidos me agregaron a un grupo de Whatsapp. Allí podíamos contratar el taxi y la droga. Aún no habíamos llegado [a Ibiza] y ya sabíamos cuánto nos iban a costar las pastillas. [En esos grupos] nos ofrecen drogas. Ponen lo que tienen y lo que cuesta. A veces ponen las fotos de la droga”.
Grupos con centenares de participantes
Estos grupos tienen más de 200 participantes y los administradores les piden que borren los mensajes una vez los hayan leído, para no dejar rastro en caso de que las autoridades los intercepten. El motivo es que allí se comparten precios de estupefacientes y teléfonos de camellos, así como ofertas y demandas de droga.
Para el que no tiene ningún contacto que le agregue a estos grupos, no va a encontrar problemas al llegar a la isla: “Los taxistas ilegales están por todos lados. Cuando llegas al aeropuerto esos conductores ya te están esperando. Hay muchos. Nosotros ya habíamos quedado con uno, pero hasta que llegamos a su coche se ofrecieron por lo menos tres. Los rechazamos y se van a buscar a otros”.
Es decir, en el mismo aeropuerto, los taxistas piratas ya esperan a los clientes. Los convencen de que son más baratos que los taxis oficiales, aunque no siempre sea cierto. Y una vez en el taxi, les ofrecen droga. Si en ese momento no quieren, no hay problema: les piden su número de teléfono para agregarlos a estos grupos de whatsapp, por si las necesitan para más adelante.
Y si el turista no ha tenido la 'suerte' de haber dado con uno de estos narcotaxis, todavía tienen una segunda oportunidad: “Algunos chicos ingleses que hemos conocido por aquí nos han dicho que a ellos los han agregado a grupos de whatsapp los recepcionistas del hotel donde se hospedan, Luego creo que se llevan comisión, pero eso tampoco lo sé”.
Bajo la lupa del Ministerio de Exteriores británico
Estos conductores se ganan su confianza porque son en su mayoría británicos. Muchos de estos camellos, conductores ilegales y conseguidores, forman parte del grueso de jóvenes del Reino Unido que, según el Ministerio de Exteriores del Reino Unido, están trabajando en Baleares en condiciones de explotación laboral. No sólo en Ibiza; también en Mallorca. Sobre todo en Magaluf.
Trabajan como "tiqueteros" de las discotecas y para ganarse sobresueldos tienen que entrar en el circuito de la venta de drogas y otras actividades ilegales. Desde el Ministerio cifran en un 80% el porcentaje de británicos de entre 18 y 25 años que trabajan en las islas en estas condiciones. Y muchos se están dedicando a esto de los narcotaxis. Curiosamente, la explotación laboral en España ya no es sufrida solo por jóvenes nacionales, marroquíes y latinos. Ahora son también los ingleses los que sufren estas condiciones laborales.
Guardia Civil y taxista pirata
El problema del taxi pirata está tan enquistado en la isla y es un negocio con los tentáculos tan largos, que incluso en 2015 fue condenado un Guardia Civil porque en sus ratos libres se dedicaba a hacer de taxista pirata. Los hechos acontecieron en 2013 y el agente alegó que le estaba haciendo un favor a un amigo, pero el Tribunal Supremo acabó imponiéndole una suspensión de empleo y sueldo de 7 meses.
Y hace un par de meses fue juzgado otro taxista ilegal bajo la acusación de vender droga en su coche. La policía le requisó sustancias estupefacientes que llevaba debajo de su asiento. Él aseguró en el juicio que la sustancia (ketamina) era propiedad de los pasajeros que llevaba, pero un juez ha sentenciado que la droga era suya y que traficaba con ella.
El problema, lejos de estar solucionándose, va aumentando. Los taxistas de verdad denuncian que cada vez hay más piratas en la isla, hasta el punto que ya incluso colapsan la zona de llegadas del aeropuerto y que son tan invasivos que entran a captar clientes dentro. Ahora además, con el añadido de la venta de droga vía whatsapp, son cada vez más los jóvenes turistas que optan por este servicio ilegal que crece por momentos.