“Sra. Alcaldesa: Ya estamos hartos de que malgaste nuestro dinero en chuminadas varias”.
Consérvenla en la memoria porque es una frase para la posteridad. Así arranca una carta que pasará a los libros de historia del Procès. Se trata del primer comunicado de la milicia (des)armada Tabarnia Lliure. “Es que tampoco vamos muy armados. Llevamos bolsas de basura y tijeras anti-churros amarillos, eso sí”, aclara el Sr. Verde, uno de los portavoces de Tabarnia Lliure.
Esta milicia ha entrado por la puerta grande en el surrealista panorama catalán de los últimos tiempos. A Tabarnia Lliure se le debe la acción perpetrada el martes por la noche en Sant Cugat, municipio también conocido como “La capital del 3%”. Ni más ni menos que el secuestro de la placa de la recién rebautizada Plaza 1 d'Octubre.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con dos de sus portavoces. Para conservar el anonimato, ambos acuden a la cita en pasamontañas. Ni siquiera ellos conocen sus nombres ni sus verdaderas identidades. Entre ellos se llaman con nombres de colores. En este caso, nuestros interlocutores son el Sr. Verde y el Sr. Azul. Ellos nos explican que “Tabarnia Lliure ha tenido una acogida espectacular entre los tabarneses. Imagínate si somos gente, que se nos han acabado hasta los colores. A uno lo hemos tenido que llamar Sr. Turquesa y a otro Sr. Caqui; eso en realidad es un lio”, confiesa el Sr. Verde.
Además, este sistema de nomenclatura interna está derivando en las primeras tensiones dentro de la banda: “La verdad es que el Sr. Amarillo está muy enfadado y se está planteando dejar la milicia”, lamenta el Sr. Verde.
En el corazón de millones de tabarneses
Pero más allá de ese quítame allá esas pajas (o esas placas), la milicia apunta alto. Santcugatenses todos ellos, ya habían llevado a cabo alguna acción de limpieza de lazos y propaganda amarill(ist)a. Pero el gran golpe, con el que se han consagrado en el corazón de miles, tal vez de millones de tabarneses, lo dieron el martes por la noche en Sant Cugat.
Sant Cugat, la capital del 3%, la ciudad en la que vive Joan Laporta. ¿Qué pasó allí esa noche? Que el Ayuntamiento decidió aprobar un agravio histórico. Se cepilló el nombre de uno de los lugares más emblemáticos del municipio: la Plaza del Rey.
Cambiar el nombre sin convocar consulta
El consistorio está gobernado con mayoría absoluta por convergentes desde tiempos inmemoriales. “Hay pinturas rupestres de hombres de las cavernas cobrando mordidas del 3%”, aseguran. Dicho ayuntamiento celebró un pleno el lunes. Y decidió de forma unilateral, sin convocar una consulta para ello, y con agravante de nocturnidad (porque el pleno se celebró por la noche) cambiarle el nombre a la plaza. Se barajaron varias opciones, como por ejemplo Plaza de la República. Pero al final ganó el más que previsible Plaza 1 de octubre.
Dicho y hecho. Tal vez para los trámites municipales que atañen a la gente como pagar el IBI tardan más, pero para cambiarle el nombre a una plaza fueron rápido. Así, la placa estaba puesta el mismo martes por la mañana. Fotos, notas de prensa y algarabía. No contaban con un reducto de santcugatenses tabarneses que iban a jugarse la vida para cambiarlo.
“Fue pasada la medianoche. Nos plantamos en la plaza unas diez personas”, asegura el Sr. Azul. “Yo creo que éramos por lo menos 20; había muchísimos colores”, corrige el Sr. Verde, demostrando que no sólo los indepes saben inflar cifras. Sea como sea, la treintena de miembros de Tabarnia Lliure aparecieron por allí, haciéndose el tonto y burlando la vigilancia de varios agentes de la Policía Local de Sant Cugat que, soñolientos porque ya era muy tarde, y a unos 50 metros de distancia, custodiaban la recién rebautizada plaza desde sus coches patrulla.
Como si fuese una piñata
Los miembros de Tabarnia Lliure llegaron armados con pértigas, un instrumento que se ha convertido casi en un símbolo de la resistencia contra el independentismo. “Ese cartel de Plaza del 1 de octubre del que están tan orgullosos, para nosotros fue como una piñata. Y empezamos a pegarle a la piñata, y venga golpes, y venga a darle a la piñata... hasta que cayó por su propio peso”.
En efecto, en pocos minutos la placa ya estaba en el suelo. Los cerca de 40 integrantes de la milicia la atraparon y empezaron a correr. La primera parte de la Operación Rescate ya estaba completada. Ahora quedaba lo más difícil: no ser atrapados por la policía.
“Los agentes se dieron cuenta de lo que había pasado y se lanzaron detrás de nosotros”, recuerda el Sr. Azul todavía con excitación. “Pero no contaron con un dato: nosotros somos santcugateneses. Somos de allí, somos del pueblo. Es nuestra ciudad y conocemos todos los escondites y atajos”, interviene el Sr. Verde. Así, callejeando por el centro histórico de la vieja Sant Cugat, los miembros de Tabarnia Lliure dieron esquinazo a la policía. “Éramos demasiados colores corriendo por las callejuelas, por lo menos medio centenar, cada uno por un lado. Sólo uno de nosotros tenía la placa. Al final conseguimos darles esquinazo. ¡Qué se creían!”, celebran.
La placa no está sufriendo
¿Y ahora qué? Pues ahora piden rescate. Aseguran que el estado de salud de la placa es bueno y que no está sufriendo. “A ver, la placa está bien. La estamos tratando bien, como a una persona. Porque al final, todos somos personas. La placa también. Ni la hemos mutilado ni nada. Tiene algunos rasguños, pero porque forcejeó. Nada grave”, explican desde la cúpula dirigente de Tabarnia Lliure. Y advierten: "La estamos reeducando. Le hemos puesto canciones de Manolo Escobar. Si no se dan prisa en pagar, al final se van a encontrar con que la placa se ha vuelto española".
¿Pagar exactamente qué? “Pues el impuesto contrarrevolucionario, qué va a ser. No es mucho dinero, eh… pero es nuestro dinero. No podemos tolerar que el Ayuntamiento se gaste el dinero público, lo que sale de nuestros bolsillos, en placas ridículas. No se trata de hacer apología de España ni nada de eso. Es pedir que no se gasten nuestro dinero en chorradas”, protesta el Sr. Azul.
El impuesto contrarrevolucionario
¿Cuánto cuesta ese impuesto contrarrevolucionario? “No pedimos mucho. Somos humildes. Sólo le pedimos a la alcaldesa 155 euros, un número totalmente casual”, asegura el Sr. Verde, que además apunta que “no es ni siquiera para nosotros. Ese dinero es para SOS Racismo. Como el nuevo presidente de la Generalitat es racista, queremos que ese dinero sirva para reparar el daño que sufre la gente víctima del racismo”.
Así, la operativa es la siguiente: “La alcaldesa tendrá que abonar un total de 155 euros a la cuenta de SOS Racismo con el concepto “Quim Torra, desde Tabarnia con amor”. Una vez que el pago se haya hecho efectivo, nosotros les daremos las instrucciones pertinentes y en 24 horas depositaremos la placa, sana y salva, en un punto concreto de Sant Cugat y a plena luz del día. Es un intercambio justo”, sentencia el Sr. Verde. Para ello le han hecho llegar una carta (en catalán) a la alcaldesa de Sant Cugat con sus reivindicaciones. La reproducimos traducida al final de este texto.
¿Qué pasará si no pagan? Pues en primer lugar, que sería xenofobia, porque a ver quién no quiere colaborar contra el racismo. En segundo lugar, que sería un caso de lesa humanidad, porque estarían dejando desamparada a una pobre placa que sólo tiene unos días de vida. Pero es que además, si no pagan, Tabarnia Lliure anuncia nuevas acciones al respecto. “Si vuelven a poner otra placa, la quitaremos. Y quitaremos la siguiente también. Y luego la siguiente. Y así todo el rato. Si es que te pones a hacer números y les va a salir más a cuenta pagar por esta que ir encargando nuevas placas”, concluye el Sr. Verde echando cuentas con los dedos.
La prueba de vida
¿Cómo sabemos que la placa está bien? “Le hemos hecho una prueba de vida, como a cualquier secuestrado. Una fotografía con un periódico del día. Para que vean que no la hemos sometido a torturas, pero que no vamos de farol. Que la tenemos nosotros en nuestro poder”. En efecto, los miembros de la milicia muestran este vídeo que adjuntamos a continuación. Se ve la placa, en perfectas condiciones, junto a una bandera de España, una hoja impresa de un periódico del día y un folio con las reivindicaciones del comando.
La milicia (des)armada Tabarnia Lliure asegura que su grupo no es de inspiración comunista, ni fascista, ni taoista. “Es mucho más revolucionario: es de inspiración tabarnista, que sigue los preceptos del buen rollo, la risa y el humor”. Así, aseguran que la Operación Rescate no ha sido la primera de la milicia, pero tampoco la última. ¿Hasta dónde piensan llegar? “No tenemos techo. Estamos seguros de que, aunque aquí nos vemos silenciados por la televisión pública, nuestras acciones y reivindicaciones van a tener trascendencia internacional. No descartamos incluso que lleguen… hasta Tractoria”, prometen.
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CARTA A LA ALCALDESA DE SANT CUGAT
En la trinchera de Sant Cugat del Vallès, a 22 de mayo de 2018.
Estimada alcaldesa de Sant Cugat.
Ya estamos hartos de que el Ayuntamiento algaste nuestro dinero en chuminadas varias.
Nos ahogan con impuestos de todos tipos para poder financiar placas ridículas que se cuelgan en las calles públicas y en los edificios de las instituciones que a todos nos tendrían que representar.
Es por eso que en Tabarnia Lliure (una milicia armada con bolsas de basura y tijeras anti-lazos amarillos) hemos secuestrado la plaza de la mal llamada Plaza del 1 de octubre. Sí, declaramos orgullosos nuestra autoría.
Si los concejales la quieren recuperar tendrán que pagar de su propio bolsillo un 'impuesto contrarrevolucionario' de 155 euros que abonarán en la cuenta corriente de SOS RACISMO, con el concepto: QUIM TORRA, DESDE TABARNIA CON AMOR.
Una vez se nos notifique de forma pública y notoria la transferencia, dejaremos la placa en el transcurso de 24 horas en un lugar bien visible para su recogida por el Ayuntamiento.
Y es que contra el autoritarismo de las instituciones, el pueblo se rebela, harto del fascismo xenófobo que parte desde hace decenios, de la persecución que sufre por sentirse tan español como catalán, de verse silenciado por las televisiones públicas, ignorado en el Parlament y burlado en las instituciones (des)educativas y en la calle.
Atentamente: Tabarnia Lliure