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El 1 de octubre de 2017, unos 80 Agentes Rurales de Cataluña treparon los riscos de la montaña de Montserrat para desplegar una enorme pancarta, una reivindicación agreste y propia en apoyo al referéndum ilegal. “En apoyo al Govern y a los alcaldes represaliados”. Situados en la ladera de un promontorio, prácticamente su lugar de trabajo a lo largo del año, exhibieron proclamas reclamando “democracia”. Uniformados con sus ropas verdes, los que habitualmente velan por mantener el orden en los bosques de Cataluña salieron a reivindicar en conjunto, no a título personal, el derecho a decidir de los secesionistas. No fueron los únicos.
Ochenta kilómetros al norte, en Sant Julià de Vilatorta, un reducto, otra pequeña aldea gala del independentismo en la provincia de Barcelona, situada en la comarca rural de Osona, los agentes de la Policía Nacional acudieron a desalojar, sin éxito, la casa de la Cultura del ayuntamiento, donde se iba a celebrar una de las miles de votaciones del referéndum. Los efectivos de las fuerzas de seguridad del estado acudieron al lugar para tratar de requisar las urnas y para cerrar los colegios electorales. Sin embargo, una vez allí, comprobaron que les era imposible.
Era tal la congregación de gentes que ni siquiera pudieron a identificar a los responsables. Sí les fue posible reconocer, a ojo de águila, a dos personas, a dos de los cabecillas que se dedicaban a guiar a los ciudadanos en la jornada ilegal. Uno de ellos era Joan Carles Rodríguez, el alcalde de la localidad. El otro, el Director General de los Agentes Rurales, Marc Costa Trachsel, el jefe de los guardianes de la naturaleza catalana.
Costa es, a día de hoy, un superviviente. Se trata de uno de los pocos líderes en los puestos de responsabilidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad de la comunidad que han conseguido eludir los efectos de la aplicación del artículo 155. A día de hoy, continúa dirigiendo un cuerpo formado por un total de 502 agentes cuyas dedicaciones principales van desde rescatar polluelos que caen de su nido hasta realizar los censos de plantas en peligro de extinción.
Los agentes son un cuerpo que desarrolla su trabajo nutriéndose del aire puro de las montañas. Son ellos quienes curan a los animales, quienes les protegen o los encargados de escudriñar en las causas de los incendios en los bosques. Ahora, en pleno incendio independentista, es a su jefe a quien se le está investigando por permitir el referéndum. Y Marc Costa, amigo de Carmen Forcadell, es su cabeza visible.
Investigado por la juez Lamela
La importancia de Marc Costa reside en el hecho de que sigue ostentando cargo público. El pasado 5 de abril, la juez Carmen Lamela solicitó formalmente a un juzgado de Barcelona investigarle. Lo hizo en virtud de un informe remitido por la Policía Nacional, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Aparte de su actividad como guarda forestal, Costa ha ejercido un notable activismo político en favor del referéndum de autodeterminación y de la independencia de Cataluña. Tenía también su pequeño rincón digital para desahogarse.
No resulta complicado, por tanto, encontrar por internet las pequeñas tribunas que jefe de los agentes de los bosques vertía de vez en cuando en distintos portales online, en los que exhibía sin recato su posicionamiento a favor del separatismo. En algunos de ellos, llegó a reflexionar acerca de lo positivo que sería para Cataluña contar con un ejército propio.
Costa planteaba configurar un Sistema de Seguridad Nacional con una Agencia Catalana de Inteligencia y una Policía Nacional de Cataluña que integrara todas las competencias actualmente en manos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Las ideas son legítimas, pero lo que la juez Lamela está valorando ahora es si este agente público participó, como apuntan los informes de la Policía, en la organización del referéndum en la localidad en la que fue localizado facilitando la votación a sus habitantes.
Marc costa tiene 49 años y vive en Sant Julià de Vilatorta (Girona). Le gusta respirar el aire de la montaña, las largas caminatas y las jornadas en familia. Según los informes en poder de la Policía y de la juez Carmen Lamela, Costa desempeñó “un papel activo en la Casa de la Cultura del municipio de Sant Julià durante la celebración del referéndum del 1 de octubre. Costa facilitó información sobre la forma de acceder al local para depositar el voto”.
Marc es, ante todo, abogado y politólogo. Fue instructor y profesor de Derecho en la Escuela de Policía de Cataluña. Perteneció al cuerpo de los Mossos d’Esquadra. Antes de su nombramiento como director general de los Agentes Rurales, fue el responsable de la Oficina de Atención al Ciudadano del Área Básica Policial de la comarca del Ripollés. Colabora, además, con el Centro de Estudios Estratégicos de la Cataluña en materia de Seguridad.
Entre los años 2013 y 2015, fue responsable de la comisión jurídica y de seguridad de la Asamblea Nacional Catalana: “Ara es l´hora” de 2014. Aquella campaña tenía como fin realizar una exhibición de músculo el 11 de septiembre, llenando a rebosar de un amarillo en forma de V las dos grandes avenidas de la ciudad, la Gran Vía de las Cortes Catalanas y la Diagonal. Ahí conoció a Carmen Forcadell, uno de sus ídolos políticos. Desde aquel momento, se fotografiarían juntos en numerosas ocasiones.
"Los Mossos deben actuar con neutralidad"
Con aquella campaña, se calentaba todavía más la olla para promover el referéndum de autodeterminación. Y allí estuvo él, mucho antes de dirigir el reducto de agentes que deambulan por la naturaleza catalana velando por su conservación.
Tanto antes como después del referéndum, las redes de Marc Costa bullen en reivindicaciones a favor de la independencia. Son, no obstante, factores aledaños que la juez investiga en el contexto de un cargo de responsabilidad de las fuerzas de seguridad que presuntamente colaboró de forma activa durante el referéndum del 1-O.
Sin embargo, rebuscando en la hemeroteca, resulta notable encontrar algunas afirmaciones suyas que contrastan con su comportamiento durante la jornada del referéndum. En una tribuna publicada en un portal digital el 19 de diciembre del año 2016, Costa reflexionaba acerca del papel de los Mossos en Cataluña, tanto en la actualidad como en un futuro próximo en el que estuviesen subordinados a un supuesto gobierno republicano.
En sus palabras se mostraba mucho más comedido de lo que se mostró un año después: el 1-O el suyo era el comportamiento de un miembro de las fuerzas de seguridad del estado facilitando la votación ilegal, justo lo contrario de lo que promulgaba un año antes.
-Uno de los principios fundamentales de todo sido democrático y de derecho, es que la policía y, consiguientemente, los Mossos d'Esquadra actúen con absoluta neutralidad política e imparcialidad, independientemente del color político que tenga el gobierno en cada momento. Porque no olvidamos que hacer política le corresponde a los políticos, en ningún caso a los miembros de nuestra policía.
“Comenzamos la República Catalana”
El 6 de enero de 2016, Costa colgó un mensaje en su perfil de Facebook acompañado de una fotografía. En ella, aparece un grupo de personas al fondo enarbolando una estelada ondeando en el viento. El mensaje de Costa reza así: “Comenzamos la República Catalana”.
En aquel momento no ostentaba el cargo que todavía mantiene en la actualidad, pero sus ideas ya eran proclives a la independencia. Y eso es un factor que resultó clave para su elección.
La Dirección General de los Agentes Rurales se creó por un decreto de reestructuración del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y alimentación el pasado día 2 de mayo de 2017. Costa fue nombrado su primer director.
Según las investigaciones que obran en el informe de la Policía Nacional, cuando se creó el cuerpo obre una persona con formación policial y jurídica y con un fuerte compromiso con la celebración del referéndum del 1 de octubre y con la independencia de Cataluña.
La participación “proactiva” de Costa dirigida a “la facilitación y el favorecimiento del referéndum del 1 de octubre en la Casa de la Cultura de Sant Julià de Vilatorta prohibido por el Tribunal Superior de Cataluña llevada a cabo por Marc Trachsel, es un dato de carácter objetivo”. Todo ello se desprende no de los informes de los agentes que acudieron a intentar clausurar el referéndum en el pueblo, sino del acta que levantó en el lugar un agente de los Mossos d’Esquadra.
Por el momento, las autoridades desconocen el número de agentes rurales que pueden encontrarse en sintonía con las tesis soberanistas del Gobierno de la Generalitat que fue destituido en virtud de la aplicación del artículo 155. Sin embargo, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, 7 agentes rurales viajaron el pasado 7 de diciembre a Bruselas con el fin de mostrar su reconocimiento al Gobierno de la Generalitat “preso y en el exilio”.
“Ya he votado”
Enorme iniciativa dels @Agents_Rurals en defensa de les nostres institucions i del nostre @govern i a favor de la #democràcia #AgentsRurals pic.twitter.com/tVIxYFrkYr
— Marc Costa (@CostaTrachsel) 29 de septiembre de 2017
El 21 de diciembre de 2017, Marc Costa madrugó. Se levantó, salió de casa y se dirigió al colegio electoral de Sant Julià de Vilatorta. Era el día de las elecciones catalanas establecido por Mariano Rajoy nada más aprobar el artículo 155.
Una vez depositó su voto favorable a la independencia de Cataluña, colgó el siguiente mensaje en Twitter. “Pese a la gripe, ya he votado, por nuestro futuro, por nuestro país, por nuestra libertad, por la democracia, por mis hijos y por todos aquellos a quienes, injustamente, no os han dejado votar. #Ganaremos #21D”. Bajo el mensaje, un lazo amarillo decoraba la publicación.
Marc Costa nunca ha sido destituido de su cargo al frente de los Agentes Rurales. El cuerpo continúa siendo un reducto de lo agreste, un pequeño conjunto irreductible dentro del sistema que ha sobrevivido al 155 y cuyo líder apoya abiertamente el referéndum y la independencia. Entre sus paseos por los bosques, las curas de los pájaros, las revisiones de las montañas y del buen estado de los bosques, muchos de ellos han resistido en su defensa del referéndum del mismo modo que su líder, presuntamente, lo favoreció.
Con la nostalgia en la boca, Marc Costa escribió el 1 de abril un sentido mensaje en el que añoraba aquel día de gloria que para ellos fue el 1-O. “Hace seis meses que hemos demostrado que somos un gran pueblo y con una gran voluntad de convertirse en un gran país”.
Una de sus últimas proclamas en las redes sociales ha ido dirigida a su buena amiga Carmen Forcadell. Fue hace unos días, el 29 de mayo, con motivo de su cumpleaños. “Hoy es el aniversario de una buena amiga y mejor persona que no podrá celebrarlo en libertad con las personas que quiere porque está injustamente encarcelada por defender nuestros derechos y libertades. Felicidades Carmen. Te queremos de vuelta en casa”.
A día de hoy, Marc Costa sigue siendo el director de los Agentes Rurales. Nadie le ha desterrado de su puesto. Es, por tanto, un superviviente insólito del artículo 155.