Llegó el momento del adiós, la despedida de Mariano Rajoy a su amigo y sustituto como registrador de la propiedad, Francisco Riquelme, el hombre que guardó bajo llave su otro trabajo durante años en Santa Pola (Alicante). Tres décadas después, dos hombres y amigos de juventud, se reencuentran en el mismo lugar en el que se conocieron para despedirse.
Riquelme guardó la plaza desde el año 1990, pero ahora su colega ha vuelto y llega el momento de devolver el preciado puesto a su dueño. Rajoy vuelve mañana a Santa Pola. Será su primer día en la oficina. Por eso durante este martes se despidió de quien ha sido su custodio, su amigo de juventud.
El nuevo puesto de trabajo del expresidente del Gobierno dista mucho de lo que el gallego se encontró durante los años ochenta. Eran los años del ladrillo, del 'boom' del turismo, el Registro de la Propiedad de la localidad alicantina generaba hasta un millón de euros netos al año. Ahora todo es mucho más tranquilo. Rajoy, no obstante, tendrá un holgado sueldo y cobrará allí entre 400.000 y 500.000 euros netos anuales.
La despedida de los dos viejos amigos ha tenido lugar a lo largo de la jornada. El ex dirigente popular llegó de Madrid y se encontró con Riquelme en el Registro. Luego, ambos se fueron a comer para recordar los años de juventud y para hacer efectivo el traspaso de poderes.
Nuevo horario
El nuevo horario del ex presidente es diferente a lo que se ha acostumbrado en los últimos años. En la mañana de este martes se lo explicaron en el que será su nuevo puesto de trabajo. Algo más tranquilo que en estos años frenéticos, Rajoy entrará a las 9 y saldrá a las 5 de la tarde. Eso sí, con el parón para el almuerzo.
El expresidente del Gobierno solía decir siempre que no estaba en política para ganar dinero. Que perdía, de hecho, con respecto a su trabajo como registrador. Al frente del Ejecutivo ganaba 80.000 euros. Ahora esa cifra se multiplicará por cinco.
Tal y como ha anunciado el propio Riquelme a los medios que se han agolpado a las puertas del Registro, el expresidente se reincorporará mañana miércoles a su puesto. Durante un tiempo, según ha sabido este diario, estará a caballo entre Santa Pola y Madrid.
El puesto que deja Francisco Riquelme produce ahora el 50 por ciento de lo que producía hace treinta años. Tras años en la primera línea política, de avión en avión y recorriendo medio mundo en viajes oficiales, vuelve al lugar en el que empezó todo. Y lo hace solo, ya despojado de los escoltas y de la parafernalia que suele rodear a un Presidente del Gobierno.
Ambos se conocieron a finales de los setenta, entre los tomos que tuvieron que engullir para sacar adelante la oposición. Rajoy, con 24 años, se convirtió en el registrador más joven del país. Ya en los ochenta, ha contado alguna vez Riquelme, el expresidente del Gobierno le dijo: "Tengo unas ideas que pueden ser buenas para España". Cuando el gallego se fue a ponerlas en práctica, Riquelme se quedó al frente de la oficina de Santa Pola y empezó a hacer caja. Ahora, el gallego vuelve al lugar donde empezó todo, pero para disfrutar de un retiro dorado. Pero antes había que decir adiós a su amigo.