Jesús G.F., entrenador del equipo de fútbol sala femenino de Mos (Pontevedra), fue detenido en octubre de 2016 por supuestos abusos sexuales a dos menores de edad, una de ellas alumna suya. Fue la denuncia del padre de una de las niñas lo que provocó que la policía arrestase al acusado. Este lunes ha comenzado en la Audiencia de Pontevedra el juicio en el que se decidirá si cumple la pena propuesta por el fiscal: 26 años y ocho meses de cárcel.
Pero Jesús cuenta con un agravante en su contra: es reincidente en abusos a menores. La policía ya le detuvo en 2010 y 2011 por agredir sexualmente a otras dos de sus alumnas, ambas menores. En 2012, el entrenador consiguió la libertad provisional bajo una fianza de 30.000 euros y se le permitió recuperar su puesto de trabajo como entrenador y presidente del club de fútbol sala femenino Concello de Mos. A la salida de prisión, recibió el apoyo de algunas jugadoras, padres y la responsable de las escuelas deportivas del municipio, según informó Faro de Vigo.
En el escrito de acusación de la Fiscalía, en el que se le imputaban tres casos de agresión sexual en 2010, se relata la actuación del entrenador con sus víctimas: se ofrecía a llevarlas en su coche desde el pub Quedamos, que daba nombre al equipo en aquel momento, a sus casas. Durante el trayecto, paraba en un lugar apartado, se colocaba sobre las jóvenes y les bajaba las bragas.
El juicio por estos abusos se celebró en 2014. El juez impuso al acusado una pena de dos años y dos meses de cárcel, que quedó rebajada a dos meses por una sentencia de la Audiencia de Pontevedra por no poder demostrar que los abusos sexuales se consumaran. Tampoco se le juzgó por los otros dos supuestos casos, también relacionados con niñas menores de edad.
El caso de 2016, sumado a estos antecedentes, llevó a la Guardia Civil a investigar si cumplía la normativa que impide a los delincuentes sexuales trabajar con menores. Y, aunque el Concello de Mos explica que pidieron al entrenador el certificado y que este estaba limpio, se recordó que Jesús G.F. ya había sido condenado por un caso similar en 2014.
Relación con una menor
Este último caso fue denunciado por el padre de la menor, que sospechaba que su hija mantenía una relación con su entrenador, aparentemente consentida. Pero, debido al cambio en el Código Penal en cuanto al límite de edad para consentir las relaciones sexuales, sus actos entran en la categoría de abusos sexuales.
Las relaciones entre ambos se mantuvieron de forma periódica desde diciembre de 2015 hasta la detención del entrenador en octubre de 2016. Para ello, la fiscal apunta que el hombre se valió de su diferencia de edad, de su condición de entrenador y mentor, así como de la especial situación familiar de la víctima. De esta forma logró la confianza y sumisión de la menor.
El entrenador, que permanecía en prisión provisional desde octubre de 2016 a la espera del juicio, se enfrenta a los siguientes delitos: abusos sexuales sobre menores de 16 años (17 años de prisión), elaboración de pornografía infantil sobre menores de 16 años (8 años y 10 meses de prisión) y exhibicionismo y provocación sexual (10 meses de prisión); con el agravante de reincidencia. Además, el Ministerio Público pide que el acusado indemnice a las menores con una cantidad total de 26.500 euros: 25.000 para la menor que entrenaba y 1.500 para la otra víctima.
Para salvaguardar la intimidad de las menores víctimas, tanto la fiscal como las abogadas de la acusación y la defensa han pedido que el juicio, que esta previsto que finalice el viernes, se celebre a puerta cerrada.