“No, el señor no está. Se encuentra en Sevilla. Volverá más tarde, supongo”, dice por el telefonillo la asistenta de la casa cuando el reportero pregunta por el dueño de la vivienda.
Son las 11.30 de la mañana de este pasado jueves. Hora y media más tarde, un coche de color gris, un Audi Q7, se detiene en la puerta del chalet. De él descienden dos hombres. Uno de ellos es José R. G., pelo cano, piel bronceada al sol, camisa blanca y pantalón azul a la altura de la rodilla. La otra persona, probablemente, sea su hijo. Es igual que él, pero con varias décadas menos a las espaldas.
El hombre de menor edad abre la cancela de entrada a la vivienda y accede al inmueble. Está ubicado en una de las mejores urbanizaciones de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Tiene dos alturas, garaje, jardín y terraza delantera. Pero antes de entrar a su casa, José R., el antiguo dueño del club Don Angelo de Sevilla, sede de farras con el dinero de los desempleados andaluces, camina 200 metros hasta llegar a una gasolinera.
El hombre, ya retirado, desciende una cuesta escalonada, cruza una avenida y compra el periódico. A la vuelta, EL ESPAÑOL trata de hablar con el antiguo propietario del prostíbulo en el que durante la noche del 22 de marzo de 2010 y la madrugada del día siguiente, Fernando Villén, por entonces director de la extinta Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo (Faffe), realizó 15 pagos con su tarjeta black (de representación). En total, en algo menos de seis horas -desde las 20.57 hasta las 02.43 horas- abonó un total de 14.737 euros.
De acuerdo a la documentación a la que ha tenido acceso este periódico -y que obra en manos del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla desde el pasado 1 de junio- el cargo menor fue de 310 euros. El mayor, de 1.490.
- Señor R., me gustaría hablar con usted sobre lo sucedido dentro de su negocio aquella noche. ¿Además del señor Villén, había otros altos cargos de la Junta?
- Creo que se confunde.
- Usted es José R., antiguo dueño de un club de copas situado enfrente del estadio del Betis…
- …
- Señor R., ¿hubo más noches como esa?
- Lo que tenía que decir, ya lo dije en su día [declaró ante la Guardia Civil como testigo en 2015].
El hombre, al que en el ambiente de la noche se le conocía como ‘Joselito el del Don Angelo’, aligera el paso con el periódico enrollado en la palma de su mano derecha. “No voy a hablar”, dice justo antes de enfilar la larga escalinata en cuesta que le conduce a su amplio chalet, el símbolo de que los negocios le han tratado bien.
El mismo día que Griñán releva al superior de Villén
Los pagos con la tarjeta black de Villén en el prostíbulo Don Angelo coincidieron en una fecha significativa: el 22 de marzo de 2010. Ese día, el expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, -juzgado en la actualidad junto a Manuel Chaves en el caso de los ERE falsos- realizó una remodelación del gobierno andaluz.
Entre otros, Griñán relevó al por entonces consejero de Empleo del que dependía la Faffe, el jerezano Antonio Fernández, quien también se sienta en el banquillo de los acusados por los ERE desde diciembre de 2017.
Fernández, según desveló El Mundo en 2012, se autoincluyó en el Expediente de Regulación de Empleo de su antigua empresa, la bodega González Byass, donde dejó de trabajar en los años 80 para dar el salto a la política. En su dossier había un error muy llamativo: la fecha de antigüedad de Fernández en la empresa coincidía con la de su nacimiento. Había venido al mundo con un ERE en la canastilla.
Por el momento se han conocido los pagos, pero no quién acompañó a Villén aquella noche de farra. Ese mismo día, horas antes de entrar al Don Angelo, Villén pagó 613 euros en un restaurante sevillano. ¿Fue el comienzo de un largo día de excesos?
Tres días más tarde de la juerga en el prostíbulo, el 25 de marzo de 2010, alguien de la Faffe acudió al club de José R. a anular los quince cargos -aunque la lógica señala que también debió de asistir el propio Villén como dueño de la tarjeta-. Fue poco después de las nueve de la noche de aquel día. Las anulaciones se hicieron una a una. El proceso llevó 13 minutos: desde las 21.30 horas hasta las 21.43.
¿Lo ocultó la Junta de Andalucía?
Susana Díaz, actual presidenta de la Junta, barrunta convocar elecciones regionales para el próximo otoño. Esta noticia le ha saltado en un momento delicado para su gobierno y para su partido, el PSOE, ya que en la actualidad sus dos predecesores -Chaves y Griñán- están siendo juzgados por su gestión de los ERE falsos y, por otro lado, se está en plena investigación judicial de cómo se administraba el dinero público de los parados en la extinta Faffe, que llegó a gestionar 300 millones de euros.
Para el PP, que ha visto una dulce manzana en el ‘caso Don Angelo’, la Junta ha tratado de ocultar la noche de farra pagada a cargo del erario andaluz -aunque luego reembolsada-. Los pagos que se hicieron durante aquellas seis horas no constan en la contabilidad de la tarjeta porque fueron anulados por el portador tres días después de la fiesta en el club de alterne. Como se cuenta en esta información, alguien se encargó de volver al local para abonarlo en efectivo. Pero, en cambio, los movimientos bancarios de esos casi 15.000 euros sí quedaron grabados. Son la prueba de que se produjeron.
A principios de mayo de este año, el PP dio a conocer dicho desembolso en el prostíbulo, aunque por ese momento no tenía pruebas documentales. La Junta señaló entonces que sólo se había usado una tarjeta “con la que se gastaron 1.563 euros en tres años”, a razón de 44 euros diarios.
Poco después, el Gobierno andaluz, a petición de la juez María Nuñez Bolaños- sucesora en el Juzgado de Instrucción seis de Sevilla de la magistrada Mercedes Alaya-, abrió una investigación. Al no encontrar nada sospechoso en la contabilidad, la Consejería de Empleo solicitó los extractos de gasto de la tarjeta a la entidad bancaria responsable (Unicaja).
El gabinete jurídico de la Junta analizó dichos cargos y, el 1 de junio de 2018, remitió la información a la juez Bolaños. Hasta la fecha, y a instancias de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la magistrada había solicitado a la Junta reiteradamente, pero sin éxito, los movimientos bancarios de dicha tarjeta para conocer cómo se operaba con ella.
El pasado 10 de julio, dos meses después de saltar el escándalo del Don Angelo de la mano del PP, la Junta de Andalucía calificaba de “lamentable, intolerable y patético” que se hubiera desembolsado casi 15.000 euros en un prostíbulo con dinero que debía destinarse a la formación de los parados andaluces.
El Gobierno regional señaló que fue la Administración de Susana Díaz la que puso en manos de la Justicia la documentación sobre los extractos bancarios de la tarjeta black de Fernando Villén. Sin embargo, los detalles de los 15 cargos en el prostíbulo los dio a conocer ese mismo día el PP en otra rueda de prensa.
El actual consejero de Empleo, Javier Carnero, compareció en el Parlamento andaluz para dar explicaciones sobre la tarjeta de Fernando Villén el 12 de junio. 12 días después de remitir la documentación al juzgado. El consejero omitió los datos de los extractos y, desde entonces, la Junta ha evitado dar detalles concretos de los movimientos bancarios.
Tenía un tope de 3.000 euros; lo quintuplicó en 6 horas
Hasta la fecha, la Guardia Civil desconoce quién acudió el 25 de marzo de 2010 al club Don Angelo, situado en la avenida Manuel Siurot de Sevilla y frente al estadio Benito Villamarín, para abonar la cuenta en metálico y así anular los cargos efectuados tres días antes. Se sobreentiende que uno debió ser el propio Fernando Villén por tratarse del titular de la tarjeta. Se desconoce también cómo dicha tarjeta, que tenía un tope de gasto de 3.000 al mes, pudo quintuplicar dicho montante en menos de seis horas.
El dueño del prostíbulo, José R., declaró como testigo ante la Guardia Civil a las 17.30 horas del 5 de noviembre de 2015, según el acta a la que tiene acceso este periódico. En dependencias de la Benemérita en la capital hispalense, Joselito explica que, de 2008 a 2010, se dio de alta como autónomo en la actividad de hostelería, un período en el que regenta el Don Angelo.
José R. reconoce que en el interior de su local se prestan “todos” los servicios “relacionados con los propios de un bar de ocio para adultos (club de alterne)”. Durante su declaración, el dueño del prostíbulo explica a los agentes que sólo había dos trabajadores autorizados para usar el datáfono con el que realizar los cobros: un camarero llamado Antonio y la ‘madame’, Loreto, que realizaba “las funciones de encargada”.
Cuestionado por la Guardia Civil sobre en qué circunstancias “se realizaban anulaciones o devoluciones de los servicios abonados mediante la utilización de medios de pago electrónicos”, José R. explica que se pueden haber producido con “cantidades pequeñas, en torno a aproximadamente 300 euros, debido principalmente a desacuerdos en la facturación, sin tener constancia de ninguna anulación o devolución de grandes importes”. Entonces, ¿cómo se produjó la anulación del cobro de 14.737 euros divididos en 15 pagos, alguno de ellos de más de 1.000 euros?
Una fundación para el enchufismo
Los ‘beneficios’ de la Faffe, cerrada en mayo de 2011 -15 meses después de la juerga del Don Angelo- no acaban en la tarjeta black de Fernando Villén, reconocido socialista andaluz y rostro habitual del prostíbulo. Villén tenía un sueldo anual de 80.000 euros. El directivo que menos cobraba, 70.000. Además, la fundación que debía costear los cursos de los parados andaluces sirvió como agencia de colocación para el PSOE de Andalucía.
En la extinta fundación llegaron a trabajar en torno a medio centenar de afiliados socialistas. Pero también hijos, cuñados, sobrinos y esposas de dirigentes del PSOE que ahora lidera Susana Díaz y que en la antigua ejecutiva de Griñán figuró durante años Fernando Villén como secretario de Empleo.
La lista de enchufados es larga entre sus 1.700 empleados. Villén metió a trabajar en la Faffe a su mujer, Concepción Ben, primero con un cargo en Cádiz y luego en Sevilla; a su cuñada, Rosario Ben, en Huelva; a su propio hermano, Manuel Villén, como director de Actividad dentro de la fundación, y a su sobrino Manuel Villén Nogués.
Su mano derecha en la Faffe, Joaquín Morales, puso en nómina a su cuñado y a su propia hermana. Pero hay otros nombres de cargos ilustres socialistas con vinculación con la fundación. En un listado al que accede EL ESPAÑOL, aparecen como trabajadores Carmen Ibanco, esposa del hoy alcalde de Sevilla, Juan Espadas; dos sobrinas de Gaspar Zarrías, ex secretario de Estado de Cooperación Territorial y exconsejero de la Junta; un sobrino de Luis Pizarro, también exconsejero andaluz y miembro del conocido como clan de Alcalá, o el hijo de la expresidenta de la Diputación de Huelva, Petronila Guerrero.
La Faffe también dio cobijo y calor monetario a dirigentes socialistas locales que habían perdido la Alcaldía en sus pueblos. Como Antonio Torres, exregidor de Lebrija (Sevilla), quien durante su paso por la fundación ganó 550.000 euros sin apenas acudir a su despacho, como luego desvelaron sus compañeros de trabajo.
El 11 de octubre de 2018, dentro de tres meses, la magistrada Bolaños ha citado en su despacho para que declare a Fernando Villén, antiguo director de la Faffe hoy en paro. La juez espera que arroje luz sobre qué pasó aquella noche del 22 al 23 de marzo de hace ocho años, cuando con el dinero de todos los andaluces, el mismo que debía ir destinado a formar a los parados, se pagó las prostitutas de no sabe quién.
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