Julia Valverde (38 años), la primera gitana que entró en Gran Hermano, ha sido detenida en su Mallorca natal por obligar a su hermana a vivir durante dos meses en el rellano del edificio. La ex concursante del reality más famoso de España -en su edición número 12- fue arrestada la madrugada del pasado domingo por la Policía Nacional acusada de un presunto delito de coacciones: echó a su hermana de casa por “problemática” y la hizo habitar en el portal durante más de ocho semanas, según ha podido saber en exclusiva EL ESPAÑOL. Este periódico se ha puesto en contacto con Julia por vía telefónica, quien ha confirmado la noticia pero ha declinado hacer declaraciones hasta que se celebre el juicio.
Las dos hermanas residían en un bajo situado en la calle Castillo de Olite, en la barriada Corea de Palma de Mallorca. Según cuentan personas cercanas a la familia, la víctima padecía “una esquizofrenia violenta” y Julia llegó a temer por su vida en distintas ocasiones. La ex concursante acabó por expulsarla de la vivienda que compartían, no sin antes arrebatarle las llaves para asegurarse de que su hermana no tenía ninguna forma de acceder al piso.
La afectada no tenía otro lugar para vivir, por lo que se vio obligada a instalarse en el portal del edificio. Así pasó dos meses hasta que su hermano Paco, un cantaor de flamenco conocido en el barrio como El Paquito de Corea, tuvo conocimiento de su situación y en la madrugada del pasado domingo dio aviso a la Policía Nacional.
La patrulla que se presentó en el lugar de los hechos comprobó cómo los objetos personales de la víctima se encontraban repartidos por el rellano de la vivienda. Esto fue considerado como prueba fehaciente de un delito de coacciones por parte de Julia, que seguía en su casa, como de costumbre. Los agentes la detuvieron al momento, pero, la que fuera la tercera expulsada de la duodécima edición de Gran Hermano, ya ha sido puesta en libertad.
Gran Hermano: problemas y "ni un puto duro"
Julia saltó a la fama tras convertirse en una de los concursantes del emblemático programa de Telecinco, especialmente por haber sido la primera gitana en entrar en la casa. Allí permaneció un mes hasta que tuvo una disputa con Anub, un joven indio al que terminó por insultar. Por esto, los seguidores del programa la acusaron de racismo y aquella misma semana fue expulsada con un 62% de los votos. Ella quedó muy descontenta con la decisión de la audiencia y se quejó de que la habían echado “por gitana”.
Julia ha sido muy crítica con el reality desde que salió. En una entrevista al periódico regional Última Hora, la ex concursante contó que había entrado en Gran Hermano pensando que le iba a suponer una ayuda para “mejorar en todo”, pero no resultó ser así. En varias ocasiones, ha manifestado su indignación por las escenas que se emitían y las que nunca llegaron a ver la luz: “Me pasé (una noche) cantando flamenco para que así me escuchara la gente, pero no sacaron nada de eso”. La mallorquina, cuya pasión es interpretar piezas de este género musical, quería darse a conocer como cantaora a través del programa.
A su salida, como a muchas otras, le ofrecieron posar desnuda para la revista Interviú, pero ella se negó: no se atrevía por su “condición de gitana” y porque no se sentía cómoda con la idea.
El programa sólo le trajo “problemas” y encima no ganó “un puto duro”. En la casa cobraba 42 euros al día y después de un mes en el reality salió con menos de 1.500 euros en el bolsillo. Gracias a los bolos -colaboraciones con fiestas en discotecas- y los programas del corazón de Telecinco como Sálvame o Enemigos Íntimos, que la llevaron como invitada, pudo sacarse un sueldo extra bastante más cuantioso. A pesar de todo, definió su paso por la casa como “una experiencia bonita”.
"Una gitana moderna"
Sus allegados la definen como una joven “muy trabajadora y formal” a la que no se le caen los anillos por desempeñar cualquier tipo de empleo. Utiliza su propia casa, el mismo bajo que ahora la vuelve a señalar, para montar su salón de belleza, en el que arregla las uñas y las pestañas de muchas de sus amigas y conocidas. Se lleva “bastante bien” con todos sus vecinos, gracias a su carácter extrovertido y amable.
En su vídeo de presentación para Gran Hermano, se definió como “una gitana moderna”, amante de su cultura y de “la alegría”. Se casó siendo muy joven con Juan Miguel, con quien tuvo un hijo, pero, tras doce años de matrimonio, se divorció. Cuando ingresó en el reality trabajaba como vendedora ambulante de ropa en un mercadillo de la isla: “Si te gusta lo que llevo, me lo quito y te lo vendo”, bromeó ante la cámara.
La barriada Corea -anteriormente conocida como Las Viviendas- es uno de los distritos más humildes de Palma de Mallorca. Julia se lamentaba de su situación en dicho vídeo, cuando contaba que “nunca” había tenido “una casa digna” y expresaba su deseo de tener “una taza de váter” en la que poder sentarse “como una reina”.