Lunes teñido de negro por la violencia machista en España. En menos de las 24 amargas horas, dos mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas. En esta ocasión, los dos presuntos responsables ya han sido detenidos y son de origen extranjero: un brasileño y un dominicano. En lo que llevamos de año: casi la mitad de los crímenes machistas que se han cometido en este país han sido a manos de foráneos. Los ciudadanos extranjeros en nuestro país representan el 9,82% de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Los nacionales siguen siendo mayoría, pero existe una notable presencia de ciudadanos extranjeros entre los autores de estos trágicos delitos: de las 33 víctimas en lo que va de año, 15 de ellas -el 45,5%- han sido asesinadas por hombres foráneos. Este porcentaje va en alza -hasta la fecha-, ya que el año pasado, en el que fueron asesinadas 51 mujeres, poco más del 33% -17 víctimas- tuvieron como verdugo a un extranjero.
Este no sólo es el caso de las víctimas de hoy, la primera en Asturias y la segunda en Madrid. También es el amargo final de Ivanka, de 60 años, una cuidadora de ancianos de origen búlgaro que llevaba 15 residiendo en Orihuela (Alicante) cuando Matey, también búlgaro, la estranguló hasta la muerte. Luego, llamó a la Policía para confesar el delito. Este suceso tuvo lugar la última semana del pasado agosto.
Especialmente duro fue el crimen de Mustafa, un hombre marroquí de 39 años que apuñaló a la madre de su único hijo en Dúrcal (Granada) a principios de agosto. Ella era Leyre, una alegre joven de tan sólo 21 años que había abandonado su hogar por amor. Su asesino permanece en prisión mientras que Belinda, la madre de la víctima, cuida de su nieto huérfano de dos años en su casa, rota por un dolor que nunca cesará.
La sociedad cada vez está más concienciada contra la violencia de género y son habituales las muestras de solidaridad por parte de pueblos enteros que se vuelcan por el bienestar de las ‘otras’ víctimas: los niños. Este verano estuvo marcado por la movilización que protagonizaron los habitantes de Lepe (Huelva) cuando la rumana Cristina Márin, de 24 años, fue asesinada por su pareja, Laurentiu Daniel, de su misma nacionalidad. Los leperos pagaron el funeral de la joven y se ofrecieron para acoger a las dos hijas de la pareja -de 5 y 2 años- para que no fueran separadas en el proceso de adopción.
Pero gran parte de estos tristes sucesos tuvieron lugar en familias desestructuradas, en las que la mujer se encontraba tan anulada y recluida por su maltratador que nunca llegó a denunciar. La última de estas tragedias ocurrió en la localidad madrileña de Villalba, a media hora en coche desde la capital, en la que una pareja de jóvenes de origen rumano que vivían como okupas se rompió de la más cruel de las maneras: él la apuñaló hasta acabar con su vida.