De un hotel a un resort. La vida entre selfies de Mariano Rajoy como registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante) le ha obligado a trasladar su residencia de nuevo. Hasta este verano se alojaba en el Hotel Meliá de Alicante, un lujoso complejo ubicado en pleno paseo marítimo. Sin embargo, la presión a la que estaba siendo sometido el expresidente del Gobierno en sus últimos días en la provincia ha forzado su salida del complejo.
Rajoy residirá durante este mes, hasta que se formalice su traslado a Madrid, en el Alicante Golf&Spa. Se trata de un resort de cuatro estrellas, propiedad del empresario catalán Joan Gaspart. Este nuevo enclave, está ubicado en la playa de San Juan (Alicante), a media hora de su puesto de trabajo y 20 metros de la playa. El precio medio por noche en una habitación estándar para una persona alcanza esta vez los 152 euros, algo menos que los que pagaba en el Meliá.
Entre los servicios que ofrece el hotel destaca el acceso a dos piscinas (una cubierta y otra exterior), zona de spa, pista de pádel y un salón de peluquería y estética donde poder relajarse. También el acceso a un campo de golf de 18 hoyos, diseñado por Severiano Ballesteros, el mayor icono de este deporte en España. Es el producto estrella de la casa. Sin duda, se trata de un bonito espacio que, aunque no sea aprovechado por Rajoy, que no es aficionado a este deporte, le otorga al menos cierta privacidad. Una situación muy diferente a la que hasta hace poco padecía en Alicante. “La gente le para a todas horas, a veces hasta le esperan a la salida del trabajo para hacerse fotos con él y nunca dice que no. Es una persona muy educada y amable”, explica a EL ESPAÑOL Concha Morales, camarera del restaurante La Sal (Santa Pola), ubicado a unos cinco metros del despacho del registrador.
“Ha rejuvenecido, está muy guapo”
La nueva vida de Rajoy como funcionario, alejada de la actividad política desde que se se convirtiera en el primer presidente de la democracia tumbado en una moción de censura, ha contribuido a una mejora de su aspecto físico. Debe estar más relajado, comentan en La Sal. “Por las mañanas, antes de venir al despacho hace deporte. Tiene mejor aspecto que cuando estaba en política. Se ha dejado su melenita...ha rejuvenecido. Está muy guapo”, explica entre risas a El ESPAÑOL Morales.
Hasta este restaurante, que destaca por una amplia carta de arroces y pescados, se trasladan cada día a desayunar y comer los guardaespaldas del expresidente, que se incorporó a su puesto a finales del mes de agosto tras dos semanas de vacaciones.
Sin embargo, él suele almorzar con el elenco político de la ciudad en la pulpería Narcea o en Batiste, ambos restaurantes ubicados en Santa Pola, aseguran testigos de la zona. El precio de los menús supera los 40 euros a diferencia de los 12.50 del modesto local que regenta Morales: “Antes de irse a Madrid me ha prometido venir a La Sal a comer una tortilla de patatas”, dice.
Tendrá que ser a finales del mes de septiembre. “Aún se tiene que publicar su traslado en el BORME y en el BOE, entonces será oficial. En Madrid se le espera para el próximo día 1 de octubre”, explica a EL ESPAÑOL una portavoz del Registro Mercantil de la capital, el más grande de España.
Una vez se anuncie su traslado, el registrador cuenta con un periodo de 20 días para realizar su traslado. Entonces el ex-presidente tomará posesión de uno de los despachos ubicados en la segunda planta del edificio del Paseo de la Castellana, 44, a dos kilómetros de la sede del Partido Popular, en la calle Génova 13, y 350 metros de la embajada a de Estados Unidos. Un ambiente más familiar para el ex-líder del PP que contará con un amplio ventanal con vistas a las oficinas del Parlamento Europeo, situadas en el número 46 de la misma calle.
En este nuevo periodo compartirá, además espacio con otros 22 colegas, registradores mercantiles, con quienes se repartirá un sueldo de aproximadamente 1,5 millones de euros, y cerca de 250 empleados entre oficiales y auxiliares que ayudarán a ponerse al día de sus funciones.
Rajoy, que cuenta con 40 años de antigüedad desde que aprobó la oposición en el 1978, es uno de los registradores más veteranos de España. De hecho, actualmente ocupa el puesto número 36 del escalafón de funcionarios de su categoría.