Cristian Carretero tuvo este año unas Navidades diferentes. Este médico barcelonés, 29 años, residente en Suecia, estaba acostumbrado a la nieve en las aceras, a los anocheceres tempranos, al frío invernal. Pero este mes de diciembre todo cambió: fue padre, sí, pero también fue detenido por varios delitos sexuales, incluida la violación, cometidos contra 52 niños en diferentes centros hospitalarios del país. Desde entonces, sigue entre rejas, en prisión preventiva.
Ambos acontecimientos sucedieron con apenas días de diferencia. Cristian había iniciado meses antes, junto a su mujer -una médico malagueña-, el proceso para ser padres mediante gestación subrogada. El lugar elegido, como otras tantas parejas, fue Ucrania. Concretamente, en la clínica BioTexCom.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, cuando el pequeño nació, ninguno de sus progenitores fue a recogerlo. Su padre estaba en prisión. Su madre, a punto de pedirle el divorcio. Tuvo que ser su abuelo paterno, el padre de Cristian, el que fuera hasta el país a recoger al bebé.
En Ucrania, sólo las parejas heterosexuales casadas pueden acceder a estas técnicas reproductivas. Ni solteros, ni personas homosexuales. Es uno de los pocos requisitos para poder llevar a cabo esta práctica.
Sin MIR, a trabajar en el extranjero
La historia de Cristian Carretero Sánchez, barcelonés de origen gerundense, comienza en 2014, en la ciudad condal. Apenas terminar de estudiar medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona, el ahora detenido decidió no estudiar el MIR. Parecía no interesarle ninguna especialidad médica. Así que, según adujo en el país escandinavo años más tarde, se marchó a Australia para comenzar a ejercer. De ahí dio el salto a Europa y aterrizó, meses más tarde, en Suecia.
En la localidad norteña de Skelleftea encontró trabajo. Fue en una clínica que apostaba por el “talento extranjero” ante la falta de profesionales nativos, tal y como reflejó la prensa local en su momento. "Comunicarse diariamente es absolutamente crucial: mis pacientes no hablan a un médico cuando describen sus síntomas", decía Cristian en un reportaje en el diario Folkbladet. Era marzo de 2015.
Para entonces, según la información que manejan las autoridades suecas, el pediatra comenzaría a cometer, presuntamente, los delitos por los que está imputado ahora. No fue sólo en Skelleftea: también actuó en centros hospitalarios de Skövde, Jönköping y Estocolmo entre octubre de 2015 y noviembre de 2017.
Trabajaban en ciudades distintas, pero quisieron ser padres
Fue también en 2017 cuando contrajo matrimonio con su mujer. Ella había residido previamente en España, pero se mudó a Skövde con él. Pero, con los meses, Cristian comenzó a trabajar en Estocolmo. Ambas ciudades están a casi cuatro horas de distancia en coche.
Sin embargo, el matrimonio decidió que querían ser padres a través de un vientre de alquiler en Ucrania. Es un destino cada vez más en boga para la gestación subrogada para los españoles. Según fuentes consultadas por este periódico, alrededor de 300 bebés nacidos en este país del este europeo son inscritos como hijos de españoles año tras año. Influye su relativa cercanía, al encontrarse en Europa, y, sobre todo, su precio. Las tarifas del proceso que culminará en un bebé son sensiblemente menores que en otros países en los que están regulados los vientres de alquiler, como Estados Unidos o Canadá, en los que el coste puede doblarse o incluso triplicarse.
Cristian y su esposa escogieron BioTexCom, una clínica bastante conocida en los últimos tiempos: es la misma que utilizaron al menos una veintena de familias españolas que estaban atrapadas en Ucrania con sus bebés nacidos por la negativa de las autoridades consulares de España a tramitar la inscripción en el registro civil de los recién nacidos.
Cristian decía que los tocamientos eran lo habitual en España
El juicio contra Cristian ya ha comenzado. Él se ha declarado inocente, pero la Fiscalía cree que tocó en muchas ocasiones de forma injustificada a los niños, que acudían por dolencias de otro tipo, en los genitales y el ano y los penetró con los dedos o con instrumental, por lo que en seis casos cabe hablar de violación grave, un delito penado con hasta diez años de prisión en Suecia. La defensa afirma que sí que había una motivación médica y que pretendía hacer exploraciones minuciosas de todo el cuerpo, habituales, según el acusado, en España.
Este periódico se ha puesto en contacto con una de las abogadas de Cristian para conocer cuál es la situación actual en la que se encuentra el bebé. Han rechazado hacer algún tipo de declaración.
Noticias relacionadas
- La industria de los vientres de alquiler en Ucrania con derecho a aborto: los 300 niños 'españoles' nacidos allí
- Exteriores deja 'tiradas' a una veintena de familias de gestación subrogada en Ucrania
- María y Fernando, atrapados en Kiev, culpan a la 'guerra' de Calvo contra los "vientres de alquiler"