3 días, 30 testigos y centenares de preguntas por hacer. Múltiples son las cuestiones que se plantearán para definir cuál fue el método que dos padres siguieron para ganar dinero a costa de la enfermedad de su hija. Es el balance inicial que hacen las partes horas antes de que de comienzo el juicio por el caso Nadia. Un juicio retrasado durante meses debido a una importante circunstancia. Fernando Blanco, el padre de la pequeña, quien la paseó por platós de televisión de toda España hasta amasar casi un millón de euros en donaciones, no tiene quien le defienda.
Él y su mujer, Marga Garau, tendrán que responder por las mismas acusaciones, pero cada uno llevará una estrategia diferente. A ella le defiende Alberto Martín, el abogado que más tiempo lleva en el proceso. Precisamente, fue el primer abogado que defendió a Fernando. Agrupaba su defensa y la de su mujer. Fue el primero en renunciar a defenderle en los tribunales.
El segundo de los letrados también renunció. Lo hizo este mismo año. Entonces se le asignó un letrado de oficio, David Vicente. Este hecho, que sucedió en mayo de este mismo año, hizo que el juicio se retrasase unos meses más de lo esperado. La fecha del proceso en el que se iba a juzgar a los presuntos estafadores estaba fijada, más o menos, para comienzos del verano. El contratiempo de una nueva renuncia a defender al padre de Nadia hizo que todo se pospusiese. Ahora, por fin, será el abogado David Peña quien se siente mañana en la Audiencia de Lleida para defender al padre de la pequeña Nadia.
Sin embargo, hasta ahora, Fernando no había tenido quien respondiese por él, y por el delito del que la fiscalía le acusa: estafar 1,1 millones de euros de donaciones de particulares y empresas que iban a parar a una asociación creada para ayudar a su hija, aquejada de una enfermedad rara llamada tricotiodisfrofia.
Fernando se ha quedado solo. Tanto es así que hasta su propia mujer, para quien la fiscalía pide la misma pena, jugará sus bazas contra él en la sede judicial: el objetivo, para ella, es tratar de demostrar (o tratar de vender) que ella no tenía nada que ver y que era Fernando quien se encargaba de todo. Quien urdió la estafa y quien lo orquestó todo.
500.000 euros en ocio y solo 2.000 en médicos
"Nos dijeron que era cuestión de vida o muerte. Que la iban a operar en Estados Unidos. Desde una asociación sin ánimo de lucro nos escribieron y nos dijeron que había una niña que necesitaba una operación urgente o moriría en pocos meses. Y que necesitaban 120.000 euros o la niña moriría. Conseguimos recaudar 9.000. Pasaron los meses y la operación nunca se hizo". Quien habla es Vanessa, una de las afectadas que tendrá que declarar a lo largo de las tres intensas jornadas que durará el proceso judicial contra los padres de la pequeña. Como muchos otros de los testigos llamados a declarar por la fiscalía, prestará testimonio por videoconferencia.
La tricotiodistrofia, la enfermedad de la pequeña, les abrió las puertas de los grandes medios. Ahí se percataron que estaba el caramelo que buscaban: cuanto más aparecían, cuanto más lacrimógeno e inverosímil el planteamiento de la historia (siempre era planteado como una cuestión de cara o cruz, de vida o muerte, de días o de segundos) mayores eran las donaciones y los ingresos que recibían en la asociación que crearon para la niña. Seis años estuvieron así.
La Fiscalía asegura que, cuando intervinieron sus cuentas, se comprobó que apenas quedaban unos 300.000 euros del total de dinero que habían recibido en donaciones. En fiestas, restaurantes y hoteles de lujo se gastaron cerca de 500.000 euros. Nada hubo para Nadia: tan solo algo más de 2.000 euros en farmacias y gastos médicos. Esa fue la única cantidad que sus padres se gastaron en ella.
Para defender a Fernando, su abogado, David Peña, solicita que durante estos tres días que durará el juicio se presenten a declarar "todos y cada uno de los profesionales de medicina que han tratado y/o visitado en el Reino de España a la menor desde su nacimiento". La pequeña Nadia, entretanto, ha vivido todos estos meses bajo la custodia de sus tíos, los hermanos de su madre.
Qué ha sido de la pequeña Nadia
"Me llamo Nadia, y sufro una enfermedad muy rara. Necesito un aguinaldo. Y mis amigos músicos me van a ayudar". Hay una imagen desgarradora de Nadia que permanece dos años después en un vídeo que está colgado en todas partes. La voz en off de la joven narra lo que parece ser una carta de los Reyes Magos que sus padres le debieron hacer grabar en vídeo. La pequeña prosigue su narración diciendo que necesita dinero. "Necesito 18.000 euros".
Todavía permanece en Youtube el vídeo promocional del calendario de Navidad que en el que sus padres lograron que la pequeña se fotografiase con famosos de toda España para luego venderlo y sacar tajada. Futbolistas, famosos, entrenadores, actores jugadores de tenis... Todos estaban atrapados sin saberlo en la telaraña de una falsedad y de una mentira que se destapó meses después.
De vivir en Lleida, de una vida de platós de televisión y de supuestas operaciones a vida o muerte, la pequeña ha pasado a la tranquilidad de Binissalem, una céntrica localidad de Mallorca en la que vive desde que encarcelaron a su padre y a su madre le quitaron la custodia. Entre la playa, los días con sus primos y sus tíos y las consultas médicas a las que tiene que acudir con regularidad, el tiempo transcurría tranquilo en la comunidad balear. “La niña está preciosa, está perfectamente cuidada. Le damos el cariño que le hemos dado siempre, toda su vida. No le falta de nada”, explicaba hace meses la familia a este periódico. Pese a todo, Nadia no ha sido capaz de olvidar el día en que detuvieron a sus padres en Lleida.
Sus ahora tutores se hicieron con su custodia cuando encarcelaron a su padre por estafa y cuando a su madre le retiraron la custodia de la menor.Marga, la madre, quien este martes se sentará también en el banquillo de los acusados, ha estado todo este tiempo en libertad provisional, viviendo a escasos kilómetros de la pequeña.
Se instaló en Santa María del Camí, en la casa de la abuela de la familia. Esta localidad está a menos de diez minutos en coche del lugar en el que se encuentra la pequeña Nadia. De ese modo, madre e hija mantienen el contacto, perdido durante meses. A Margar solo se le ha permitido verla los fines de semana. Así lo decretó el juez.
Nadia era el principal instrumento de su padre para lucrarse: las fotos con la cabeza rapada, las fotos con futbolistas, las fotos con actores y actrices, los abrazos y los vídeos en las redes sociales... Ella no lo sabe, pero todo apunta que durante meses fue el juguete que su padre utilizó para saciar su propio disfrute. Todo a costa de su enfermedad.