El día en que le mataron a su Che en el patio de casa, Ángela Vallina volvió sobre las ocho de la tarde del trabajo en el ayuntamiento de Castrillón. Era 27 de agosto de 2014 y la que fue primera alcaldesa de la historia del municipio lo encontró moribundo, tirado en el suelo, desangrándose. Al perro, que así le nombró en honor al guerrillero revolucionario argentino-cubano, le hallaron alojados en el tórax varios proyectiles que habían sido disparados a bocajarro, según la autopsia, “con un calibre 22”. Así consta en la denuncia. Ella lo tiene claro: alguien había entrado en la casa y había acabado con su vida.
Más que asustada, en ese momento la primera alcaldesa de Izquierda Unida en toda la historia de Castrillón se sintió, según relata a EL ESPAÑOL, amenazada. No era la primera vez que le sucedía algo similar, aunque nunca nada de tal magnitud. “Amenazada, sí, pero más por mi familia. Ver a mi hijo (que era su mascota) hecho un desastre. Al mismo tiempo, piensas: se lo han hecho al perro porque no te lo han podido hacer a ti. ¿Qué será lo próximo?”.
Están siendo meses convulsos en Asturias desde el asesinato de Javier Ardines, el único concejal que Izquierda Unida tenía en el ayuntamiento de Llanes y quien sirvió como llave en las últimas elecciones municipales para cortar treinta años seguidos de gobierno del PSOE. Tras este hecho, y durante la investigación del crimen (las causas por el momento se desconocen pero la hipótesis del móvil político se baraja como una de las dos posibilidades) se han conocido otros casos que dibujan a la política asturiana como una especie de Salvaje Oeste, un campo de minas por el que a determinados grupos políticos les está resultando complicado transitar.
Amenazas de muerte, mensajes anónimos en el domicilio, asaltos a despachos, coches rociados con ácido… En los últimos cinco años se han presentado en Asturias 19 denuncias, todas por amenazas a alcaldes o concejales. Ocho han sido ya desestimadas y otras once continúan pendientes de resolverse. Varias semanas después de estos y otros hechos, EL ESPAÑOL reconstruye las historias de distintos políticos asturianos afectados. Toda esta secuencia de ataques que ya dura varios años sale ahora a la luz. Todos los hechos que se narrarán de aquí en adelante están basados en los testimonios y en las denuncias interpuestas por los protagonistas. Con todos ellos ha hablado este periódico.
Ninguno de ellos se atreve a apuntar a ningún culpable. Todos recalcan que no se trata de una trama organizada, que no acusan a nadie, que los hechos que denuncian, aunque no están relacionados entre sí, son tan graves que no pueden simplemente mirar hacia otro lado. Tras el asesinato del concejal Javier Ardines, cuyas causas y autores todavía se desconocen, los sucesos ocurridos antes y después de la aparición del cadáver del edil llanisco cobran ahora una nueva dimensión. Ser político en Asturias es un negocio complicado, y esto se refleja en un refrán asturiano al que varios de los políticos amenazados apelan al hablar de la situación de la comunidad: “Faiste de miel y cómente les mosques”.
Capítulo 1: Un coche rociado con ácido
-Mi compañero Aníbal, el alcalde, insistía mucho durante las reuniones del equipo de gobierno que no dejáramos los coches expuestos. No le hice mucho caso. ¿Quién pensaba que esto podría pasar?.
El martes 15 de mayo de 2012 Juan José Menéndez, concejal de Personal, Seguridad Ciudadana y Medio Rural en el ayuntamiento de Mieres, se levantó a las ocho de la mañana para ir, como todos los días, a su despacho. La noche anterior había dejado el coche aparcado a la puerta de su casa. Lo estacionó, en concreto, en la acera de enfrente. Al ir a cogerlo, advirtió que del techo del vehículo surgía una tenue humareda de color gris, como si aquello fuera una especie de locomotora de vapor. "Los cristales estaban como borrosos; los tapacubos, derretidos y la tapa del motor, agujereada" relata a EL ESPAÑOL.
Alguien lo había rociado con ácido. Juan José no perdió un instante: se metió en el coche los condujo con rapidez hasta la puerta del ayuntamiento y lo dejó allí aparcado. Quería que sus compañeros de gobierno comprobasen el efecto corrosivo del ácido, que había deshecho por completo el exterior de su Volkswagen. El automóvil estaba destrozado.
Hubo que reconstruirlo por completo. "Tan solo pude denunciarlo ante la policía y mantenerme firme". Izquierda Unida condenó en tromba el ataque. No tenían ninguna duda de que se trataba de un ataque planeado.
Juan José Menéndez entró como concejal de Personal, Seguridad Ciudadana y Medio Rural en el ayuntamiento de Mieres en el año 2011, cuando Izquierda Unida le arrebató al PSOE el bastón de mando local. En Mieres, cuenca minera, 39.505 habitantes, el PSOE había gobernado siempre desde los comienzos de la democracia.
Nada más llegar al municipio, en plena crisis económica, el grupo municipal, entre ellos el propio Juan José, decidió hacer un ajuste de grandes dimensiones en el municipio. "Consistía en ajustar lo que sucedía dentro a la realidad. No vivir fuera de nuestras posibilidades", dice Menéndez.
-Había sueldos aquí que no los tenían en el ayuntamiento de Madrid. Llamé a todos los que les reduje la comisión y a todos les dije por qué lo reducía. Si el ayuntamiento tenía 32 millones de euros, el 60 por ciento iba directo para los sueldos del personal.
El nuevo alcalde, Aníbal Vázquez, se encontró en aquel entonces con un déficit acumulado de casi seis millones de euros (concretamente, de 5.970.277,87). Una de las medidas de ese plan de ajuste consistía en retirarles a los funcionarios el suplemento de nómina que cobraban desde hacía décadas. Con ella se produjeron acaloradas discusiones con los funcionarios y una enorme polémica entre el ayuntamiento y la plantilla municipal. Todo ello tuvo lugar pocos días antes de que el coche del concejal encargado de todas estas gestiones apareciese totalmente destrozado y así lo reflejaron las crónicas de los periódicos locales.
En 2015, Izquierda Unida volvió a ganar las elecciones en Mieres, esta vez con mayoría absoluta. Menéndez se encuentra ahora retirado de la vida política.
Capítulo 2: "Lo de Ardines no es nada comparado con lo que te va a pasar a ti"
El 20 de agosto, dos días después del funeral de Javier Ardines en Llanes, la alcaldesa de Riosa (1991 habitantes), Ana Díaz, saca el coche del garaje de su casa a las nueve de la mañana y se marcha al ayuntamiento a trabajar. Vive en un segundo y guarda su vehículo en un local privado en el que no entra ni sale nadie más que ella o su marido. Hasta ahí todo normal.
A las doce de la mañana sale del consistorio y vuelve a casa a buscar unas llaves que se ha dejado y que necesita uno de sus concejales. Al llegar, entra un momento en el garaje y, en el suelo, doblado por la mitad, encuentra un folio de color blanco con un mensaje escrito en su interior. La nota está confeccionada a modo de collage, con las palabras recortadas de distintas revistas y periódicos y luego pegadas sobre la fina hoja. El enunciado es el siguiente:
Los nervios atenazan a Díaz en segundos, quien sale muy nerviosa a la calle. Fuera no hay nadie. "Hay gente que, de manera ofensiva, se dirige a mí como con retintín con esas palabras: "Señora alcaldesa". En ese momento, sentí mucha incredulidad y sorpresa. A plena luz del día, por esa calle pasa mucha gente. Así que llamo a mi coordinador regional y le explico: "Me acaba de pasar esto". Llama a la Guardia Civil, me dijo. Él también estaba asustado".
Semanas después de lo ocurrido, cuando habla con EL ESPAÑOL de las amenazas que recibió, Díaz está ya más tranquila por lo ocurrido. “Si no es lo de Javier y no lo nombran, creo que tiro el papel y no le hago ni caso. A la sargento de la Guardia Civil que vino en aquel momento le dije que lo que más rabia me daba es que estuvieran usando a un compañero mío que acababan de asesinar para hacerme daño a mí. Me pareció, moralmente, muy bajo”.
Capítulo 3: “Descanse en paz”
El golpe devastador al gobierno de Riosa llegó el 22 de septiembre. Al día siguiente de que Ana Díaz denunciase la situación que había tenido que sufrir varias semanas antes, un nuevo suceso iba a atenazar la moral de Izquierda Unida. Esta vez, el objetivo no era ella.
-¿Qué pasó?
-José Manuel casi nunca deja el coche fuera de casa. Eran las fiestas de San Mateo y fue a buscar a su mujer de noche a una cena. Debían de ser sobre las cuatro de la mañana cuando llegó de vuelta a casa. No se fijó si al coche le pasaba nada, si estaba rayado o no. Lo volvió a aparcar en la calle, con normalidad. Al día siguiente, por la mañana, me llamó. Estaba muy nervioso.
José Manuel es José Manuel Pello, su concejal de Ganadería y Medioambiente en el ayuntamiento. Cuando se despertó, su coche todavía seguía allí, aparcado, tal como lo había dejado la noche anterior, salvo por una diferencia: alguien había rayado el vehículo por los cuatro costados. En el capó y en el techo estaban escritas las siglas DEP (Descanse en Paz).
“Estoy debajo de tu casa, baja estoy muy mal, muy nervioso”, dijo José Manuel. Al otro lado del teléfono escuchaba Ana, la alcaldesa. Apenas habían pasado unos minutos del hallazgo. Cuando llegó, José Manuel la condujo hasta el lugar de los hechos: “Ven, sube conmigo, verás lo que tengo en el coche”. Como Ana Díaz, José Manuel denunció lo que había pasado. Ambos hicieron públicos los hechos y convocaron manifestaciones de denuncia ante los ataques a los concejales. “Es un tema de cada uno, pero la verdad es que me habría gustado ver alguna cara más apoyando en la concentración”.
Mieres, como Riosa, es un lugar situado en la cuenca minera asturiana. Uno de sus principales atractivos, aparte de la historia minera del lugar, es el Angliru, el legendario puerto de la Sierra del Aramo. Emblema de la Vuelta a España, son centenares los ciclistas que desafían a la montaña y la dureza de una pendiente del 23,5% de inclinación cuando desaparecen las nieves del invierno.
Ana Díaz compara el famoso puerto con la situación que están viviendo en el pueblo desde que llegó al gobierno como la primera alcaldesa de la historia de Riosa. "Los plenos que yo vivía antes de ser alcaldesa eran mucho más respetuosos. Ahora, ya no se hacen preguntas, todo son reproches y descalificaciones hacia los concejales del gobierno. Todos los vídeos de los plenos se cuelgan en la web del ayuntamiento, podéis comprobarlo. Todo son insultos y mítines despectivos contra nosotros".
De la investigación de las amenazas de muerte a Ana Díaz y a José Manuel Pello se están encargando los mismos investigadores de la Guardia Civil que indagan en el crimen de Llanes. "Nos tomaron huellas y se pusieron a ello. Estamos en contacto permanente. Mis padres, mi hermano mis hijos y mi marido están más asustados que yo. Hay una degradación de la figura del político en Asturias y se está viendo ahora. Todo lo que nos está sucediendo, sin el asesinato de Javier, no habría tenido la misma relevancia. Hay veces que nos sentimos, aun habiendo ganado las elecciones, como si hubiera alguien que pensase que les hemos arrebatado algo que era suyo".
Capítulo 4: Un coche en llamas
El coche del coordinador de Izquierda Unida en Cangas de Narcea apareció en llamas a principios de verano, mes y medio antes de lo de Llanes. Sin embargo, para entender lo extraño del suceso, es preciso retroceder once años en el tiempo.
José Manuel Martínez tiene ahora 48 años y es ahora el coordinador de Izquierda Unida en la localidad, pero en 2007, a los 37, se convirtió en el primer alcalde de Izquierda Unida en el municipio asturiano en toda la democracia. Ese resultado logró desalojar al PSOE del ayuntamiento de mayor superficie de Asturias tras 24 años en la alcaldía. Martínez ascendió al sillón de regidor local gracias a los votos del PP.
En 2011, José Manuel perdió el trono y fue a su vez desbancado por los propios populares, los mismos que le habían ascendido al poder. La situación se tornó insostenible. De los desacuerdos entre Martínez y José Luis Fontaniella, el líder del PP local que le sustituyó en el cargo, surgieron luego denuncias al Tribunal de Cuentas. Martínez fue condenado el año pasado por el Tribunal de Cuentas por aprobar obras que no se ejecutaron nunca. Como parte de esa condena le embargaron el coche.
El vehículo fue aparcado en uno de los almacenes del Ayuntamiento el pasado 30 de junio. Allí se iba a quedar hasta su subasta. Nueve días después, 9 de julio, Martínez revela a EL ESPAÑOL que recibió una llamada de la Guardia Civil.
-Cojo el teléfono y me dicen que el coche no está en el almacén, que lo han encontrado quemado. Les dijeron que había un coche ardiendo en una carretera que va al monte de Ibias. Lo revisaron, compararon la matrícula y comprobaron que era el mío, el que estaba custodiado en el taller.
Nada se pudo hacer con aquel artefacto ahumado. Cuando dejó el coche a los agentes, José Manuel entregó todas las llaves de las que disponía. Él no pudo haberlo quemado. No sabe quién pudo entrar, quién pudo salir, quién destruyó el vehículo requisado. Las llaves estaban todas depositadas en la caja fuerte del Ayuntamiento, como confirman desde el consistorio. Esperaban ahí a la subasta del coche embargado. José Manuel ha presentado ya denuncia, todavía no se lo explica pero la realidad es que no le sorprende.
-Cuando estuve de alcalde el acoso era peor, mucho más grave. Aquí la gente llevaba muchos años gobernando, y pensaban que esto era suyo. Nunca he apuntado a nadie directamente, no tengo pruebas. Pero tampoco tengo dudas.
-De alcalde, ¿le amenazaron?
-Al poco de llegar, empezaron los actos vandálicos. Me apareció quemado el tendedero de casa. Es el primer piso de un edificio. Desde la calle, alzando una tea se llega perfectamente y ahí ya prendes fuego a la ropa. Esto pasó una noche, en 2007. Nos levantamos en plena madrugada, apagamos la ropa y pusimos una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil. Nunca pudimos averiguar quién fue. Tampoco los agentes. Lo de los anónimos, que le ha pasado a Ana Díaz en Riosa, me pasó a mí también. Ya estamos acostumbrados. Estos hechos, le sucedan al que le sucedan, deben ser denunciados.
Capítulo 5: Un cuchillo en la puerta del ayuntamiento
La majestuosa portada del ayuntamiento de Oviedo está formada por un arco central y doce soportales. Debajo de cada uno de ellos hay una ventana protegida con una reja de hierro. En una de ellas, cerca de la puerta que da al servicio de recaudación, a primera hora de este jueves, a eso de las siete de la mañana, un trabajador de limpieza encontró colgada una bolsa. Dentro de ella, envuelto en papeles de periódico había un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. Del hatillo, el trabajador de limpieza extrajo también una nota que rezaba: “Para el de Licencias, diez meses de espera”.
El primer café de la mañana, Ignacio Fernández del Páramo, concejal de Urbanismo en el ayuntamiento de Oviedo (el de Licencias), lo saborea con toda paz en un bar situado enfrente del consistorio. El segundo, ya en su despacho, se le atraganta de forma irremediable con las noticias que entran por la puerta. Dice Del Páramo a EL ESPAÑOL que la noticia de la amenaza le llegó a las doce de la mañana de este jueves. Fueron varios los responsables del ayuntamiento los que entraron en su despacho para revelárselo.
-Parece que apunta directamente hacia ti.
La denuncia está ya en manos de la Policía Nacional, que está investigando los hechos. “Yo estoy muy tranquilo. No me había pasado nunca, no parece algo habitual y no tendría por qué serlo”. Habitual no será, pero no es la primera vez que en el Ayuntamiento de Oviedo suceden cosas extrañas.
Según fuentes municipales relatan a EL ESPAÑOL, hace cosa de dos años, alguien entró en el despacho de Ana Taboada, concejala de Participación y líder de Somos Oviedo. El 14 de enero de 2016, Taboada advirtió que un conjunto de documentos repletos de información de alta relevancia habían desaparecido. Se habían evaporado como una simple y caliente gota de agua. En esos papeles, la edil poseía, según ha podido saber este periódico, información sobre el caso ‘Pokemon’.
Capítulo 6: mensajes anónimos, incertidumbre y un perro muerto
Después de aquellos años convulsos al frente de la alcaldía, Ángela Vallina es ahora eurodiputada de Izquierda Unida en la Unión Europea. De porte elegante, la mujer de rubia cabellera reconoce que hubo otros tiempos peores y que su vida actual resulta mucho más apacible, pese al ajetreo de los viajes. Pasa la mayor parte del tiempo en Estrasburgo y retorna a Asturias para los fines de semana: “Fui la primera mujer portavoz y la primera alcaldesa del municipio. Y siendo mujer, es algo que allí no llevaban bien".
Su vida le resulta ahora mucho más sosegada. "Recuerdo cómo se repartía mi teléfono por los buzones del municipio mi número de teléfono. También los mensajes anónimos”. La pérdida de su perro vuelve a ella siempre con enorme tristeza. Nunca se llegó a desentrañar el misterio de que apareciese muerto a balazos.
Entretanto, todavía andan revueltas las cosas en Llanes. Es como el clima, que están teniendo esta semana, de sol y de nubes, de claros y de oscuros, como una telaraña que todavía no puede o no quiere o no sabe desenredarse. El ambiente entre los vecinos se encuentra enrarecido desde la muerte de Ardines, y no parece haber nada que pueda remediarlo.
Un dicho popular muy conocido en la región llanisca hace referencia al estar siempre alerta de las aguas subterráneas que descienden de las corrientes del pozo de Pría, el pueblo de Llanes donde vivía el asesinado Ardines:
"Cuando sientas sonar el pozo Pría, coge leña para otro día”.
Es el sonido que augura la inminente llegada del frío y del mal tiempo. Sin duda, en Llanes todos están ahora alerta: muchos son de la opinión de que lo peor todavía puede estar por llegar.