Aun “con miedo, sola y sin recursos económicos”, Juana Rivas no va a decaer en la lucha por defender la integridad física y mental de sus hijos de un padre que sin duda para ella solo es una cosa: “un maltratador”. Y es que, tras un fin de semana que define “como un infierno auténtico”, se encuentra “a salvo” junto a sus hijos en Italia, a los que no ha entregado a su expareja.
El motivo, tal y como cuenta a EL ESPAÑOL la madre de Maracena, “es más que justificado”. Y es que Juana, tras recoger el pasado viernes a sus hijos de manos de Francesco Arcuri, descubrió como su hijo pequeño tenía un hematoma en la espalda. “Fue mientras le duchaba ya por la noche. Vi que Daniel tenía un moratón pero como estaban muy cansados después de haber viajado en coche desde Génova a Cagliari donde tenía que entregármelos el padre, les acosté porque estaban muertos de cansancio”, relata en llamada telefónica.
Al día siguiente Juana pudo comprobar sus sospechas. El moratón de su hijo Daniel era consecuencia de un maltrato más de Francesco Arcuri. “Le pregunté a mi hijo mayor qué había pasado y me dijo que su padre, unos días antes había tirado a Daniel contra los hierros de la cama y después al suelo, porque no se dormía. Estaba furioso con él y reaccionó con esa violencia”, recuerda muy triste.
Ante estas declaraciones Juana se dirigió junto a sus dos hijos al Hospital de San Michele para que hicieran el reconocimiento al pequeño. Tras llegar a dicho centro médico, -al que Juana ya había acudido en una ocasión previa por otro episodio de maltrato a los pequeños-, apareció la Guardia Civil o Carabinieri. “Se llevaron a mis hijos y les interrogaron en una habitación sin estar con ningún profesional adecuado o nadie presente. Ni siquiera yo misma. Después les oía decir que se trataba de un episodio de divorcio y les dije que de divorcio nada que estábamos ahí por una lesión a mi hijo y que eso era lo que quería que se comprobase y se registrase”, recuerda llorando.
Tras su estancia en el hospital Juana fue conducida con los menores en un coche a la comisaria pero en dicho lugar, “no tomaron ninguna nota de mi denuncia ni tampoco de las medidas urgentes de protección que pedí de inmediato para mis hijos”, añade. “Solo timaron nota de mi nombre y apellidos y poco más”.
"Se ha quedado con los niños"
Ahora Juana, tal y como comenta Paqui Granados, “se ha quedado con los niños haciendo uso de los siete días que le concede el juez cuando ella esté en Italia. Lógicamente, ante los hechos ocurridos, no ha podido avisar al padre con los 5 días de antelación, pero él sabe que están con ella”, cuenta Granados.
Es más, Juana ha contestado al teléfono a su expareja cuando ha llamado para preguntar por sus hijos y por qué no se los entregaba. “Le he cogido con mucho miedo el teléfono las veces que me ha llamado y cuando no me ha dado tiempo a cogérselo porque estaba atendiendo a mis pequeños le he devuelto yo la llamada para decirle que estaba con ellos”, añade Rivas.
Juana Rivas, ha pedido al juez que está llevando a cabo su caso la puesta en marcha de medidas urgentes. “Estoy muy asustada. Todo lo he hecho sola este fin de semana. Estoy agotada y mis hijos también”. Rivas ha pedido ayuda a una asociación de mujeres de Cagliari porque teme que de nuevo la justicia italiana no la ampare y siga viendo su caso como un litigio de divorcio entre una pareja y no como un caso de violencia de género. “Hoy me he dirigido a una asociación de mujeres porque me siento muy sola y he pedido al juez que ponga en marcha medidas urgentes y que me deje estar con mis hijos en una casa de acogida para que estén a salvo mientras todo se resuelve”.
Además Juana ha presentado una carta a la Dirección General de Españoles en el Exterior y de Asuntos Consulares y Migratorios. División de Emergencia Consular y dirigida en última instancia a Carmen Calvo pidiéndola que cuide de sus hijos y les defienda del horror y el dolor que están sufriendo. “Al gobierno le pido por favor que se interese por dos niños españoles que están desamparados. Que cuide de dos menores que son españoles y que solo tienen a su madre que está luchando sola como puede por ellos. Al gobierno le pido por favor que se ponga en el lugar de una madre que solo quiere que sus hijos dejen de sufrir. Si en lugar de haberle dado un golpe en la espalda a mi hijo se lo hubiera dado en la cabeza hoy no estaríamos aquí y yo no se dónde estaría”, pide llorando Rivas.