Volar con Ryanair ya nunca será tan barato. La compañía aérea, que nació como la mejor propuesta para los bolsillos más ligeros, se ha convertido en una quimera en medio de la lucha por prometer los vuelos a menor precio. Las ofertas se consagran como los precios más competitivos del mercado, con importes ínfimos en los vuelos nacionales e internacionales. Pero el engaño viene después cuando la aerolínea decide aumentar el coste a pagar si se requieren los servicios básicos en su viaje. A partir del 1 de noviembre, la compañía de vuelo cobrará seis euros a sus clientes por portar equipaje de mano.
El bajo precio de sus billetes ha sido siempre el mayor reclamo de su negocio, unas cantidades contra las que es difícil competir y que atraen a los pasajeros pero que, cada vez más, son un espejismo muy lejano a la realidad. La cantidad que aparece en primera instancia como coste del billete, nunca será el precio final a pagar. Una política que se limita a los viajeros que no hayan comprado un ticket Priority. Estos clientes no prioritarios que deseen trasladarse con una maleta de mano, tendrán que pagar un mínimo de seis euros por ese bulto y en caso de querer facturar una maleta más, tendrán que sumar otros ocho euros al importe inicial.
¿Qué hay que hacer para beneficiarse de la tarifa Priority? Pagar. Los billetes de avión que tenga un embarque prioritario, permitirán a los pasajeros que lo adquieran portar su maleta de cabina con ellos y no pagar por hacerlo, pero sí habrá que hacerlo en el momento de la compra del vuelo e incrementar el coste del billete por, precisamente, adquirir el embarque prioritario.
Ellos, los pasajeros que compren los billetes con la tarifa de Embarque Prioritario quedarán exentos de la nueva imposición de este pago. El desembolso añadido de los seis euros les permitirá seguir viajando en el avión irlandés con dos bultos en cabina. En caso de no hacerlo tendrán que facturar el equipaje, lo que aumentará el precio a ocho euros.
Con la nueva normativa, Ryanair permite, al común de los viajeros, portar un bolso pequeño o una mochila, de máximo 40 centímetros de largo, 25 de alto y 20 de ancho, unas medidas que tan solo encajan con bultos muy reducidos.
“Es un incremento ilícito del precio que no se puede consentir”, revela Rubén Sánchez, portavoz de Facua, en una conversación con EL ESPAÑOL. La nueva política de Ryanair provoca un encarecimiento del coste que, en apariencia, es bajo. La compañía está considerada como una low cost pero esa denominación se parece poco a la verdad. “Hay un incremento encubierto del coste”, encaja el portavoz en defensa de los consumidores.
Esta decisión choca con el régimen de las demás compañías aéreas en las que ni se cobra por el equipaje de mano, ni se espera que lo hagan. EasyJet, Vueling, Iberia, AirEuropa y AirLingus, son parte de la competencia directa que recibe el negocio irlandés. Ninguna de las cinco aerolíneas cobra por portar una maleta de mano. En todas, incluidas en las low cost -EasyJet y Vueling- el equipaje de mano es gratis.
En las citadas compañías de vuelo sólo cobran por la facturación del equipaje e incluso en las de mayor prestigio -AirEuropa, Iberia y AirLingus- la primera maleta facturada también estará exenta de incrementos en el precio final.
Las nuevas medidas impuestas por la compañía han generado el rechazo de los consumidores. Denuncian que la aerolínea aplique la cláusula, que se inaugura el primer día de noviembre, a las personas que ya tenían vuelos reservados antes.
Desde Ryanair se excusan y justifican su medida. Explican que el objetivo es conseguir la comodidad del común de los pasajeros que no tendrán que esperar tiempo para guardar las maletas y habrá más espacio. La rapidez es la razón en la que se sustentan esta polémica medida.
Desde Facua explican que se trata de una práctica abusiva que produce un fuerte perjuicio en los clientes. Las necesidades básicas de un viajero no se incluyen en el precio del billete, una nueva política de la empresa irlandesa que atenta contra los derechos del consumidor. “Lo que va a hacer Ryanair es una vulneración de la normativa estatal puesto que la legislación establece que el equipaje de mano tiene que estar incluido en el importe del billete de avión”, denuncia Rubén Sánchez.
La Ley de Navegación Aérea establece que "el transportista estará obligado a transportar de forma gratuita en cabina, como equipaje de mano, los objetos y bultos que el viajero lleve consigo". Sólo contempla como excepciones "razones de seguridad, vinculadas al peso o al tamaño del objeto en relación con las características de la aeronave".
“Esta medida es lo mismo que si cobran por sentarte como si fuera una tarifa aparte, es lo mismo porque la maleta es una necesidad fundamental en el trascurso de un viaje, algo que tiene que estar satisfecho sin necesidad de pagar un plus”, recalca el portavoz.
La medida de Ryanair llega en un momento crudo para la compañía, tras el cierre de dos de sus bases, las de Eindhoven (Holanda) y Bremen (Alemania), decisiones a las que se han visto obligados a recurrir tras la subida del precio del petróleo y la caída de las tarifas aéreas. La cadena low cost busca con esta decisión no tener que cerrar más sedes, aunque no lo descartan, y aumentar sus ingresos finales que, en principio, aumentarían en un 8% solo por el cobro de las maletas de mano.
Para Facua, esto es tan solo un atropello más al consumidor. “Los gobiernos no han castigado nunca los abusos de esta compañía. Por eso, ellos se consideran a sí mismos impunes ante la ley y siguen cometiendo más actividades delictivas”, concluye Rubén. Una polémica más para Ryanair que no vive su mejor momento y que ve como las compañías low cost, que imitaron su modelo de negocio, se abren hueco apartándoles a ellos.