¿Es peligroso montar en patinete? A priori, no. A posteriori, parece que sí. Sobre todo, si estos son de mala calidad. Así lo ha confirmado Lime, que ha decidido retirar del mercado uno de los suyos. ¿El motivo? Se puede partir por la mitad mientras se usa. En concreto, se trata del modelo Okai chino, según publica The Washington Post. Desde la compañía, de momento, guardan silencio. No quieren decir ni cuántos necesitan recambio ni en qué ciudades están.
En Madrid, por tanto, no se sabe el número de patinetes que tendrá que retirar la marca (o si los hay de este modelo). “Estamos investigando lo ocurrido. Nos hemos puesto en contacto con las autoridades competentes para tratar de solucionar el problema lo más pronto posible y estamos sustituyendo los Okai por otros. Lo primero es la seguridad”, han explicado desde Lime en conversación con EL ESPAÑOL.
Mientras tanto, los usuarios, a través de las redes sociales, ya han dejado entrever (aunque todavía no en España) cómo han quedado los patinetes que se han partido por la mitad. En Madrid, eso sí, ya hay un parte de accidentes. En total, la Policía ha registrado 22 accidentes desde que se aprobó la ordenanza municipal para este tipo de vehículos. O lo que es lo mismo, 16 heridos leves y dos graves. Uno de ellos, un joven de 18 años que tuvo que ser trasladado al hospital con policontusiones después de chocarse con otro vehículo.
Lime, los patinetes de la discordia, fueron los primeros en ‘aterrizar’ en la capital. Lo hicieron en agosto, cuando todavía no se había aprobado la ordenanza municipal, y con una flota muy numerosa. De hecho, la mayoría de patinetes que hay en la capital son de esta compañía estadounidense fundada en 2017 y participada por Uber (compañía de taxis VTC) y Alphabet (conglomerado al que pertenece Google). Desde entonces, según datos de la propia marca, han superado los 100.000 desplazamientos en España.
[Más información: los patinetes 'low cost' de Eskay aterrizan en Madrid]
Tras ellos, se instaló Voi, compañía sueca que ya operaba en Estocolmo; Wind, de origen alemán; y Bird, también estadounidense. Pero este tipo de movilidad no ha hecho más que empezar. A estas empresas de patinetes se les podrían sumar otras 10 más (como Movo, lanzada por Cabify). Los españoles de UFO, por ejemplo, llegarán en el próximo mes. Y Eskay, otra marca patria, lo hará con precios más bajos (sólo cobran los 0’15 céntimos por minuto y no el euro del desbloqueo). Ya están en pruebas por la capital.
Todos ellos convivirán en un mercado salvaje, donde se multiplican las marcas, los usuarios y los detractores, como los #apartinetes. Ellos, contrarios a la utilización de este medio de transporte tal y como se hace ahora mismo, los aparcan en su sitio (la calzada) y no en la acera, donde suelen encontrarse. Todo para que se cumpla la ordenanza municipal, que dicta que no pueden ir a más de 30 kilómetros por hora y que lo tienen que hacer por donde el resto de vehículos.
Pero todo no es malo. Estas compañías están generando empleo. Los hunters (cazadores para Voi), juicers (exprimidores para Lime) o chargers (cargadores de Ufo) ganan dinero con los patinetes. Los cargan por la noche y pueden ganar hasta 5.000 euros, como contó Karel, uno de ellos, que pasó una madrugada con EL ESPAÑOL.
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