En mitad del rodaje de un vídeo, entre focos y cámaras, José Rafael Rujano Contreras, un venezolano residente en Madrid, se enteró que su nombre estaba en todos los periódicos. Era el pasado viernes 16 de noviembre y él estaba lejos de adivinar el porqué de su repentina fama: César Román, el rey del Cachopo, había suplantado su identidad y había estado escondido durante meses utilizando sus datos.
El Rujano Contreras real, natural de Caracas y de 32 años, es un youtuber incipiente que, para cuando Román se encontraba levantando su falso imperio gastronómico, apenas estaba buscándose la vida como camarero en nuestro país. Primero residió en Ibizia; después, en la capital de España.
Cocina "regular", como él mismo ha admitido en Espejo Público. Y no conoce de nada al ahora detenido, acusado del asesinato de su novia Heidi. "Me recuerda a alguien que me hizo una entrevista por Skype cuando estuve repartiendo mi currículum por internet", cuenta Rujano.
Alta y baja en la Seguridad Social
Él, de profesión real músico, estuvo intentando trabajar en la hostelería, como Cachopo. César Román entregó una falsa denuncia de pérdida de documentos en la que se identificaba como Rujano Contreras cuando la dueña del restaurante Gerardo de Zaragoza le pidió su carné para formalizar el contrato.
A los gestores y a los organismos oficiales que tramitaron su contratación no les chirrió. El rey del Cachopo estaba dado de alta y cotizaba como cualquier otro trabajador a la Seguridad Social. También recibía, puntualmente cada mes, su retribución en una cuenta bancaria del BBVA.
El verdadero José Rafael Rujano Contreras llegó a recibir la notificación de su alta y de su baja como trabajador, pero lo atribuyó a un "error". "Yo en esa época no estaba empleado, pero pensé que era un error. No le presté mucha atención". Ahora, la Seguridad Social le ha eliminado la cotización referente a esos días en los que Cachopo se hizo pasar por él.