Será el 21 de diciembre, cuando Cataluña esté bloqueada por el sabotaje de los CDR y los GAAR, cuando miles de personas estén atrapadas en las autopistas, hambrientas y sin poder moverse del lugar durante horas. Será entonces cuando aparezca el chorizo Pigdemont, cual superhéroe, para saciar el hambre de los damnificados. Es un fabricante malagueño de embutidos que se ha convertido en un activista contra el Procés.
El 21 de diciembre será una jornada dura para todos los catalanes. Los CDR y los GAAR, su brazo más violento, pretenden sembrar el caos por toda Cataluña. Han anunciado que quieren paralizar todo el territorio mediante actos vandálicos y atentados rápidos. El separatismo más radical atacará instalaciones de comunicaciones, fuerzas de seguridad e infraestructuras básicas. Su principal objetivo es cortar las principales autopistas y que miles de personas se queden atrapadas. Todo por la República.
No es solamente el caos circulatorio que esto puede generar; es la situación en la que van a quedar tantas personas, en absoluto desamparo. Estarán atascados en pleno mes de diciembre, en vísperas de fiestas y sin comida ni bebida durante todo el tiempo que los radicales quieran tenerlos allí.
“Operación Salvamento”
Por eso, un colectivo llamado La Resistencia ha puesto en marcha la “Operación Salvamento”. Numerosos activistas irán a los atascos más importantes y proporcionarán apoyo a las personas que se hayan quedado bloqueadas en la autopista. La idea es ejercer de avituallamiento itinerante. Les llevarán agua, fruta y bocadillos a las víctimas.
Como se prevé que los cortes se lleven a cabo por toda la geografía catalana, los organizadores han lanzado un SOS. Necesitan ayuda para llevar a cabo la operación. Voluntarios dispuestos a donar alimentos, a hacer bocadillos, a desplazarse por las autopistas cortadas o a repartir la comida. Ninguna ayuda sobra. “Van a quedar bloqueadas personas con niños y gente con urgencias durante todas las horas que quieran los CDR. Algo tenemos que hacer”, declaró uno de los ideólogos de la campaña
Pig Demont al rescate
El primero en responder a este mensaje de auxilio ha sido Pig Demont, el nuevo superhéroe porcino que crispa a los indepes. Él donará el embutido con el que se harán los bocadillos que se repartan en las carreteras. 6 kilos de chorizo ibérico destinados a calmar el hambre de todo el que se vea metido en el gran atasco. También un buen puñado de envoltorios con su logo, para que cada bocadillo lleve la cara del cerdo.
Pero… ¿quién es Pig Demont? Detrás de esta marca y de este logo (un cerdo con gafas de pasta y pelazo con volumen) está Alberto González López. Un empresario de 51 años nacido en Mieres (Oviedo) pero criado y residente en Málaga. Se siente andaluz y español y se ha convertido en uno de los azotes del separatismo más rancio en los últimos tiempos.
Alberto González tiene varios negocios. Entre ellos una fábrica de embutidos. Son derivados del cerdo (que es 'Pig' en inglés) criado en los montes ('De mont' en catalán). De ahí surgió la idea del nombre de la marca: Pig Demont. Y de ahí surgió el mosqueo de Carles Puigdemont, que en cuanto se enteró de la popularidad que estaba alcanzando Alberto, empleó todos sus recursos para fastidiarle el negocio.
“Durante 59 días, en Marcas y Patentes no pusieron una sola objeción. Cuando Carles Puigdemont se enteró y se opuso, los de Marcas y Patentes entraron en pánico”, declara el empresario malagueño. Todo aquello acabó con una denuncia y el cierre de la empresa. Una clausura que ha durado poco más de un mes. “Lo bueno es que he presentado un recurso de alzada y esto ahora va a ir por vía judicial. Y a la justicia le pediremos que cite a ‘nuestro amigo Carles’ para que se persone y nos explique por qué cree que nuestro logo del cerdo se parece a él”, adelanta el empresario.
En su catálogo hay otros productos como el vino Queen Torra, el espumoso Rufián, o el propio chorizo que enviará a Cataluña; un producto que lleva por nombre comercial ‘Chorizo Los Congresistas’. Su campaña contra el separatismo le ha llevado a mantener algunas polémicas sonadas con Gabriel Rufián por Twitter.
“He cambiado el chip”
¿Por qué ha decidido apoyar la ‘Operación Salvamento’ de los GDR? Porque siente la necesidad de ayudar. Alberto explica que cuando empezó con su línea de productos, tenía una mentalidad que ha ido cambiando: “Yo te voy a ser muy claro: al principio, indignado por los ataques y las ofensas de los independentistas contra los andaluces y contra el resto de los españoles, empecé con todo este asunto con el pensamiento de “que se jodan los catalanes”. Pero entonces pasó una cosa que lo cambió todo”.
“Cuando se popularizó lo de Pigdemont”, prosigue, “más allá de las amenazas de los cuatro tontos de siempre, recibí cientos de mensajes de catalanes dándome las gracias. Gente que lo está pasando mal. Personas con negocios que están sufriendo las consecuencias de esta locura. Un señor de setentaypico de años que se me puso a llorar explicándome lo que están padeciendo. Te confieso que ahí cambié el chip. Que a partir de ahí, mi filosofía ha sido la de “tengo que hacer algo y ayudar como pueda a esa gente que está sufriendo”.
No es la primera acción simbólica que lleva a cabo en el marco del Procés. Recientemente se desplazó hasta Blanes para entregarle una caja de espumoso a los propietarios del restaurante Sol d’Or, el mismo que ha tenido que soportar el hostigamiento y los escraches de los CDR por no plegarse a su chantaje.
Rufián le sube las ventas
“Posicionarme así no me está saliendo gratis; no solamente por el tema del cierre o la denuncia; también en el plano personal”, replica Alberto, sin entrar en más detalles, a los que le acusan de estar forrándose con todo este asunto. “Todo esto tiene un coste que tengo que asumir. En mi caso tengo otros negocios de los que vivo. Pero no, no me estoy forrando. De hecho, con todo lo del cierre ha habido meses malos… hasta que Rufián hizo un vídeo el otro día que me ha subido las ventas”.
Con lo del vídeo se refiere Alberto a una de las últimas polémicas mantenidas con el político de ERC. Gabriel Rufián colgó un vídeo hace pocos días con una botella de espumoso Rufián y criticaba a Alberto porque entiende que las etiquetas son baratas (Rufián dijo ‘baratrónico’, en un intento de hacer gracia). Alberto le contestó en su cuenta de Twitter que “el día que gane 105.000 euros sin hacer nada, como tú, mejoraré el diseño “. Confiesa Alberto que desde entonces se han disparado los pedidos. Al final, A Rufián le salió por la culata el tiro de ridiculizarle y le ha acabado haciendo publicidad gratis.
Y entre el fragor de la batalla en las redes, ahí sigue Alberto, donando 6 kilos de chorizo Pig Demont para la “Operación Salvamento”. Un embutido “procedente de gorrino negro” (tal y como explica en su web) que ha sido elegido especialmente por el propio empresario. “Podría haberles enviado salchichón o caña de lomo. Al final, el precio de los ibéricos es prácticamente el mismo. Pero lo de mandarles chorizo tenía una carga significativa”, concluye. Así que, tranquilos catalanes. SI se quedan atrapados en algún atasco el 21 de diciembre, es posible que por ahí aparezca Pigdemont, con sus gafas de pasta, a calmarles el hambre.