Jesús, el héroe del diésel en tiempos de extinción: “Me lo he comprado porque me salen las cuentas”
- Toyota ha anunciado que dejará de fabricar coches diésel en 2019 y la CAM ha aprobado ayudas para comprar vehículos sostenibles.
- La subida del precio del gasóleo y la caída de las matriculaciones del diésel no han apartado a este manchego de comprarse uno.
- Estas son las ayudas para jubilar tu diésel: 5.500 euros para eléctricos y 750 para motos
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Toyota anuncia que dejará de fabricar motores diésel este año, sube el gasóleo ‘impuestazo’ mediante, se prohíbe la entrada de los vehículos sin etiqueta en Madrid por el protocolo anticontaminación… y, sin embargo, todavía hay personas que optan por comprarse este tipo de coches. Pocos, sí, pero haberlos haylos. Jesús Moreno, vecino de Piedrabuena (Ciudad Real), es uno de ellos. “Yo eché los cálculos y era lo más rentable”, explica a EL ESPAÑOL. “Sigue siendo más barato y consume menos”, incide. Ni titubea ni tiene dudas al avalar su nueva adquisición; lo tenía todo bien estudiado. Está contento con su compra: un Peugeot 5008 automático Euro 6 en el concesionario Ciudauto de Ciudad Real. No le importa que, a corto plazo, se esté criminalizando su uso. “Es el que mejor me viene por mis circunstancias personales”, sentencia.
De todas formas, Jesús lo estudió bien antes de comprar su coche. “Por algunos motivos, pensé que quizás lo mejor sería un gasolina. Ahora vivo en Piedrabuena y trabajo aquí. No hago muchos kilómetros y para eso quizás era lo mejor. Además, son más baratos”. Eso fue lo primero que se planteó. Pero, después, dándole vueltas, reconsideró su decisión. “Nunca sabes cuándo te puede cambiar la vida. Si tienes que hacer trayectos largos es preferible comprar un diésel. Sigue siendo más barato”, explica. Lo que no sopesó fue adquirir un híbrido (por precio) o un eléctrico (por el problema de la poca autonomía).
Tampoco le importó ir en contra de las señales que transmite el mercado de un tiempo a esta parte. Por ejemplo, este mismo viernes, la Comunidad de Madrid empezó a dar ayudas para comprar vehículos sostenibles. En concreto, hasta 5.500 euros para turismos (eléctricos, de hidrógeno o bifuel) y 750 euros para las motos. Ni siquiera que Toyota anunciara que, en este 2019, dejará de fabricar coches diésel (ahora mismo sólo tiene a la venta tres modelos: Land Cruiser, Hilux y Proace).
Ha jubilado un diésel
Él optó por seguir el camino de siempre: adquirir un diésel. Su anterior coche era un Renault Megane de gasóleo que compró de segunda mano cuando tenía ocho años y lo llevó al límite hasta alcanzar los 14. Hasta que decidió cambiarlo. En este 2018, había gastado hasta 700 euros en averías. Y, de repente, le llegó otra: “Se le estropeó la correa de distribución y pensé en cambiarlo”, cuenta. Sus circunstancias, además, también eran distintas.
Cuando Jesús se compró el Renault Megane, apostar por un diésel no era una locura. “Entonces, un coche de gasóleo te salía más caro en comparación con uno de gasolina. Quizás hasta 3.000 euros. Pero, a la larga, era más rentable”. Para él, que hacía viajes largos, parecía lo mejor. Recorría todos los días la distancia (60 kilómetros) entre Piedrabuena y Daimiel (Ciudad Real) para trabajar y amortizó en poco tiempo lo invertido.
Ahora, la situación era diferente. Indica, preferiblemente, que lo mejor es apostar por un modelo sostenible. Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, ya había comenzado su cruzada contra los combustibles fósiles y, en concreto, contra los diésel. “Tienen los días contados”, avanzó en agosto. Es más, el Gobierno había adelantado su ‘impuestazo’. Una subida que incrementará el precio del litro de gasóleo en 4’6 céntimos (incluido el IVA). O lo que es lo mismo: llenar un depósito de 60 litros costará, presumiblemente, 2’76 euros más y supondrá 38 euros cada 1.000 litros en 2019. De hecho, actualmente, en algunas gasolineras ya es más caro.
Eso no le pesó a Jesús a la hora de comprar su coche. “Aunque decidan subir los impuestos el año que viene, seguirá siendo más barato echar diésel que gasolina (cuando se publica este artículo, el litro de sin Plomo 95 está a 1'337 y el de gasóleo a 1'246). Es más, aunque se igualase, seguiría siendo más barato”. De hecho, una de las razones que esgrime para avalar su compra es que el precio de los coches era prácticamente igual. Los de gasóleo no son mucho más caros que los gasolina actualmente.
Bajada de precio y matriculaciones
El alarmismo en torno a los diésel ha repercutido en esta bajada de precios (siempre costaron más que uno de gasolina). En noviembre, las matriculaciones de turismos de gasóleo se desplomaron hasta un 39’9% (lo que supone la cota más baja de comercialización desde 1995) y, desde entonces, resulta casi imposible deshacerse de un vehículo de estas características de segunda mano. Algo que, dentro del sector, piensan que se debe a la mala prensa que se está dirigiendo desde el Gobierno. “Se está lanzando un mensaje equivocado al comprador sobre esta tecnología. Eso le hace un flaco favor al mercado porque distorsiona la demanda. Cualquier crisis de confianza, sea del tipo que sea, es un enemigo a batir”, reconocen desde la ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) a EL ESPAÑOL.
Todo ese runrún tampoco ha apartado a Jesús de comprar un diésel. Él no pretende revenderlo; quiere tenerlo muchos años. No le inquieta que el Gobierno ya le haya puesto fecha de caducidad a estos vehículos: en 2040 ya no se matricularán más. “Para entonces espero haberme comprado otro”, bromea en conversación con EL ESPAÑOL.
¿Y la contaminación? Tampoco es un problema. Su Peugeot 5008 es Euro 6. Es decir, tiene etiqueta C (la que les dan a los matriculados más allá de 2015) y, en cualquier caso, no vive en ninguna ciudad grande. “Sé que si voy a Madrid puedo entrar en el centro aunque tenga que dejarlo en un parking. Eso no es un problema”. Jesús lo estudió bien y, en definitiva, pensó que era lo mejor. Nadie le va a quitar su ilusión.
Es, quizás, un héroe para muchos, uno de los pocos que ha decidido comprarse un diésel cuando las circunstancias, a priori, no lo aconsejan. Está contento con su Peugeot. Jesús no lo niega. Por eso, cada mañana, desde el pasado 23 de noviembre, lo arranca por la mañana para ir a la nave donde fabrican piezas para trenes. Él, como responsable de calidad de la empresa, habla con los clientes y, sin duda, si alguno se sale del guión para preguntarle qué tal con su nuevo diésel, él no dudará: “Muy bien. Es (era) la mejor opción”. Pese al alarmismo del Gobierno.