Ya son 22 los detenidos por el brutal asesinato a dos turistas escandinavas el pasado 17 de diciembre en Marruecos. Un crimen que ha traspasado las fronteras de un país que vive en gran parte del turismo y cuya imagen exterior queda tocada tras sucesos como el que acabó con la vida de las dos mujeres. Entre los sospechosos destaca uno por su radicalización y adiestramiento: Zoller G. K, un hispanosuizo arrestado el sábado en Marrakech por su posible vinculación con los presuntos terroristas que decapitaron a las jóvenes europeas, la danesa Louisa Vesterager (24 años) y la noruega Maren Uelan (28 años), en un macizo del Atlas en la localidad de Imlil.
El último detenido tiene “ideología extremista y violenta”, aseguró la Oficina Central de Investigaciones Fiscales (BCIJ) en un comunicado. Se sospecha que adiestró a algunos de los presuntos asesinos de este crimen en las herramientas de comunicación a través de las nuevas tecnologías y que los entrenó para disparar con armas de fuego. Además, la investigación reveló su “participación en operaciones de reclutamiento de ciudadanos marroquíes y subsaharianos para ejecutar planes terroristas en Marruecos”.
Según el diario ‘Tribune de Genève’, la policía suiza lo conocía por delitos comunes cometidos entre 2007 y 2013. Ha estado involucrado en casos de narcóticos, robo, daños a la propiedad, agresiones y violencia doméstica, explicó la portavoz de la Policía Federal Suiza, Anne-Florence Débois.
Zoller G. K. es hijo de padre suizo y madre española, aunque reside en Marrakech desde 2015, donde forjó vínculos con extremistas locales con el fin de “proclamar la yihad” en Marruecos. Se convirtió al islam en 2011 en la Gran Mezquita de Ginebra, momento en que se cambió el nombre y pasó a ser ‘Abdellah’. Además, consiguió que varios miembros de su familia se convirtieran al islam en 2014 y se unieran al Estado Islámico (EI), según desveló el domingo el diario electrónico Le360.
Su nombre está vinculado con la organización de varios ataques dirigidos a turistas y fuerzas de seguridad. Para llevar a cabo estos crímenes, incluso planeaba reclutar a ciudadanos subsaharianos de paso en Marruecos. Antes de llegar al país magrebí, había planeado atacar a un joyero en Ginebra para financiar a su grupo yihadista y dar el resto de su “botín” al jefe del EI.
Los primeros días después del brutal crimen fueron arrestados cuatro sospechosos, según la información proporcionada por la Dirección General de Seguridad del Territorio (DGST). Y el 21 de diciembre detuvieron a otras nueve personas en varias ciudades de Marruecos.
Los sospechosos, ante el juez
El fiscal general solicitó que el juez de instrucción interrogara a 15 de los 22 detenidos este domingo. Los acusados llegaron en tres camionetas pertenecientes a la BCIJ y fueron escoltados hasta el interior del Tribunal de Apelación de Rabat en la localidad aledaña de Salé, que se encarga de los casos de terrorismo.
Alrededor del edificio había un importante despliegue policial con un dispositivo de seguridad alrededor de las familias de los detenidos que se reunieron a la puerta desde bien entrada la mañana. La prensa no obtuvo permiso para acceder al interior del edificio.
Por la mañana se les identificó y se les notificó las imputaciones a las que se enfrenta cada uno dentro de la ley antiterrorista: ataque premeditado contra la vida de las personas, crimen mediante actos bárbaros, constitución de banda para preparar y cometer crímenes terroristas, además de incitar y hacer apología del terrorismo, entre otros cargos.
A primera hora de la tarde se les interrogó y la fiscalía también solicitó al juez de instrucción que ordenara la detención preventiva de los arrestados en la prisión civil de Salé.
Tres de las personas que pasaron a disposición judicial el domingo son reincidentes, habían cumplido condenas de prisión por participar en otros actos terroristas, según informó la Fiscalía General en un comunicado difundido por la agencia de noticias marroquí MAP.
Los antecedentes del líder de la célula
El jefe de la célula terrorista había sido arrestado en mayo de 2014 después de intentar abandonar el territorio nacional para unirse a las zonas de conflicto controladas por el EI. Estaba bajo vigilancia y había intentado convertirse en imán para reclutar a jóvenes que se unieran a su ideología radical. Según fuentes citadas por el diario Al Ahdath al Maghribia, las autoridades locales ya conocían su perfil salafista y su campo de maniobra a las afueras de Marrakech y en los pueblos de los alrededores para reclutar personas y fortalecer la célula o incluso para enviarlas a las filas del EI.
Se dirigía principalmente a pequeñas mezquitas ubicadas lejos de las áreas protegidas por los servicios de seguridad, acompañado de dos personas que habían sido imanes en esos lugares. A veces aprovechaba la ausencia de los jefes religiosos para presidir las oraciones y difundir su ideología radical a los fieles, precisan las misma fuentes citadas por el diario marroquí.
La BCIJ continúa su investigación sobre el caso, y se espera que otros siete sospechosos, que permanecen detenidos bajo custodia, sean llevados a la fiscalía en los próximos días.