Laura Sanz Nombela, la turista española fallecida este sábado en una explosión de gas en la panadería Hubert de París, era una joven de 38 años que había ido a pasar el fin de semana a la capital francesa. Laura y Luis Miguel, su marido y padre de sus tres hijos de 10, 5 y 3 años, habían ido a pasar un fin de semana romántico a París y se alojaban en un hotel justo enfrente del local siniestrado.
Aunque residían en Burguillos (Toledo), Laura trabajaba como cajera en un supermercado de la capital toledana, donde era "muy querida" por los clientes por ser "muy amable y dispuesta".
Así lo ha relatado a Efe una vecina del barrio de Santa Bárbara, donde se ubica el supermercado La Despensa donde la víctima trabajaba desde hace años y donde también se encuentra el colegio de educación infantil y primaria, Ciudad de Aquisgrán, donde estudian sus tres hijos.
"Era muy agradable y atenta", comenta una vecina, quien se ha declarado "conmocionada" por la noticia porque "era una chica que se hacía querer por su carácter afable y porque siempre estaba dispuesta a atenderte". Ha señalado además que "la pena es aún mayor pensando que deja a tres niños huérfanos", ya que, además del supermercado, coincidía con ella en la entrada o salida del colegio al que también van sus hijos.
La trágica noticia ha causado consternación en la ciudad de Toledo, cuya alcaldesa, Milagros Tolón, ha afirmado en su cuenta personal de Twitter: "consternada por la terrible noticia que hemos recibido por el fallecimiento de una toledana en la explosión en el centro de París. He podido hablar con su marido y trasladarle como alcaldesa las condolencias de la ciudad de Toledo. Mi solidaridad y apoyo a sus familiares y amigos".
La red social Twitter ha sido la elegida también por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, para lamentar esta trágica noticia y expresar sus condolencias personales, "y también en nombre del Gobierno de Castilla-La Mancha, a sus familiares, amigos y allegados".