Las alarmas saltaron el pasado miércoles cuando la Reina acudió a presidir una reunión de trabajo en la sede de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) en Madrid. Los fotógrafos que la esperaban a la puerta obtuvieron unas imágenes de Letizia con el rostro hinchado y algo deformado, pero sobre todo que poco tiene ya que ver con la que se convirtiera en Princesa de Asturias aquel 22 de mayo de 2004.
La esposa de Felipe VI sigue siendo una mujer guapa, pero cada vez desdibuja más sus expresiones debido a la cantidad de retoques que se hace en la cara. Ella asegura, siempre en privado, que jamás ha pasado por el quirófano por motivos estéticos, pero lo cierto es que hay otras maneras de intentar mantener el rostro sin arrugas sin necesidad de bisturí. No sabemos si es botox, inyecciones de vitaminas u otro tipo de tratamiento (es uno de los secretos mejor guardado en su entorno), pero ese intento de parar del tiempo en su cara es tan sólo un signo más de la obsesión que la Reina tiene por controlar todo, por llegar a la perfección.
Para quienes crean en el destino marcado por los signos zodiacales, Letizia Ortiz Rocasolano nació un 15 de septiembre. Por lo tanto, lo hizo bajo el signo de Virgo y es muy fácil identificar en ella los rasgos de este signo: "Los Virgo tienen un espíritu muy alto, saben apuntar bien para lograr sus objetivos. Tienen el don de la palabra, les suelen atraer las personas con poder y creatividad. Tienen un deseo de perfección en todo lo que realizan".
Se puede decir que la esposa de Felipe VI cumple al pie de la letra la descripción de su zodiaco, pero sobre todo la última frase: la Reina tiene una obsesión por encontrar la perfección que rige todas las etapas y facetas de su vida.
El día que desde Zarzuela se anunció el compromiso de don Felipe con la periodista Letizia Ortiz, aquel el 1 de noviembre de 2003, su padre, Jesús Ortiz intervino en el programa de televisión del corazón que en aquellos años triunfaba en Telecinco, ‘Salsa rosa’. Cuando los colaboradores le preguntaron por cómo era su hija, la futura Reina de España, el también periodista contestó: "Si me preguntas por una definición de Letizia les digo que es la persona más cariñosa, deliciosa y perfeccionista que yo conozco". Durante estos quince años han sido muchas las situaciones en las que ha quedado demostrado que la Reina sufre una obsesión por la perfección que puede llegar a resultar preocupante.
‘Control Freak’. Este el término con el que popularmente se conoce a las personas que tienen un tipo de personalidad controladora. "Una persona controladora desata sus reacciones mucho más cuando se encuentra bajo una situación de estrés y en que ella está siempre vigilada y con mucha presión, es normal que su problema se agrave cada día", nos cuenta la psicóloga Isabel Martín Frutos, experta en comportamientos obsesivos.
"Los controladores tienen una personalidad que se sustenta en una base perfeccionista. La sensación de tenerlo todo controlado disminuye el estrés y les da seguridad. Suelen presentar unos niveles de autoexigencia muy altos. Tienen una concepción de cómo deben suceder las cosas y controlar todos los detalles para que sigan el curso que ellos se han fijado; es el único modo de mitigar la intranquilidad", añade la experta.
Estas son algunas de las situaciones vividas y conocidas en las que se demuestra que la Reina podría estar en este grupo.
1. La crisis de las Reinas
Sin duda el caso más claro de intentar controlar todo lo que sucede a su alrededor tuvo lugar en la Catedral de Palma de Mallorca la pasada Semana Santa de 2018, de infausta memoria en la Casa Real. La Reina no deja que su suegra se haga la foto con sus hijas porque no puede ser como ella quiere, no era ni el fotógrafo ni el lugar que Letizia consideraba oportuno.
2.Necesitaba saber cada plano del informativo
Cuando Letizia vivía su vida de periodista se convirtió en una exigente presentadora de informativos que dejaba atónitos a sus jefes por su perfección delante de las cámaras.
"Tenía que llevar todo preparado y bajo control. Le gusta saber quién estaba detrás de cada cámara, qué planos iba a tener. Recuerdo una vez que el editor le pidió que le diera una vuelta a una entrada que había escrito. Estuvo horas con ella hasta que consiguió que saliera perfecta. Podía repetir una misma entradilla veinte veces si no le salía de diez. El pelo, la chaqueta, el maquillaje… todo tenía que ser perfecto", asegura una antigua compañera suya en los Informativos de TVE.
3. Todo en un cuaderno
Al llegar a Zarzuela en 2004 la Princesa se afanó en aprender las obligaciones de su nueva vida entrenándose casi como un marine. "Tenía un cuaderno donde iba apuntando todo. Como no manejaba el inglés, decidió que antes de casarse iba a hablarlo perfectamente y lo consiguió. Observaba, apuntaba, observaba, apuntaba… Así se pasa todo el día. Preguntaba cada cosa diez veces para asegurarse que lo entendía perfectamente y lo grababa en su memoria. Fueron meses muy duros para ella, pero siempre estuvo al nivel", confiesa una persona que trabajó en aquellos años en la Casa del Rey.
Cómo Reina, ya sabía muy bien cómo funcionaba todo y, además, a partir de entonces las normas las dictaría ella y las cosas se hacen como ella considera que se tienen que hacer.
4. Una alimentación perfecta
"¿Qué desayunan tus hijos?". Esa es una de las preguntas favoritas de la Reina cuando charla con alguien en cualquier cóctel de cualquier acto al que acude. Para Letizia una alimentación equilibrada y estudiada es una norma de su día a día. Su cuerpo es también una vía para llegar a la perfección. Controla cada alimento que ingiere y si tiene que comer fuera, cosa que en su caso sucede en muchas ocasiones, se lo come (no quiere que nadie comente que no come, cosa que es falsa) pero tratará de compensarlo de vuelta a casa.
La Reina sigue la regla de nada de calorías vacías que no aporten nada a nuestra dieta. No come ningún producto que no venga de la agricultura o ganadería ecológica, cero de azúcar, nada de bollería procesada, pan y pasta integrales, copos de avena y es adicta a la kombucha, una proteína que se bebe que ayuda a regular el cuerpo.
5. Deporte diario
La Reina también busca la perfección en su cuerpo, y para ello, se ejercita con enorme intensidad. Ni un gramo de grasa y cada músculo marcado y trabajado en su justa medida. "Pocas personas aguantarían el ritmo que lleva la Reina de ejercicio físico, practica footing y ejercicios de musculación, además de sesiones semanales de yoga y pilates, que completa con aeróbico los domingos en su clase de zumba. Madruga mucho, se levanta sobre las siete y suele aprovechar esa primera hora, siempre que su agenda se lo permite, para trotar por los jardines de Zarzuela. Después, si le queda tiempo, se acerca al gimnasio del palacio, donde practica ejercicios para tonificar bíceps y tríceps con mancuernas, gomas y aparatos", nos revela una persona muy cercana a Letizia.
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6. Observa todo, hasta una puerta
Hace algunos años, en los Premios Princesa de Asturias tuvo lugar una anécdota que refleja muy bien la capacidad de la Reina para controlarlo todo. Durante las audiencias de la mañana del día de los galardones, en el Hotel Reconquista de Oviedo, el Rey y Letizia estaban recibiendo a los Premios Fin de Carrera de las Universidades Asturianas. Entonces ocurrió.
"Cuando los Reyes entran en una sala, la puerta debe cerrarse tras ellos. Esa mañana la puerta no se quedó cerrada del todo. Durante la audiencia la Reina no paraba de mirar hacia allí. Cuando terminó el acto, le cayó una bronca a al ayudante que no había cerrado del todo… Nadie se había dado cuenta, solo ella. Tiene que tener todo bajo control, todo perfecto", confiesa una persona que trabaja en la Casa.
7. Control sobre sus hijas
Pero la Reina no sólo busca la perfección en su vida, también en la de su familia. Necesita tener controlado todo lo referente al día a día de Leonor, la Princesa de Asturias, y de la Infanta Sofía. La cosa llega a tal nivel que son muchos los padres que comparten colegio con las hijas de los Reyes que están un poco cansados de las normas impuestas por Zarzuela. En el Colegio Santa María de los Rosales están prohibidos los móviles en todo el recinto y a todas horas. Ni siquiera en las excursiones o viajes escolares, como la visita que Leonor acaba de hacer a Burgos con su clase, se pueden hacer fotos.
En el menú del comedor del colegio se ha prohibido cualquier tipo de fritos (patatas fritas, croquetas, palitos de pescado…). Nada de bebidas con azúcar o cualquier tipo de bollería industrial. A pesar de eso, cuando algún día hay algo en las bandejas de los alumnos que a la Reina no le parece bien, la Princesa y la Infanta llevan su tupper desde Zarzuela.
Pero este control no sólo ocurre dentro de los muros del colegio. Fuera de ellos la cosa es igual. Las dos niñas siguen la misma alimentación que su madre: no pueden comer gominolas, y tampoco alimento procesado alguno. Si Leonor o Sofía tienen una fiesta, los padres de las demás invitadas están avisados de que no pueden sacar fotos.
Observa todo lo que hacen y cuando tienen alguno de los pocos actos públicos a los que han acudido, la Reina no les quita ojo y les indica a cada momento lo que tienen que hacer.
8. Ni una sola imagen sin permiso
Letizia controla todas las imágenes que se difunden desde dentro de la Casa. Los empleados del departamento de Comunicación tiemblan cuando desde Zarzuela hay que enviar una fotografía de algún evento familiar (como ocurrió hace poco en el cumpleaños de la Reina Sofía), ya que la Reina puede tardar horas en decidir cuál debe llegar a los medios de comunicación. Siempre tiene que ser la foto perfecta.
9. Obsesión por ciertas prendas y marcas en su armario
Nadie sabe la cifra exacta del número de zapatos, prácticamente iguales, que tiene la Reina en su armario. Lo mismo ocurre con los vestidos negros o las carteras de mano. Letizia compra una y otra vez este tipo de prendas, enormemente parecidas las unas con las otras. Siempre usa las mismas marcas: Felipe Varela, Carolina Herrera y Hugo Boss son sus favoritas. En calzado, Magrit, una firma española que se los hace a medida.
Sus 15 años en la Zarzuela han dejado huella en la Reina. Una mujer que intenta buscar la perfección en todas las facetas de su vida hasta llegar a ser una obsesión que la controla.