Todavía queda esperanza para Julen Jiménez, el niño de dos años atrapado en un pozo de 103 metros de profundidad y de 25 centímetros de diámetro en la Sierra de Totalán (Málaga), al que se precipitó, según contó su familia. Más de un centenar de efectivos y otros medios que han llegado hasta la zona en las últimas horas trabajan sin descanso desde hace ya 48 horas para encontrar al pequeño, pero todavía no hay rastro de él.
Lo cierto es que su caso guarda similitud con la de la bebe estadounidense Jessica McClute (ahora tiene 32 años), que finalmente tuvo un final feliz. Después de estar casi 60 horas en un pozo, sobrevivió. Con tan solo 18 meses, la pequeña, que estaba jugando, cayó en un pozo de 20 centímetros de diámetro en el patio trasero de la calle Dr Tanner en Midland (Texas), el 14 de octubre de 1987, después de resbalar por un hueco lleno de fango.
Cuando el cuerpo se detuvo, estaba casi siete metros debajo de la superficie. Nadie se explicaba en su momento cómo pudo caer en ese agujero cuando una piedra lo tapaba por completo, pero la realidad era que estaba allí. Y el objetivo era salvarla costase lo que costase. Lo consiguieron.
En un primer momento, los expertos creyeron que podían sacar a la niña del pozo sin dificultad, pero al poco tiempo se dieron cuenta, como ha ocurrido en el caso de Julen Jiménez, de que no era posible.
Entonces, los equipos de rescate diseñaron un plan sencillo: perforar un pozo paralelo y luego un canal para rescatar a la pequeña, algo similar a lo que se está haciendo ahora en el caso de Julen. Alrededor de Jessica había piedra dura. En el caso de Julen el riesgo de desprendimiento es alto y el terror es que quede atrapado en el intento de rescate y no tenga oxígeno.
Otra similitud entre ambos cosas fue la solidaridad y el eco mediático. Decenas de trabajadores de la industria petrolera, en su mayoría desempleados, se acercaron a echar una mano con sus herramientas para ayudar a los equipos de rescate a encontrar a la pequeña Jessica. Su caso se denominó baby Jessica e incluso se hizo tiempo después una película titulada El rescate de Jessica, que fue protagonizada por Beau Bridges.
La cobertura informativa fue tal que hasta el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, llegó a decir: "Todos en Estados Unidos se convirtieron en padrinos y madrinas de Jessica mientras se estaba produciendo su rescate."
Cantaba la canción de Winnie, the Pooh
Mientras el grupo de rescate bombeaba oxígeno en el pozo, otros mantenían la comunicación con la pequeña, que lloraba y lloraba para que la auxiliaran. Los trabajadores le animaban a cantar canciones de cuna, para que Jessica no se despistara. “Nunca voy a olvidar cómo cantaba la canción de Winnie, the Pooh”, dijo después uno de los detectives según relata el diario Clarín, que se hizo eco de la historia después de que la pequeña diera una entrevista a People ya siendo adulta.
En 24 horas, el pozo paralelo para rescatar a la joven estaba terminado, es cierto que el caso de Julen es más complicado puesto que se trata de un túnel de 100 metros. Y en el caso de Jessica, se encontraba a 6,7 metros de profundidad. Pero, en su caso, también había problemas, el puente entre ambos agujeros se complicaba porque los martillos perforadores estaban diseñados para perforar hacia abajo, no a los lados. Y la pequeña, que se encontraba en paralelo a ese túnel que habían hecho, dejo de llorar.
Pero después de horas de silencio, Jessica volvió a emitir sonidos, y eso le dio el impulso para seguir trabajando sin descanso a todos los trabajadores. Desde que las labores de búsqueda comenzasen el pasado domingo, a las 14.00 horas, los equipos de rescate españoles tampoco han cesado en su intención: encontrar al pequeño Julen con vida.
La segunda parte del rescate de la bebe era el túnel de contacto, que se terminó cuando el bebe llevaba ya 45 horas atrapada. Cada segundo contaba porque la pequeña posiblemente podía encontrarse en una situación de desnutrición y deshidratación, y el oxígeno podía escasear.
Voluntarios para introducirse en el túnel
Fueron varios los que se ofrecieron a introducirse en ese túnel para rescatarla. Ron Short, un hombre sin clavículas se ofreció a sacar a la pequeña pero finalmente no pudo. La tensión iba en aumento, se quedaban sin tiempo y no daban con la manera de cómo sacar a la pequeña.
Finalmente, eL elegido fue Robert O’Donnell, un paramédico del Departamento de Bomberos de Midland. Mientras arrojaba gelatina de petróleo para favorecer el deslizamiento por el hueco, superó la claustrofobia y llegó a Jéssica. Logró sacarla tras 20 minutos. Un espacio de tiempo que fue clave para sacar a la pequeña de allí con vida, después de estar atrapada allí durante 58 horas.
Jessica sobrevivió pero, desde entonces, no ha tenido una vida fácil. Tuvo que pasar por el quirófano hasta en 15 ocasiones. Los cirujanos tuvieron que extirparle un dedo del pie debido a la gangrena que tenía por la pérdida de circulación mientras estaba en el pozo. No tiene recuerdos directos del hecho, aunque esto, tal vez, no sea tan malo.
Ahora tiene dos hijos y reconoce que cada momento de su vida es un milagro. Tal vez, se pueda producir otro con el pequeño Julen Jiménez.
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