El rescate de Julen se ha topado con una roca de cuarcita que lo está retrasando. Un portavoz oficial de la Guardia Civil ha explicado a las 12 horas de este viernes que el helicóptero de la Benemérita que permanecía en la finca desde esta misma noche ha partido hacia Sevilla para traer más material explosivo con el que realizar microvoladuras controladas en el interior de la galería.
Hasta el momento los rescatistas han conseguido horadar 1,5 de los 3,8 metros que distancian su pozo del orificio al que cayó un niño de dos años el domingo 13 de enero.
La dureza extrema del terreno ha obligado a los mineros a pedir ayuda a los Tedax de la Guardia Civil hasta en tres ocasiones. Juan López Escobar, ingeniero de Minas y miembro del equipo técnico del rescate, ha explicado a EL ESPAÑOL que los mineros se han encontrado con la roca "prácticamente al medio metro de empezar a picar la montaña".
Cada detonación controlada conlleva dos horas aproximadas de trabajo. Los mineros, cuando ven imposible seguir avanzando, perforan en la roca distintos agujeros donde los especialistas de la Guardia Civil han de poner las cargas explosivas. El siguiente paso es que los mineros salgan a la superficie y que dos guardias civiles desciendan en la cápsula a poner las cargas exactas en los puntos señalados. Después han de salir a cielo abierto para realizar la detonación.
Ese proceso, ha explicado el portavoz de la Benemérita, suele tardar unos 90 minutos. Son necesario otros 30 minutos de espera para introducir aire limpio y evacuar el contaminado y los gases venenosos.
Los mineros comenzaron a horadar la montaña a las 17.33 horas de la tarde del jueves. Durante las tres horas y media previas probaron la cápsula en la que han de descender hasta el tramo en el que se encuentra el niño.