Según avanzan las pesquisas, el caso Julen se torna cada vez más novelesco. Ahora, es el tío de Julen, y propietario de la finca donde se encontraba el pozo por el que el niño se precipitó, quien aseguró a la Guardia Civil que él había puesto dos ladrillos (bloques de hormigón) para tapar el pozo después de que el pocero hiciera la prospección. Y no este último que, además, aseguró a los agentes, nunca selló el pozo de ningún modo.
El propietario de la parcela también aseguró que cuando la familia se reunió en la finca el 13 de enero para comer una paella, avisó a todos de la existencia del pozo, pero les tranquilizó diciendo que no había peligro porque estaba tapado. Aunque minutos después, no era así, o al menos, en el momento en el que el niño se precipitó.
Esta versión de los hechos, según ha revelado Sur, también fue confirmada por el padre de Julen, José Roselló, que le dijo a la Guardia Civil que efectivamente el pozo estaba tapado por "dos cantillos" -cada uno de aproximadamente unos 13,5 kilos- cuando ellos llegaron a la finca. En la foto que ilustra este texto, en la que miembros del operativo trabajaban durante los primeros días en el rescate, se puede observar uno de esos "ladrillos" que el dueño de la finca podría haber utilizado para tapar el pozo.
Sin embargo, cuando la familia llevaba tres cuartos de hora, esos dos bloques de hormigón ya no tapaban el pozo. Y ninguno de los que estaba allí aclara el por qué. En ese momento, José Roselló gritó a Julen. Se había asomado a la zona donde estaba su hijo, y observó cómo los dos bloques que tapaban el pozo se habían desplazado y se veía el agujero, aunque él no escuchó al crío.
Lo que sí vio fue cuando su hijo corría por una zanja hacia la esquina donde estaba el pozo, que estaba a 10 o 15 metros del crío. Poco después, Julen caía al agujero de 103 metros de profundidad y 25 centímetros de diámetro, que había hecho el pocero el 18 de diciembre, y del que fue rescatado sin vida trece días después.
¿Quién tapó el pozo?
Antonio Sánchez, el hombre que realizó la prospección siempre ha afirmado que cuando terminó de hacer la cavidad, la tapó con una piedra de 15 kilos. E insistió en que no había ninguna zanja en el terreno cuando él hizo la perforación. Sin embargo, en la declaración del dueño de la finca, recogida por la Guardia Civil, él insiste en que nunca se tapó la cavidad y que fue él quien lo hizo con esos dos bloques de hormigón.
Esa zanja, no obstante, la hizo el 5 de enero, un amigo del dueño de la parcela, a petición de este porque quería hacer un muro de contención para que no cayese tierra sobre la parcela. El maquinista, que realizo esa obra -también ilegal y que investigan los agentes- declaró que el propietario le pidió mover la arena -que había dejado el pocero alrededor del pozo- porque la quería para hacer cemento.
Una vez se quitó la arena que había alrededor del pozo, esa zona se quedó al ras del suelo. No obstante, este maquinista, al termina la obra e irse de la parcela, vio como el tío de Julen tapaba el agujero con unas piedras que había en la zanja, y que el mismo movió con el pie.
La pregunta es: ¿por qué estaba el pozo destapado cuando todo ocurrió? Las dos personas sobre las que la Guardia Civil pone el foco -y que podrían ser condenadas por un delito de homicidio imprudente-, el dueño de la finca y el pocero, afirman que ambos taparon el pozo, pero todavía se desconoce quien o quienes pudieron mover esos ladrillos que, en cierto modo, desencadenaron la muerte accidental del niño.
Entre tanto, la Guardia Civil ya ha entrado en el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga los primeros informes sobre las circunstancias de la caída del niño, la construcci´n del pozo al que se precipitó y los trabajos que se estaban haciendo en la parcela donde ocurrieron los hechos.