Miguel, un padre de dos niños de 10 y 4 años, ha denunciado a través de Twitter el descubrimiento de un pozo similar al que cayó el pequeño Julen el pasado 13 de enero en Totalán (Málaga). Con unos 100 metros de profundidad y 25 centímetros de diámetro, el agujero ha sido encontrado en una pedanía del municipio granadino de Ventas de Huelma.
Este vecino, natural de Ácula, se había ido a pasar el día con su familia en el paraje conocido como Los Cerros. Entonces, vio el agujero. “¿Parece de locos, no? Pues es real y está en mi pueblo. Lo han descubierto niños de 10 y cuatro años”, tuiteó este padre de familia. Los niños lo avisaron y él lo denunció.
A partir de ahí, comenzó el proceso para que el agujero fuera cubierto. La Guardia Civil, según cuenta Miguel a través de su cuenta de Twitter, dio parte y el Ayuntamiento procedió a taparlo y a señalizarlo para evitar posibles accidentes como el del niño Julen, que tardó 13 días en ser rescatado por un operativo en el que el Estado tuvo que gastar más de un millón de euros.
Miguel certificó que el pozo estaba lleno de agua y dio gracias a que su sobrino, prevenido por el caso Julen, advirtió de que estaba allí. “No, no es una madriguera”, sentenció. Y lamentó que todos estos agujeros estén por toda España. “Uno de mis mejores recuerdos de pequeño era correr por esos cerros. Que mi hijo por hacer lo mismo pudiese quedar atrapado es un infierno, es de locos”, culminó, en un hilo de Twitter.
Lo hecho público por Miguel no es nada extraño o raro. En España, según una estimación de Greenpeace, hay un total de un millón de pozos ilegales, muchos de ellos sin tapar. En la provincia de Málaga, donde cayó el pequeño Julen, hay hasta 11.000 agujeros que carecen de permiso.
Esto es un peligro para muchos ciudadanos. Sin ir más lejos, esta misma semana, Juan Antonio, un vecino de Villanueva del Trabuco, un pueblo cercano a Totalán (está a 60 kilómetros), falleció al caer por un pozo. Se desconocen aún las causas, aunque se barajan dos posibilidades. La primera es el suicidio y la segunda, el accidente. Iba con su perro por el campo y murió junto a su perro. El can pudo saltar al pozo y el caer al intentar sacarlo.
Sea como fuere, el caso Julen ha puesto de relieve un problema que existe desde hace mucho tiempo: España está plagada de pozos ilegales. Muchos de ellos, peligrosos para cualquier ciudadano que salga al campo a pasear o a dar una vuelta.
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