La Escuela de Frankfurt abogaba por separar el mundo de las ideas de lo terrenal. Ahí, al menos, se situaba Theodor Adorno, uno de sus principales pensadores, que no iba a dejar que la realidad contaminara una buena teoría. En las mismas, aunque por motivos radicalmente distitnos, está Higinia Méndez Menéndez, una jubilada de 63 años residente en Oviedo a la que le han estafado casi 100.000 euros. Pero ella todavía no se lo cree.
En el plano de las ideas, ella está esperando a su amor, el general Ben Hodges. Le han hecho creer que él es un alto cargo del Ejército estadounidense destinado en Turquía que está reuniendo el dinero suficiente para volar a Asturias y casarse con ella en cuanto pueda. La promesa dorada es que durante su servicio ha logrado requisar una suma importante de dinero a un grupo terrorista y que, si ella colabora, les dará a ambos una jubilación de ensueño.
En cambio, el plano terrenal es algo menos romántico. Aunque Ben Hodges es un militar que existe en la vida real, con Higinia han contactado dos cameruneses y un nigeriano que le han estafado 98.420,50 euros haciéndose pasar por él. Ahora el estafador principal, el camerunés de 48 años Emmanuel Nwiejwiuh, ha sido condenado a cuatro años y seis meses de prisión. Sus cómplices Verónica Muyoh Timah -de Camerún y vecina de Móstoles- y Oyedele Abiodun -de Nigeria y vecino de Aranjuez- han sido condenados cada uno a dos años y seis meses de prisión.
Sorprendentemente, a pesar de las evidencias ella sigue en su mundo de las ideas. “Creo que es un montaje”, reconoce Higinia en conversación con EL ESPAÑOL. “Están utilizando a esos chicos de color para encubrir algo”, añade. ¿Su plan sigue siendo casarse con Ben Hodges? “Yo creo que sí, que es un plan. El tiempo dirá”. Y algo chirría: ella cuenta que después de la detención de los tres culpables ha seguido hablando con Ben Hodges y ha seguido enviando dinero. Faltan cabos por atar…
Junio de 2017. Higinia, que estuvo casada dos veces y enviudó, buscaba amistad y lo que surgiera en la página web de contactos Amor en Línea. Ahí conoció a Ben Hodges. Él no hablaba ni papa de español y ella lo mismo con el inglés. Entonces comienzan a chatear a través de esa web, de Skype y de correos electrónicos usando el traductor de Google y de vez en cuando mandándose fotos.
Una vez que ya había complicidad entre ambos, Hodges le cuenta que su unidad ha confiscado una caja fuerte a un grupo terrorista y que necesitaba la ayuda de Higinia. Él necesita dinero para recuperar la caja y poder dejar el Ejército. Una vez hecho, podría volar desde Turquía hasta Asturias y ambos podrían casarse, por fin. Ante este relato, Higinia empieza a mandar dinero. De a pocos al principio pero el día 7 de agosto de 2017, sólo un mes después de conocerse, Higinia hace una transferencia de 50.000 euros.
Detrás de todo esto están Emmanuel Nwiejwiuh y sus cómplices, según la sentencia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Emmanuel, que tiene una orden de expulsión de España suspendida porque está en la cárcel, se hacía pasar por Ben Hodges junto con otras personas cuyas identidades se desconocen.
Así, se fueron camelando a Higinia y ella fue ingresando la suma de casi 100.000 euros a través de las empresas Money Express, Transfer Ep, Western Union y hasta el Ciberlocutorio Noel de Oviedo. Todas estas transferencias tenían como destinatarios a personas desconocidas con cuentas en Nigeria y Ghana.
Operativo policial en la estación de Renfe de Oviedo
Pero el pastel se descubrió, por supuesto. Higinia era un reguero de dinero y los estafadores quisieron subir su apuesta. La avaricia rompió el saco. La última vez que los implicados en la trama intentaron sacarle dinero le pidieron la cantidad de 100.000 euros. Pero la entidad bancaria de Higinia no permitió la transferencia por si se trataba de un delito. Por ello, intentaron quedar con ella el día 1 de septiembre de 2017, a las 12:00 del mediodía, en la estación de tren de Oviedo.
La entidad consiguió convencer a Higinia de que denunciara los hechos y, en vez de Higinia, los que aparecieron en la estación fueron los agentes de la Policía. Ahí estaba Emmanuel Nwiejwiuh. La excusa para Higinia: que era un enviado de la ONU para recoger el dinero. La excusa para las autoridades: que no sabía nada y un anónimo le prometió 1.500 euros por recoger un paquete. Al día siguiente Emmanuel entraba en prisión provisional comunicada y sin fianza. El juicio, que culminó la semana pasada, demostró su parte activa en la estafa.
Lo que nadie sabe es de dónde sacaba Higinia tanto dinero. “Esa es la pregunta que todos nos hacemos”, asegura el abogado de Emmanuel, Carlos Peñarrubia en conversación con este diario. Ella asegura que es por ahorrar mucho, que entró a trabajar a los 18 años y se ha pasado 45 años ahorrando, pero no quiere explicar más.
En cuanto a Emmanuel, ya tenía al menos dos condenas por estafa y tiene hasta una treintena de antecedentes por lo mismo. “Yo no estoy conforme con esta sentencia y vamos a recurrir esta semana que entra”, asegura Peñarrubia. “Falta uno de los elementos, que es el de el engaño, y si la señora sigue haciendo transferencias es que falta algo”, añade.
El verdadero Ben Hodges
- Higinia, ¿usted ha visto alguna vez a Ben?
- Por favor, yo no envío dinero sin documentación. He visto su carné militar, el de identificación y he entrado en Wikipedia.
- Esta fotografía que le enseño… ¿es él?
- Esa es una. Antes también tenía LinkedIn y he visto fotos de toda su familia, teléfonos y domicilios. También figuraban los bienes que tenía disponibles y estaban en millones de dólares.
Para que la estafa fuera efectiva, había que tener en cuenta que si se trataba de un general del Ejército de Estados Unidos debía figurar en algún lado. Es por eso que Ben Hodges existe. Su nombre completo Frederick Benjamin Hodges, general retirado que fue el responsable del Ejército estadounidense en Europa y que actualmente es asesor de estudios estratégicos en el Centro de Análisis de Políticas Europeas.
Hodges tiene a su espalda una brillante carrera militar. Se graduó en la academia en 1980 y 15 años más tarde ya era nombrado comandante de la OTAN en Europa. También ha participado en la guerra de Irak y ha servido también en Afganistán. Se retiró del Ejército en 2017, justo en el año en el que se urdió la estafa.
Al tratarse de un cargo tan elevado, era fácil encontrar entrevistas y numerosas fotografías en las que salía. Así, los estafadores podían conseguir numerosos documentos e información de su vida privada que mandaban a Higinia para engañarla. En la página de Wikipedia de Hodges viene hasta el nombre de su ex mujer y cuántos hijos tiene.
Con esa información, Emmanuel y sus compinches pudieron urdir una estafa que es comunmente denominada como de las ‘cartas nigerianas’. Aunque tiene múltiples variantes, la base consiste en convencer a la víctima de que hay una fortuna y que, si adelanta ciertas cantidades de dinero, puede acceder a ella. Todas las variantes, además, tienen en común que se aprovechan de la confianza de una persona, por lo general bastante ingenua.
Un proceso de incapacidad para Higinia
A pesar de toda la información que ha salido y que la sentencia judicial condena directamente a los implicados, como todavía quedan cabos por atar, Higinia sigue en su torre. “Creo que están usando a estas personas para encubrir algo”, insiste Higinia en referencia a Emmanuel y sus cómplices. “Los que están detrás de la trama son militares estadounidenses en Afganistán”, añade en conversación con este diario.
Es por eso que, a pesar de que llega a denunciar tras las insistencias de la entidad bancaria ella acude en calidad de testigo, no de acusación particular. No fue ni con abogado. Durante su relato en el juicio, en el que insiste que sigue hablando con Hodges y que no se cree las pruebas, la magistrada pide un informe forense para evaluar las capacidades mentales de Higinia.
“Higinia Méndez Menéndez padece rasgos paranoicos y estado de ánimo con sensación de soledad y abandono con predisposición a la tristeza”, determina el informe forense que aparece en la sentencia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. “Tiene ideas sobrevaloradas y comportamiento impulsivo en el manejo de sus bienes y limitación de las facultades cognitivas por la dificultad en la forma de percibir e interpretar los acontecimientos de su vida”, añade. Y sigue diciendo que es una persona “vulnerable y fácilmente influenciable”.
Es por eso que la Fiscalía del Principado de Asturias ha iniciado un proceso de incapacidad para Higinia. Tras lo que se pudo ver en el juicio, el fiscal decidió tomar cartas en el asunto y ha pedido un informe forense para presentar la demanda y que Higinia no pueda hacer uso de su patrimonio libremente. Aunque todavía falta una sentencia en firme, se pasaría a nombrar a un tutor que gestione su patrimonio.
Con eso se podría evitar que siga ingresando tanto dinero en las cuentas de Nigeria y Ghana. Pero el problema sigue lejos de solucionarse. En la propia sentencia se habla de terceras personas que no han sido identificadas y ella asegura que sigue hablando con su general y que le sigue mandando dinero. Su cabeza va a contracorriente.
“No hablamos mucho, aunque algo sí, con mensajes muy escuetos”, dice Higinia. “Yo tengo muy claro que se miente y que es un caso encubierto. Se sabrá en su momento quién está detrás y por qué”, añade. “Hay muchas personas involucradas y hay un organismo de por medio. Creo que no es el momento de que te diga mucho más”.