Una simple llamada encauzó todo. Dos meses después el asesinato de Javier Ardines, el concejal de Izquierda Unida en la localidad asturiana de Llanes, su mujer llamó a Pedro Nieva para preguntarle que por qué había dejado de ir a Llanes. La respuesta de Nieva, que ha sido detenido por ser el presunto autor intelectual del crimen, alertó a los investigadores por su contenido.
Según ha adelantado el diario La Nueva España este miércoles, en la conversación Nieva le dijo a la mujer de Ardines, que además era su prima política, que estaba esperando la llamada de la Guardia Civil y que le tomaran muestras de ADN, aunque matizó que no tenía miedo a la prueba.
Nieva se mostró nervioso y presionado en la conversación, en la que la mujer de Ardines le afeó una pérdida de contacto tras el asesinato. Además, él sacó a relucir su coartada: dijo que había pasado todo el día del crimen en Amorebieta (País Vasco).
El presunto autor intelectual ya estaba entre los sospechosos de los investigadores y esta llamada reforzó sus teorías ya que intentaba justificarse y esperaba que la investigación se centara en él. Desde entonces, se convirtió en un eje clave de las pesquisas de la investigación.
Pedro Nieva descubrió que su mujer le estaba siendo infiel y por eso presuntamente contrató a unos sicarios para que le dieran un susto que se fue de las manos. Además de su detención, también se produjo la de otras tres personas como presuntos autores materiales del crimen.