Cientos de personas, igual que durante la capilla ardiente, acudieron al funeral para despedir al pequeño. La capilla ardiente se instaló en el Palacio Provincial de la Diputación de Almería y el funeral tuvo lugar en la Catedral de Almería. Además de los cientos de civiles, acudieron a despedir a Gabriel numerosas autoridades. Asistieron la entonces presidenta de Andalucía, Susana Díaz, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido.