¿Es usted independentista pero aborrece la República? ¿Se considera separatista pero le gustan mucho los tronos, las coronas y leer el Hola? ¿Quiere tener su propio estado fuera de la monarquía española, pero con un trono al que hasta los Borbones podrían optar? No está solo. Los independentistas monárquicos son pocos pero existen. Son un reducido grupo de soberanistas que no quieren ser españoles, pero tampoco republicanos.
¿Un contrasentido? Lo parece. Hasta la fecha, el grueso del independentismo asume el proyecto separatista en forma de República. Pero no para todos. El proceso está creando perfiles socioculturales inimaginables. Hay independentistas que son del Real Madrid. Otros que cargan más contra el Procés que contra España. Y ahora también, indepes que quieren un rey que asuma un trono en la hipotética Catalunya Lliure.
La mayor parte de ellos se encuentran aglutinados en un grupo llamado Cercle Sobiranista Monàrquic. Un reducido número de tradicionalistas y monárquicos que se han cansado de España. No es una parodia. Es un grupo de debate en el que hay sociólogos e historiadores y que consideran que la República sería un desastre y la Monarquía la mejor de las soluciones.
Uno de los principales impulsores del grupo es David de Germà y Mercer. Un historiador de 38 años que, curiosamente, nació el 23 de febrero del 81 mientras Tejero daba el golpe de estado. David se considera tradicionalista e independentista. “Yo vengo de una familia monárquica y conservadora. De hecho, hasta 2005 me consideraba carlista y también creía en la unidad de España y todo eso”, le explica a EL ESPAÑOL. David es el único miembro del círculo que no ha tenido problema en hablar fuera del anonimato.
El Estatut lo cambió todo
Lo que en 2005 le hizo cambiar radicalmente su postura fue todo el problema del Estatut. “Por todo lo que hicieron contra Cataluña. Aquel Estatut al que dejaron “cepillao y bien cepillao” (parafraseando a Alfonso Guerra que se mofó de los recortes al documento inicial), aquellos insultos a los catalanes…, humillaciones… Todo eso creó en mí en mí una desafección contra España”, admite. Sigue, no obstante, defendiendo posturas política smuy conservadoras: “Yo no voto a VOX por su posicionamiento contra Cataluña, pero votaría a un VOX catalán si lo hubiera”; reconoce.
Fue en 2012 cuando David se dio cuenta de que había más gente como él. Conservadores que se habían cansado de España, pero que no querían república. Entró en contacto con varios y creó una cuenta de correo para poder reunirlos de algún modo. Y como buen independentista, empezó a colaborar con la ANC. Fue entonces cuando creyó que sería una buena idea crear una sectorial monárquica de la ANC. “El problema es que nunca conseguimos llegar a ser 10 personas, que es lo que se necesita para ser una sectorial”.
No obstante, ahí se formó el embrión del Cercle Sobiranista Monàrquic. Que si bien no consiguió reunir a 10 personas para la ANC, en redes sí que tiene varios centenares de seguidores. Es ahí donde realizan su labor de reivindicación de la monarquía y la independencia. Le dan palos a Rufián y a los Borbones a partes iguales.
Cinco casas optan al trono
¿Quién sería el rey o la reina de este hipotético trono de Cataluña? David de Germà subraya en que cada miembro tiene su candidato, y hace hincapié en que “mis opiniones son sólo mías; no hablo en nombre del Cïrculo en este aspecto”. Así, en esa diversidad de opiniones, emergen cinco casas reales que podrían optar a ese trono: la de Windsor, la de Habsburgo-Lorena, la de Sajonia, la de Paterno-Castelló… y la de los Borbones.
1: La casa Windsor: Visca la British Catalonia
Lo de que la casa real británica opte a ese ficticio trono se debe a que son varios los independentistas que piden que Cataluña se integre en la Commonwealth (en pleno lío del Brexit). Ahí sólo hay una candidata posible: la reina Isabel II. Este escenario dejaría postales innovadoras en Cataluña, como una moneda propia con la reina de Inglaterra en el anverso y la Moreneta en el reverso. O una nueva bandera, con la Union Jack sustituyendo a la estrella de la estelada. O a los Mossos vestidos como los ‘bobbys’ británicos. O incluso un repunte de la popularidad del cricket en las escuelas.
2. La casa Sajonia: El sueño de Puigdemont
La segunda casa en liza sería la de Sajonia-Coburgo-Gotha. Es decir, la que está reinando en Bélgica. De hecho es un país con el que el independentismo ha estrechado lazos mediante el Procés. Puigdemont podría volver a gobernar Cataluña sin salir de Waterloo. La candidata ideal para los que apuestan por esa casa es Astrid de Bélgica, archiduquesa de Austria, princesa de Hungría y de Bohemia y duquesa de Módena. Hija de Alberto II y hermana de Felipe, el actual rey de los belgas.
3. La casa de Habsburgo: La Cataluña austriaca, por fin
La tercera casa es la que tiene más lógica nacionalista. Se trata de la de Habsburgo-Lorena. Los emperadores de Austria, los que pelearon contra los Borbones en aquella guerra de sucesión. Cataluña se posicionó con los austriacos, que acabaron perdiendo. Todavía hay nostálgicos hoy día que piden que los Austria sean sus reyes. El candidato ideal sería Simeón Hagsburgo-Lorena, que curiosamente conecta por matrimonio con la casa de… los Borbones.
4. La casa de Borbón: Ni así se irán
Es posible. Los Borbones también optarían a este trono. De hecho, esta es la casa por la que apostaría David de Germà i Mercer. El candidato, sin embargo, no sería Felipe VI. “Es un rey que no ha sabido ni casarse”, responde David indignado. “Su boda morganática con Letizia le quita toda la legitimidad para ser rey". Por ese motivo, apuesta esta corriente por seguir con esa dinastía, pero buscando una alternativa. En concreto, la elegida sería María Paloma de Borbón Dos Sicilias y Orleans. Ocupa el puesto 11 en la línea de sucesión al trono español, pero el número 1 en el corazón de muchos indepes monárquicos. Es la mujer de Simeón de Habsburgo-Lorena, de la tercera casa mencionada en este artículo. Lo flipante del tema es que María Paloma es nacida en Madrid.
5. La Casa Paternó-Castello: Il siciliano bastardo
Es el outsider. Nadie lo conoce. Nadie sabe de dónde ha salido, pero se ha autoproclamado Rey de Aragón. Se trata de un siciliano llamado Francesco Nicola Roberto Paternó Castello e Guttadauro Ayerbe Aragona. Es descendiente directo de Pedro de Ayerbe, hijo bastardo de Jaime I, el rey por antonomasia de los catalanes. Reivindica ser el heredero legítimo de la corona de Aragón, por lo que pide ese trono catalán. Ha creado una página web con su linaje y fotos muy poco campechanas, lo que le resta puntos.
¿Para qué una monarquía?
¿Qué beneficios tendría una monarquía para una hipotética Cataluña independiente? El Cercle Sobiranista Monàrquic lo explica en un vídeo editado en 2013, más o menos cuando se creó el grupo. Allí cuentan que “una Cataluña independiente no tendría que ser una república. En realidad, si repasamos la historia, la única Cataluña independiente y soberana que ha existido ha sido el Reino de Cataluña entre los años 1137 y 1715 (sic). Así pues, ¿por qué debemos renegar de la monarquía? No es la enemiga del catalanismo. Son un estado y una dinastía: España y los Borbones (…) de tradición, absolutista fascista y anticatalana”.
Siguen poniendo el caso de tres monarquías europeas que, según el Cercle, se han convertido en las naciones con mejor calidad democrática de Europa: Bélgica, Noruega y Holanda. Los monárquicos neerlandeses fueron, además, los que echaron a los españoles de los Países Bajos. El dato curioso de este vídeo es que lo locuta la persona que doblaba, en la serie de dibujos Dragon Ball, al personje Vegeta, "el Príncipe de los guerreros".
Quieren un referéndum
Para David de Germà, la calidad de un linaje también evitaría que se produjesen expolios o casos de corrupción dentro del seno de la monarquía, algo que no cree que sucediese con un país en forma de República. "El palacio sería el de Pedralbes, e incluso tenemos un cementerio real en Poblet", adelanta.
Por convicción, creen en la monarquía catalana. Por eso su objetivo sería, una vez Cataluña consiguiese separarse de España, proponer un referéndum, con urnas de verdad, para que los catalanes poduiesen elegir qué sistema de gobierno querrían para su nuevo país. Porque en el Cercle no pierden la ilusión de poder, un buen día, gritar: "Visca el Rei, Visca Catalunya Lliure".