"Lo tienen escondido. Pero la cosa ha llegado a tal punto que si no le dan trabajo, se lo busca él", confiesa a EL ESPAÑOL una fuente muy cercana a don Juan Carlos cuando le preguntamos por la aparición sorpresa y no anunciada por Zarzuela del rey emérito en la reunión del Comité Olímpico Español (COE) del pasado martes.
Y es que, aunque acabamos de entrar ya en el mes de marzo, lo cierto es que para Juan Carlos I parece que el tiempo se ha congelado. Para el padre de Felipe VI las cosas no han ido todo lo bien que esperaba. Ha pasado los dos primeros meses de 2019 como él más odia: en el dique seco.
En Zarzuela no cuentan prácticamente con él. A pesar de que el anterior rey espera en el banquillo dispuesto a salir al campo en cuanto su hijo lo reclame, esto no parece que vaya a pasar. Aunque los reyes eméritos siguen perteneciendo a lo que en la Casa llaman "Familia Real", la verdad es que en lo que vamos de este año, el emérito ha tenido dos actos. Mientras que, si nos remontamos al pasado año, en los sesenta primeros días de 2018 ya había tenido seis apariciones públicas y cuatro de ellas en solitario.
Este 2019, por el contrario, solo lleva dos salidas de Zarzuela. La primera el 10 de enero cuando acompañó junto a su esposa, Sofía, a los Reyes Felipe y Letizia en la entrega, en el Palacio de El Pardo, de los Premios Nacionales de Deporte. La segunda presencia programada fue en la presentación del libro coordinado por Enrique V. Iglesias Las Cumbres Iberoamericanas. Una contribución a su historia hace más de un mes, en la Universidad de Comillas de Madrid.
Por eso llamó mucho la atención su aparición su súbita aparición en la reunión mensual del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Español (COE), este pasado martes. Un acto que no aparecía en las previsiones de la agenda de la Casa del Rey. Quizás esto ejemplifique que no haya quedado registrado la web de Casa Real, como sí sucede con todos los actos que protagonizan el resto de la Familia Real, fotografiados para la perpetuidad. "Lo cierto es que fue porque le dio la gana. Se lo comentó la Infanta Pilar y dijo: Pues como ella no puede ir, voy yo, pero no era oficial ni nada. Una pena porque podía haberlo sido perfectamente, pero como se empeñan en esconderlo...", confiesa una fuente muy próxima al rey emérito.
Lo cierto es que el año no había empezado mal del todo para Juan Carlos. Por su 81 cumpleaños, el 5 de enero, el Rey emérito se llevó la grata sorpresa de que varios amigos y parte de su familia le montaron una fiesta privada. De aquella noche no hay fotos ni versión oficial, ya que se trató de algo íntimo y personal.
Fiesta con ausencia
La Reina Sofía y las infantas, Cristina y Elena, acompañaron al rey en esa celebración. La ocasión merecía la presencia de todos a pesar de los malos momentos que ha estado pasando la familia. Lo cierto es que la ex duquesa de Palma ha regresado al entorno de Zarzuela desde que Iñaki Urdangarin entrara en prisión condenado por el caso Nóos. Sus visitas a Madrid son cada vez más frecuentes y lógicas, ya que acude a visitar a su marido a la cárcel de Ávila cada vez que tiene permiso. La hija menor de Juan Carlos y Sofía aterriza en Barajas desde Ginebra, donde reside y suele pasar las noches en el recinto familiar de El Pardo.
La ausencia más llamativa en aquella fiesta fue la del Rey Felipe VI y su esposa, Letizia. Su padre le excusó comentando que una indisposición le había impedido estar en Las Jarillas, la finca donde se celebró el acto. Pero lo cierto, como ha podido confirmar EL ESPAÑOL, es que los Reyes se encontraban de viaje con sus dos hijas fuera de España, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, como suelen hacer últimamente para recibir el año que comienza.
El lugar del pequeño homenaje no había sido elegido al azar, ya que esta propiedad de la familia Urquijo, fue el primer hogar del Rey Juan Carlos cuando llegó a España desde Portugal con 10 años. Allí estudio con selecto grupo de niños de su edad, con los que se formó la clase. Las Jarillas fue el sitio elegido por Miguel Arias -amigo íntimo de don Juan Carlos y el encargado de montar la fiesta- contó con invitados de la talla de el humorista José Mota y Carlos Herrera, que fue el encargado de pronunciar un emotivo discurso.
Noche emocionante
"Fue una noche muy emocionante para todos. Aunque él aseguró a todos los presentes -al igual que la Reina y las Infantas- que Felipe no se encontraba bien, todos sabíamos que ni siquiera estaban en Madrid. Don Juan Carlos se emocionó en varias ocasiones, al igual que la infanta Elena. Los hijos de esta también estaban. La reina emérita estuvo muy cariñosa con su marido y fue un día muy bonito. Éramos pocos, pero todos conocidos en un ambiente relajado como a él le gusta’, revela una de las personas que estuvieron invitadas a en Las Jarillas.
Entre los presentes en aquella noche tan especial para el emérito también estaban sus hermanas, las infantas Pilar y Margarita y varios de sus sobrinos. Ha sido la primera de ellas la que le ha dado una de las peores noticias de comienzos de año y una de las razones por las que Juan Carlos casi no ha salido de Madrid en lo que va de 2019. El 2 de febrero la hermana mayor del rey emérito ingresaba de urgencia en el Hospital Rúber Internacional por una obstrucción intestinal grave. Dolencia que requería una intervención quirúrgica urgente a manos del cirujano digestivo Javier Nuño, un médico especializado en cirugía oncológica y digestiva. Desde entonces, la hermana de don Juan Carlos ha recibido solo las visitas de sus hijos, de sus dos hermanos y de sus cuñados.
El emérito no ha querido moverse de Zarzuela para poder ir a visitar a su hermana cuando ha pensado que era conveniente. "La Infanta ha estado muy delicada. Todos sabemos que es una mujer muy fuerte, no es la primera vez que ha estado grave, pero ya está mayor. El Jefe, apelativo con el que llaman a Juan Carlos las personas que trabajan en Zarzuela, no ha querido separarse de su lado. No es que haya ido todos los días a verla, él no es de esos, pero ha estado aquí y pendiente", dice una fuente. La hermana mayor del Rey ya tiene el alta y se recupera en su casa de la urbanización Puerta de Hierro, en Madrid.
De nuevo volverán a juntarse el próximo 6 de marzo los tres hermanos, ya que la duquesa de Soria, la Infanta Margarita, va a celebrar una gran fiesta por su 80 cumpleaños en la que estará Juan Carlos, la Reina Sofía y a las Infantas Elena y Cristina. Nadie espera que Felipe VI y su mujer acudan a la cita. "Aunque con Letizia nunca se sabe. Igual ella no va y se acerca él y las dos niñas. Lo sabremos el mismo día", comentan.
Algo que sorprendió mucho fue su ausencia el 2 de febrero en el funeral de Henri d ‘Orléans, el conde de París fallecido el pasado 21 de enero. Doña Sofía viajó sola a la capital francesa, sin ningún miembro de su familia, pero acompañada por el embajador de España en Francia, Fernando Carderera. No quiso ir, dijo que ya iba la Reina y que con eso era suficiente. No le apeteció nada. No le debería apetecer nada pues siempre que puede, Juan Carlos I huye de los funerales.
Su despacho en Zarzuela
Juan Carlos ha pasado los sesenta días que llevamos de 2019 en Zarzuela. El padre de Felipe VI tiene designado su lugar de trabajo en un despacho "absurdo" en el Palacio Real, en el centro de Madrid. "Aquella idea fue siempre un error. No va nunca, no tiene ningún sentido, despacha desde casa todo lo que tenga que solucionar", puntualiza un amigo cercano al Monarca. "Recibe a quien quiere en la sala que tiene en la parte de su residencia privada en El Pardo y si quiere nadie se entera de quién entra, quién sale o a dónde va", añade la misma fuente.
En lo que ha estado centradísimo el rey emérito es su total recuperación. Odia tener que caminar con el bastón y ve que librarse de él va a resultar una tarea complicada. La sustitución de una prótesis en su rodilla izquierda el pasado mes de abril fue una operación de la que todavía no se ha podido recuperar del todo cuando está a punto de cumplirse un año. Por eso tiene sesiones de rehabilitación por la mañana todos los días de la semana, en los que además de los ejercicios habituales aprovecha la piscina cubierta del recinto de Zarzuela para para recuperar la movilidad.
Su idea es volver, ahora que Pilar está en casa, a Sanxenxo (Pontevedra) en cuanto pueda. Allí le espera el amigo que prácticamente le queda: Pedro Campos cuya casa se ha convertido en su segundo hogar. O tal vez, en el primero. "Es dónde más a gusto se siente, cerca del mar y lejos de Zarzuela", explica el mismo amigo.
A la hora de comer aprovecha para quedar con algunos de los amigos fieles que todavía le quedan en la capital de España. Como el pasado 25 de enero, cuando le vieron salir de un conocido restaurante del centro de Madrid donde había disfrutado de una comida acompañada por sus amigos, entre los que estaba José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona.
A la espera de que su hijo le deje salir del banquillo de los suplentes, cosa altamente improbable, Juan Carlos continua con su recuperación para volver al mar que baña su querida ría en Sanxenxo.