Estrella y Markus son una pareja germano-cubana que se dedicaba a ‘cuidar’ a ancianos extranjeros en España. Les seducían hasta convencerles de que se mudasen a una residencia que ellos tenían en Chiclana (Cádiz). Una vez allí, les despojaban de todas sus pertenencias, conseguían que los ancianos los nombrasen sus herederos, se quedaban con sus propiedades y les desplumaban las cuentas. Mientras, a los ancianos los mantenían drogados y hambrientos en una habitación donde solamente había una cama y un radiador.
La Guardia Civil ha detenido a Estrella y a Markus. Les acusan de un reguero de delitos. A saber: delito continuado de apropiación indebida, maltrato en ámbito familiar, estafa, falsedad documental, defraudación al sistema de seguridad social alemán, delito contra la ordenación del territorio, blanqueo de capitales, desobediencia a agente de la autoridad y alzamiento de bienes.
La Guardia Civil ha desmantelado esta especie de 'casa de los horrores' y allí ha rescatado con vida a un anciano alemán y una holandesa, que vivían en condiciones infrahumanas. Menos suerte tuvo María Babes, una anciana alemana de 101 años. Ella residía en Tenerife, pero fue convencida por Estrella y Markus para mudarse a la residencia de Chiclana. María murió y fue mandada incinerar de inmediato por la pareja, que quería borrar cualquier tipo de rastro que les delatase. Por esta maniobra, no se le ha practicado la autopsia y no se ha podido determinar si, como sospechan los investigadores, María fue víctima de un homicidio.
A una residencia mejor
El de María Babes fue caso fue el que levantó la liebre. La policía de Frankfurt (Alemania) recibió una denuncia de una mujer, preocupada por su amiga Maria Babes. María había conocido a Estrella y Markus en Tenerife, donde ella residía. Allí fue persuadida por la pareja para trasladarse a la península. A una residencia en la que, le prometían, iba a estar mucho mejor.
Todos acababan deslumbrados por las promesas de Estrella y Markus. Pero lo que encontraron los ancianos al llegar fue una auténtica casa de los horrores. Los confinaban en una habitación, que sólo tenía una cama y un radiador. Los desposeían de sus enseres personales, los sedaban con medicamentos los amarraban y les daban de comer únicamente sandwiches y agua. Cuando ya estaban tan débiles que no podían ni masticar, los alimentaban mediante una sonda nasogástrica. Unas condiciones infrahumanas para cualquier persona, y mucho más para personas de edad tan avanzada como María Babes.
Le robaron la casa y 162.000 euros
El estado de salud de María cayó en picado, lo que la llevó a ser atendida en varios hospitales. Allí, os facultativos identificaron indicios que les llevaron a sospechar que la pareja de cuidadores los mantenían en malas condiciones. Finalmente, la pareja se volvió a llevar a María a la residencia. Le obligaron a firmar una serie de documentos que acreditaba a la pareja como sus legítimos herederos. Cuando María entró en la residencia, tenía 162.000 euros en la cuenta. Cuando murió, sólo le quedaban 300.
Estrella y Markus consiguieron que María Babes fuese incinerada de inmediato. Por tanto, no se pudo practicar autopsia no determinar, tal y como sospecha la Guardia Civil, que fue la propia pareja la que acabó con su vida, una vez habían conseguido todas sus propiedades y su dinero. De hecho, cuando María murió, su casa ya había sido vendida por Estrella y Markus. La anciana y legítima propietaria no recibió un euro de esa transacción.
Fue el mismo modus operandi que habían utilizado con Silvestre, un octogenario alemán en la misma situación: solo y con dinero. O con Elisabeth, una holandesa de 70 años que también cayó en la trampa de la pareja. Ambos han sido rescatados con vida. La pareja también empleó el mismo operativo con Gabrielle, un anciano italiano que corrió peor suerte: falleció en la residencia después de que la pareja le levantase más de medio millón de euros.
El plan perfecto
El plan parecía perfecto: Estrella y Markus captaban a ancianos solos y sin familia. Los desvalijaban y los hacinaban hasta que fallecían. Nadie los reclamaba. Pero entre la petición de ayuda de la policía de Frankfurt y las sospechas de los médicos que habían atendido a María, se ataron cabos. La Interpol se puso en contacto conn la benemérita, transmitiéndole la información que habían recibido de la policía alemana.
No obstante, María, que volvió ingresar en un hospital de Cádiz, confesó al personal del hospital que Estrella y Markus la habían mantenido maniatada y en condiciones pésimas durante varias semanas. Pero Estrella y Markus consiguieron acceder de nuevo a María Babes, la sacaron del hospital y la metieron en un coche. Ahí murió y fue incinerada de inmediato. No hay posibilidad de autopsia.
La Guardia Civil ha intervenido en la residencia de Chiclana y en otra de similares características que la pareja tenía muy cerca. Cuando llegaron a este segundo lugar, encontraron a Silvestre y a Elisabeth drogados, amarrados y en pésimas condiciones de salud. De hecho, a Silvestre le requisaron la dentadura postiza. Una vez se ha recuperado, el anciano ha rogado que le dejen una dentadura, porque quería comerse un filete.
Según cuenta la Guardia Civil, al menos 4 ancianos más habrían fallecido en la casa de los horrores una vez que Estrella y Markus se hicieron con todo su patrimonio. El dinero lo blanqueaban a través de diversos canales, entre ellos con la construcción de un complejo turístico en la playa de El Palmar, en suelo no urbano, con documentación falsificada por el resto de los investigados y financiado mediante la creación de una empresa creada con personas interpuestas.