Esta vivienda de dos plantas, similar a un octaedro de piedra, en una finca de 1.920 metros cuadrados en el pequeño pueblo gironés de Cervià de Ter podría esconder entre sus paredes un botín de 600.000 euros. Y de ser así, estarían ahí desde hace al menos tres años.
Quien escondió ese tesoro, según ha podido saber EL ESPAÑOL, habría sido su último inquilino, el exjugador de baloncesto de la ACB Aitor Zárate (Vitoria, 1966), que vivió allí hasta 2016. Cuando abandonó el domicilio y tras lo que no volvió a ser visto ni él ni todo el dinero que había estafado. Su desaparición posiblemente vino motivada por las demandas de estafa -de millones de euros- que iba acumulando y que empezaron a llegarle a partir de esa época. Una vez dejó las canchas, se dedicó al mundo de la inversión financiera vendiendo en sus libros supuestas fórmulas de éxito para multiplicar beneficios en plena crisis económica española, y que más tarde le sirvieron para atraer clientes a sus empresas de inversión en bolsa. Finalmente resultaron un engaño.
Ahora, el abogado que lleva una querella por estafa contra Zárate, cree con seguridad que los 586.000 euros que les robó a sus tres clientes está en ese casa. Prueba de ello es que después de estar tres años huido de la Justicia, ha removido cielo y tierra para poder volver a vivir en ese domicilio gironés, una vez que se ha enterado de que la propietaria que le arrendó la vivienda, llevaba viviendo allí desde hace tiempo. ¿Que dejó guardado allí?
Cambio de vida: cómo me hice rico, Mueve tu dinero o En ruta con Aitor Zárate: el juego del dinero contado por un millonario transgresor fueron algunas de las obras que lo catapultaron a las entrevistas en grandes medios y cursos sobre trading –el comercio en bolsa de activos y valores– en hoteles y salas de eventos, y que le colocaron incluso hasta en el top 40 de los libros más vendidos en Amazon.
La empresa en Belice
Gracias a su imagen pública, este supuesto inversor atraía a sus clientes, la mayoría grandes ahorradores, para que les fiasen su dinero en un plazo de años, que al terminar gozaría de altas rentabilidades. Todo ello bajo su empresa, denominada Hedge Fund K, que gestionaba junto a su hermana Maitane y su socio David Sanchis.
José, María y Victor (nombres ficticios) confiaron en el exjugador del Baskonia y le hicieron una transferencia bancaria a la cuenta de su empresa, con sede en Belice (América) para que multiplicase todos sus ahorros en un plazo de seis años, de 2012 a 2018. La suma de lo que cada uno aportó fue de 600.000 euros. Sin embargo, al tiempo, una vez se cumplió el vencimiento, estos tres inversores, dos con residencia en Madrid y otro en Vitoria, recibieron un email de Zárate en el que les comunicaba que "habían perdido toda la inversión". Tras lo que no volvieron a saber de él.
Ahora, estos tres afectados han interpuesto una querella por una estafa de 586.000 euros en los juzgados de Vitoria porque fue en esa ciudad donde asistieron a los cursos que también que impartía Aitor Zárate, denominados El factor K, en los que el exjugador convenció a los tres estafados para contratar sus servicios.
Pero la clave de la cuestión ahora es dónde está el dinero que Zárate estafó no solo a estas tres personas, sino a muchísimas más. Según ha confirmado a este diario el abogado que lleva esta querella contra el supuesto inversor, José Antonio Tuero, por el momento, los 600.000 euros que estafó a sus clientes podrían estar poco menos que emparedados en la casa que se mencionaba al comienzo de este reportaje.
Todo empezó con el aviso de la propietaria de este chalet, situado en una colina, en la calle Adelaida número 10 de Cervià de Ter (Gerona), una vez que el exjugador del Baskonia se fue de la vivienda. Esta casa fue alquilada por el presunto estafador en 2010 a una mujer de la localidad a quien pagó como adelanto y en cash 270.000 euros para vivir tranquilamente allí durante 10 años.
Sin embargo, seis años después el inquilino rescindió el contrato, coincidiendo con la fecha en la que algunos de los inversores empezaron a sospechar de su presunta estafa y a reclamar su dinero. Aitor Zárate envió un burofax a su casera, según ha informado El Periódico, pidiéndole la resolución anticipada del contrato y reclamando que le devolviera ""163.500 euros en metálico de las rentas no consumidas".
Una máquina de envasar al vacío
Una vez que ambos llegaron a un acuerdo, la dueña del inmueble entró al domicilio y en encontró una máquina de contar billetes, otra de envasar al vacío y una caja con más de veinte teléfonos móviles nuevos del mismo modelo. Cuando esta mujer advirtió aquello en 2016, se sorprendió pero tampoco le dio más importancia. Hasta que el exjugador de baloncesto, desde aquel entonces en paradero desconocido -aunque el abogado ha revelado a este diario que vive en Alcorcón (Madrid)-, se enteró de que la propietaria se había instalado a vivir en esa misma casa que él había arrendado.
Momento en el que el supuesto estafador inició trámites para intentar recuperar la posesión de la casa. Un movimiento que no ha hecho más que confirmar, según explica el abogado José Antonio Tuero, que Zárate utilizó las maquinas y el envasador al vació para dejar escondido allí el dinero que estafó a sus clientes.
Lo cierto es que el juzgado de primera instancia número 2 de Girona le ha dado la razón y el exjugador debe ocupar la vivienda este viernes, 8 de marzo. No obstante, los estafados han pedido que antes de que eso se produzca -aunque lo ven poco probable-, el juzgado de Girona ordene el registro de la finca ante la sospecha de que Zárate pueda tener el dinero presuntamente estafado "enterrado o emparedado" en la casa.
En este sentido, los denunciantes han trasladado el juez su sorpresa ante la actuación del exjugador del Baskonia, que pese a estar en paradero desconocido, ha querido recuperar a toda la cosa la posesión del chalet en Cervià de Ter, después de haber abandonado por motu propio la casa. Un interés, que según subraya el abogado a este diario, deja bastante claro que el supuesto estafador quiere recuperar algo de valor en la vivienda. Si no fuera así, no tendría sentido, pues para qué quiere volver a una casa cuando está huido de la Justicia desde hace 3 años.
Sea de un modo u otro, los demandantes, según subraya su abogado a este periódico, esperan que el estafador se presente mañana en el domicilio, con vistas a que le puedan llegar todas las notificaciones de las querellas que desde hace años decenas de personas le han interpuesto. La demanda de estas tres personas no es la primera, el exjugador de baloncesto tiene diligencias abiertas en un juzgado de Gandia (Valencia) y además, se calcula que a lo largo de estos años habría estafado -varios millones de euros- también a más de 300 personas en el País Vasco, su tierra natal.