No hubo otra conversación el pasado viernes en Las Ventas. El Rey emérito Juan Carlos, acompañado de nuevo por su hija la Infanta Elena y sus nietos Froilán y Victoria Federica, apoyaba con su presencia al mundo de la tauromaquia. El padre de Felipe VI acudió a la presentación de los carteles de San Isidro en la plaza de toros madrileña. Pero la gente no hablaba ni de los toreros que iban a participar en la feria, ni de las fechas, sino que todo el mundo estaba pendiente de una cosa: el ojo del padre del emérito. Estaba morado.
El mismo monarca no parecía que le molestara ni tan siquiera se le notaba preocupado. Estuvo toda la tarde tranquilo, sonriente y de buen humor. Pero ante las miradas evidentes de todos los asistentes y sabiendo el revuelo que iban a producir el hematoma y las heridas de su ojo, don Juan Carlos explicó a todos los sucedido.
Ni un golpe, ni una caída. Las señales alrededor de su ojo izquierdo se deben, según su propia versión, a una pequeña intervención sin importancia a la que el padre del Rey Felipe VI se ha tenido que someter. A Don Juan Carlos le quemaron una pequeña mancha en la piel y eso le provocó el llamativo moratón y la herida que tuvo que tapar con un apósito. Esa es la misma versión que da Zarzuela. Eso sí, no dan detalles porque aseguran que pertenece al ámbito privado de la familia.
RUMBO A HOUSTON
Las vías oficiales de información tampoco comentan nada sobre los viajes que el emérito ha realizado a Estados Unidos durante este 2019. Es cierto que a principios de año estuvo en Madrid preocupado por la salud de su hermana Pilar, que ha estado muy grave pero ya se encuentra en casa,. Sin embargo, fue muy comentada su ausencia en la fiesta del 80 cumpleaños de su hermana, Margarita. ¿A qué se debió esa ausencia? Tal y como ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el rey se encontraba al otro lado del charco, en un viaje privado.
Los destinos de Juan Carlos en Estados Unidos en lo que llevamos de año han sido dos y uno de ellos muy relacionado con el moratón de sus ojos. La primera parada en el viaje del padre de Felipe VI fue Palm Beach, en Florida. No se trataba de la primera visita del Rey a esta localidad, ya que suele viajar cada invierno hasta allí a visitar a uno de sus mejores amigos, el multimillonario Pepe Fanjul y su esposa, Emilia, alojándose en su casa. Se trata de una de las mayores fortunas de América Latina: uno de los tres hermanos Fanjul, llamados los reyes del azúcar.
Tras pasar unos días en Florida, Juan Carlos se trasladó a Houston, Texas. Aunque no sabemos cuál fue el motivo de su estancia en la localidad tejana podría tener que ver con la mancha que le han quitado en la cara y que ha suscitado todo tipo de rumores. Sin embargo, lo único cierto es que el emérito aprovechó para visitar una fábrica de materiales de barcos, una visita por propia curiosidad.
El caso es que son sorprendentes estas visitas a Estados Unidos de don Juan Carlos cuando fuentes oficiales de Zarzuela aseguran que el rey emérito no iba a acudir ni a la toma de posesión del nuevo presidente mexicano, López Obrador, en noviembre pasado ni a la de Jair Bolsonaro en Brasil en enero, por culpa de su estado de salud. Sin embargo, en lo que va de año ya ha hecho las américas.
Las informaciones que oculta Zarzuela
Desde el palacio de la Zarzuela no quieren dar más detalles sobre qué médico le ha quitado la mancha al Rey o qué tipo de dolencia era. Y no es la promera vez que desde El Pardo dan información confusa sobre el estado de salud de don Juan Carlos. En 2011 ya saltaron las alarmas cuando don Juan Carlos apareció en un acto con unas gafas de sol para ocultar un gran hematoma en su ojo izquierdo. Era el mes de noviembre de hace ocho años. Entonces, el departamento de Comunicación de Zarzuela aseguró que el moratón se había producido porque don Juan Carlos se había golpeado con una puerta. Según esa información oficial, cuando él iba a abrirla desde el otro lado un ayudante hizo el mismo gesto dándole sin querer al Monarca. Sin embargo, esta versión de los hechos dado como "oficial" poco tenía que ver con la realidad, ya que esa misma mañana el padre de Felipe VI había resbalado en el cuarto de baño produciéndose el hematoma. Fuel el propio Juan Carlos, quien pidió que no se contara la verdad.
También fue algo confusa la información relativa a lo ocurrido en la ya famosa Pascua Militar de 2014. Cuando don Juan Carlos vivió uno de sus peores momentos en público al ser incapaz de dar el discurso que le habían preparado para leer delante de la plana mayor de las Fuerzas Armadas aquella mañana del 6 de enero. La explicación oficial fue la falta de luz de la sala, que había dificultado la lectura al todavía Rey. Mientras que lo que en realidad le pasaba es que llegaba en un estado de nervios brutal debido a que venía directamente de Londres y su vuelo se había retrasado por culpa de la niebla en la capital británica, lo que casi le hace no poder llegar a tiempo. Si se hubiese consumado ese retraso por completo, se hubiesen tenido que dar muchas explicaciones: ¿Por qué don Juan Carlos había pasado su cumpleaños en la City y no con su familia, como todo el mundo pensaba?
Lo que no es confuso es que a pesar del dolor que le siguen provocando las caderas -no termina de recuperarse de esta dolencia- lo cierto es que don Juan Carlos, por mucho que haga sufrir al actual equipo de Zarzuela, no tiene intención de que nada ni nadie le pare sus viajes "privados". De hecho, cuenta los días para poder volver a Sanxenxo en Pontevedra para navegar tranquilamente en las aguas gallegas.